miércoles, 26 de marzo de 2025

HOTEL ARAVACA VILLAGE (MADRID)


HOTEL ARAVACA VILLAGE (****)
Camino de la Zarzuela 23 
28023 Madrid

Habitación: 124
Fecha de entrada: 18/09/2024
Tarifa: 135€ SA

Junto a la carretera de La Coruña, en una zona de urbanizaciones bajas, algunos otros hoteles, zonas ajardinadas y una parroquia. Antes de llegar al edificio rectangular, de cuatro alturas, en granito gris y negro con ventanas alargadas en el mismo color, debemos atravesar un un frondoso y bullicioso jardín artificial que acoge un concurrido restaurante y bar de copas. Una zona amplia jalonada con enormes maceteros nos conduce hasta un pequeño pórtico en el que se abren las puertas de cristal automáticas del hotel. Primero dos puertas con el logotipo del hotel en vinilo, luego una zona con una mullida alfombra y después otras dos puertas y ya estamos en la enorme recepción, que atraviesa el espacio para salir al otro lado del edificio donde hay otras puertas con la misma configuración.

La recepción resulta moderna, amplia y acogedora. Madera brillante, paredes en madera y vescom blanco. Si el edificio nos recuerda a un típico hotel de la cadena AC, el interior todavía más. Pero no lo es. Hacia la izquierda, unos sofás tapizados en piel de tonos grises y unas ligeras estanterías con algunos libros y jarrones. Hacia la derecha, el amplio pasillo que lleva a los ascensores y al comedor. Y allí al lado, el largo mostrador de recepción, en madera algo trabajada y con unas luces interiores que lo iluminan. Por encima varias lámparas que cuelgan desde el techo.

Hay tres puestos de trabajo, pero sólo uno esta atendido por una joven que realiza el engorroso y lento trámite de registro. Nos solicita el pago, y nos explica algunos servicios del hotel y el funcionamiento del wifi, que es gratuito y en algunos momentos se corta o viaja sumamente lento. Volvemos sobre nuestros pasos para dirigirnos a los ascensores. Tres. Grandes. De puertas metálicas automáticas y con el interior revestido en metal y metacrilato blanco. Botonadura metálica.

Las puertas se abren a un pasillo que corre a derecha e izquierda. Moqueta oscura en el suelo. Luces indirectas. Paredes en pintura blanca con bastantes desconchones a la altura de las puertas que cierran con mucha fuerza. Junto a la nuestra está el acceso al cuarto de limpieza, donde los golpes y manchas son mucho más abundantes y llamativos. También hay una zona en obras en el techo dejando visible un tramo de canalizaciones, tuberías e instalaciones. La puerta, de madera, dispone de un lector de tarjetas electrónico que abre la misma. 

En la parte interior de la puerta hay un espejo de cuerpo entero. Caemos en un pasillo algo estrecho en vescom claro casi blanco. Suelo de madera natural bastante cuidado. A la izquierda la puerta del baño, de cristal con un pomo metálico en forma de bola. Un poco más adelante el display del aire acondicionado con un botón de encendido y apagado, una rueda para seleccionar la temperatura y tres niveles de potencia. Funciona eficazmente pero también ruidosamente.

Un paso más adelante encontramos el dormitorio. Amplio, generoso. En el lado izquierdo dos camas individuales con un algodón y un cuadrante con el logo del hotel bordado en un tono verdoso, a juego con el canapé. Colchones de buen calibre vestidos con una simple sábana. Todo ello empotrado contra un cabecero de madera con una tira de luz led retranqueada que ofrece una agradable sensación al espacio. A cada lado, sendas mesillas de noche, que son simplemente una balda anclada a ese cabecero. En una de ellas no hay nada. En la otra, hay un teléfono de grandes teclas, un bolígrafo y un bloc de notas. Debajo de ella, de incómodo acceso, un enchufe para cargar los aparatos electrónicos y por encima interruptores para apagar las luces. Por encima, y anclados a la pared, dos flexos de ambiente retro en metal oscuro ofrecen una potente luz para la lectura desde la cama. 

En el lado derecho encontramos encontramos un armario largo de madera clara. El primer módulo es un maletero algo estrecho. A continuación un armario con puerta en cuyo interior encontramos el minibar con un buen surtido de bebidas y snacks a precios algo elevados. Justo encima, una generosa pantalla planta de televisión sobre lo que es un amplio escritorio con abundante zona de trabajo. Al final, anclado a la pared hay un flexo a juego con los de las mesillas. El problema es que hemos de desenchufar este para poder poder conectar nuestros aparatos electrónicos. Sobre el mismo se ofrecen dos botellas de agua de cortesía. Por encima, en la pared, un feo cuadro en blanco y negro. Por debajo, una papelera negra con bolsa de plástico y una butaca tapizada en tela azul y blanca con patas de madera.

La pared del fondo está ocupada por una ventana practicable de aluminio negro con vistas a un patio al que se abren varios edificios de oficinas. Está protegida por un estor que se baja con una cadenilla y por delante un visillo de tonos ocres. Junto a la ventana hay una butaca azul brillante y una lámpara de lectura. La insonorización exterior resulta correcta aunque también es cierto que no hay ruido alguno en ese patio.

En la pared que queda se aloja el armario con una zona de baldas en la que está la caja fuerte, la bolsa de la lavandería y un calzador, y en la otra zona una barra colgadora con seis perchas antirrobo. Puertas correderas de madera a juego con el cabecero e interior iluminado.

La sensación de la habitación es de amplitud y modernidad. También de espaciosidad porque no hay nada que sea superfluo. Aunque no se cuela demasiada luz por las ventanas, la insonorización interior es muy muy escasa, y se escucha todo lo que pasa en las habitaciones contiguas y en los pasillos a través de la puerta de entrada, por la que, además, se cuela la luz por sus juntas. 

El baño es lo que más recuerda a un AC. Suelos y paredes de mármol verdoso. A la izquierda una encimera blanca con el lavabo incrustado y con un grifo monomando del que sale escasa potencia y caudal. Anclados a la pared un bote de jabón de manos y de crema hidratante, un secador de pelo de poca potencia y un espejo de aumento. Sobre ella, en una bandeja de plástico con el logo del hotel, dos vasos de cristal. Delante, y casi hasta el techo, un buen espejo con dos puntos de luz sobre el mismo, que generan algunas sombras para verse en el mismo. Por debajo un colgador con dos toallas de mano, y una papelera metálica de pedal. 

A la derecha, el inodoro y el bidet, y de frente una generosa bañera protegida por una mampara móvil de cristal, rematada en un grifo de teléfono bastante normal. Dentro, un toallero con dos toallas de ducha blancas de buena calidad y tamaño, un pie de ducha, tres botes de champú, gel y acondicionador anclados a la pared. El caudal, la presión y la temperatura resulta impresionantes. En algunos momentos incluso excesiva lo que provoca que salpiquemos bastante agua durante la ducha. 

Por la mañana, la salida, con todo ya hecho, resulta bastante rápida e insulsa. Adiós.

Calidad/precio: 8
Servicio: 7
Ambiente: 7.5
Habitación: 7
Baño: 7
Estado de conservación: 7
Desayuno: 
Valoración general: 7.5

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