viernes, 30 de enero de 2009

HOTEL ALFONSO X (SEVILLA)



HOTEL ALFONSO X (****)
Ximénez De Enciso 35
41004 Sevilla
Telf: 954.210.070
Fax: 954.564.278

info@IMGreyalfonsoX.com
www.imgreyalfonsoX.com

Habitación: 211
Fecha de entrada: 29/01/09
Tarifa: 80€/noche (Sólo alojamiento)

El hotel Alfonso X se sitúa en una de aquellas estrechas calles del Barrio de Santa Cruz por las que todavía pueden pasar los coches. A un paso de la Giralda, de la Plaza de Santa Cruz y convenientemente situado para visitar el centro histórico de la ciudad.

Se presenta como un edificio moderno, de ladrillo claro y limpios ventanales abalconados. Resulta sorprendente las empinadas escaleras que hay para acceder al hotel, no son un par de escalones, sino una decena de ellos, sin otra posibilidad que cargar a pulso el equipaje. Menos mal que un simpático botones está atento en la puerta para ayudarnos en esa labor. Escaladas las escaleras, la recepción se presenta plana, con un mostrador decorado con unos azulejos antiguos de vivos colores y una superficie de cristal por encima de este. Entre el cristal y los azulejos, los recepcionistas se empeñan en colocar los papeles propios de su trabajo (listado, bonos, facturas...) lo que da una cierta sensación de desorden.

El trato es correcto. Sin grandes sorpresas: la documentación, aunque no nos piden la tarjeta de crédito. A la izquierda del mostrador, y camino del oculto ascensor encontramos una zona de estar alargada, donde varias sillas y mesas invitan a la tertulia, disfrutando de la visión de un patio típicamente andaluz, aunque no resultan muy cómodas. A la revuelta de un pasillo nos encontramos con el ascensor, que nos lleva hacia la planta de las habitaciones. Luz que entra a raudales por una cristalera interior, paredes blancas, suelo blanco de mármol, y cerámicas blancas y azules para indicar los números de las habitaciones.

Tras la puerta de marrón oscuro accedemos directamente al dormitorio, tras un mínimo espacio que pese a la luz queda en penumbra donde se ha instalado el armario ropero. Demasiado pequeño y de puertas demasiado estrechas. La habitación es luminosa. Paredes blancas y el mismo mármol del pasillo en el suelo, lo que da una sensación de terrible frialdad para el pié descalzo. Al fondo dos balcones a la calle trasera protegidos por severos cortinones en tonos azulados que tamizan bastante bien la luz.

Bajo un cabecero marrón oscuro y encuadradas por dos mesillas con sendas lámparas de cerámica blanca y azul aparecen las camas, cubiertas por unos sucios cubrecamas a juego con las cortinas. Frente a ellas un escritorio incómodo para trabajar, el minibar con la televisión, el maletero y una pequeña mesa de centro donde se presentan libros y revistas de Sevilla y la cadena hotelera. Junto al escritorio hay un enchufe para el portátil. El Wifi que es gratuito llega tan débil a la habitación que resulta imposible conectarse.

El colchón resulta simplemente confortable, igual que la almohada, aunque las camas no miden más a allá de un sorprendente 1.80 de largo. La oscuridad se consigue bastante bien, aunque la insonorización no es buena ni hacia el interior ni hacia el exterior. Menos mal que la noche se presenta fría en la calle y por tanto tranquila. Si frío hace en la calle, frío es también lo que expulsa la rejilla del aire acondicionado. Al máximo de temperatura y al máximo de potencia la habitación no alcanza los 20 grados, que para ser Sevilla y Enero es insuficiente.

El baño es pequeño pero suficiente. En mármol verde dispone de todo lo necesario: bidet, inodoro, lavabo y bañera con ducha. El grifo del lavabo está demasiado fuera de la poza, lo que hace que lavarse las manos resulte algo incómodo. Las abundantes amenities se presentan sobre una piedra pizarra negra. Hay dos frasquitos de sales de baño y body milk que corresponden a otro hotel, imaginamos que asociado... La Posada del Lucero.

Presión, caudal y temperatura funcionan a la perfección. Quizá en la ducha la presión resulta excesiva, o quizá el enganche para colgarlo resulta algo bajo y salpicamos todo el suelo. Las toallas son abundantes, de tamaño normal y un pelín desgastadas.

Por la mañana, la pregunta de rigor sobre el minibar y poco más. El mozo nos vuelve a ayudar a bajar las maletas por las escaleras. Por otro compañero sabemos que hicimos buena elección al no querer visitar el desayuno buffet... habiendo miles de bares alrededor... sería tontería.

Calidad/precio: 6
Servicio: 8
Habitación: 6.5
Baño: 7
Estado de Conservación: 9
Valoración General: 6.5

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