martes, 16 de diciembre de 2008

HOTEL VEREDA REAL (VALENCINA DE LA CONCEPCION - SEVILLA)



HOTEL VEREDA REAL (****)
Unbanización Brisas del Aljarafe
Ctra Ginés a Valencina, km 2
41907 Valencina de la Concepción (Sevilla)
Telf: 955.720.100
Fax: 955.728.383

recepcion@hotel-veredareal.com
www.hotel-veredareal.com

Habitación: 232
Fecha de entrada: 15/12/08
Tarifa: 75€/noche (Alojamiento y desayuno)

Algo alejado del centro de Sevilla, y en la zona del Aljarafe por donde crece la vieja Híspalis camino de Huelva encontramos este viejo caserón totalmente rehabilitado y rodeado de campos de olivos. Lejos de todo excepto de la calma, el silencio y la tranquilidad.

Tras la puerta encontramos un bonito patio porticado. Suelo de baldosas de gres con varios sofás y tresillos para la tertulia y la conversación, a veces demasiado ruidosa y gritona. En el centro del patio, un árbol de Navidad y un Belén. Música navideña en el ambiente. A la izquierda del patio encontramos la recepción. Un clásico mostrador correctamente atendido. Los trámites son los del siempre, copiar el DNI en el ordenador, pero al menos el recepcionista se interesa por nuestro viaje, por nuestro horario, por si queremos cenar, por nuestras preferencias, por si necesitaremos internet o llamada de despertar.

En un insípido ascensor de paredes claras subimos al primer piso, donde se encuentran las habitaciones, abiertas en torno al patio principal. El pasillo iluminado a través del porticado del patio, aparece cubierto por una tupida alfombra de tonos rojos. Las luces se encienden a nuestro pasar. Especialmente curiosas resultan las lamparitas enrejadas que iluminan los números de las habitaciones junto a las puertas.

Tras esta, suelo de madera noble de color rojizo y una estancia. Pequeña. Con tres puertas: derecha, izquierda y centro. A la derecha encontramos el dormitorio. Sigue la madera en el suelo y las paredes se decoran con un vescom muy elegante de rayas grises y verdosas. Dos mesillas, una gran cama con un cabecero de madera, un maletero, un armario ropero exento y una cómoda con un espejo sobre ella. Un ramo de flores secas sobre la repisa de la cómoda acompaña al televisor, que podríamos haber esperado algo mayor y más nuevo. Un albornoz mullido con una rosa fresca encima se presenta colocado sobre la cama.

La lencería resulta más que correcta y el colchón agradabilísimo. Lástima que se empeñen en vestir la cama con esas antihigiénicas colchas... ¡con lo limpia que queda una cama blanca!... y nada más. Los portillos del balcón, con vistas a la puerta principal, cierran perfectamente con lo que la oscuridad se consigue plenamente. Un enchufe cerca de la mesilla para cargar el móvil. Interruptores junto a la cama para apagar todas las luces. El aire acondicionado resulta sorprendentemente silencioso. Tanto que pensamos que no funciona, pero su poder calorífico es sorprendente, ya que la habitación estaba algo fría. Todo invita al descanso, y todo ayuda a él.

En la puerta situada frente al dormitorio encontramos un coqueto salón. Madera hasta media altura y papel pintado azul hasta el techo. Un sofá, dos butacas, dos mesas de centro (con teléfono incluido), una lámpara de pié, un balcón al jardín, y un enorme escritorio visten la estancia, que cubre la madera del suelo con una potente alfombra roja. El escritorio permite el trabajo correctamente. Hay conexión a la corriente y a internet (gratis) con cable (en el Hall hay wifi, también gratuito, pero no llega hasta la habitación). Bajo la televisión que también ocupa espacio del escritorio encontramos un minibar. El aire acondicionado en esta zona es algo más sonoro, pero independiente del equipo del dormitorio.

En la tercera puerta encontramos el baño. Amplio. De marmol color miel. Con una pequeña ventana con vistas al exterior, a suficiente altura para ver y no ser visto. La sensación en su interior es de frío. No hay calefacción ni nada que caliente la estancia, y las mañanas de diciembre en el Aljarafe son traicioneramente frescas. Menos mal que la temperatura, caudal y presión tanto del lavabo como de la ducha son increíblemente fantásticas y el calor del vapor de agua enseguida caldea el ambiente.

El lavado industrial deja sus huellas en las toallas, algo asperas y alguna no demasiado bien lavada. El set de amenities se presenta de forma desordenada sobre una panera, y le falta el kit dental para ser completo. Destacan los potentes botes de champú y gel. Griferías clásicas y una ducha con bañera de hidromasaje y media mampara de cristal y además penosas cortinas de tela con el logo del hotel. Cierto es que la presión y el caudal son increíbles y se podría encharcar todo el baño, pero habiendo puesto una mampara de cristal, haberla puesto más larga.

Por la mañana la atención en el mostrador resulta de nuevo más que correcta. Nos preguntan por el minibar, cierto, pero además si hemos descansado bien, si tuvimos problemas con el internet, si necesitamos un taxi o si queremos guardar un rato el equipaje. Lo agradable de la recepción no se traslada al desayuno buffet, donde la presentación y la variedad son más que justitas.

Calidad/precio: 8.5
Servicio: 9
Habitación: 9
Baño: 7
Estado de Conservación: 8.5
Valoración General: 8.5

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