viernes, 12 de septiembre de 2008

ZENIT SEVILLA (SEVILLA)



Zenit Sevilla (****)
Pagés Del Corro 90
41010 Sevilla
Telf: 954.347.434
Fax: 954.342.707

sevilla@zenithoteles.com
www.zenithoteles.com

Habitación: 102
Fecha de Entrada: 11/09/2008
Tarifa: 75€ (Sólo Alojamiento)

En el corazón de Triana, a dos pasos de la Plaza de Cuba y de la Calle Betis, la cadena Zenit se hace con uno de los buques insignia que Husa abrió en Sevilla para la Expo´92.

La recepción nos acoge oculta tras un túnel que abre desde la calle a un encantador y desaprovechado patio típicamente andaluz, con fuentecilla, pero sin flores y que más parece un almacén de mobiliario que no se utiliza. Tras subir cuatro escaleras accedemos a una amplia recepción con un mostrador enorme, la zona de los ascensores, la cafetería y una zona de espera para clientes, perfectamente delimitados y en distintos ambientes.

Llegamos tarde y no perciben nuestra presencia. Los recepcionistas están en "su cuarto", hasta que hacemos uso del timbre que sobre el mostrador hace de elemento decorativo. El mismo proceso de siempre. DNI, Tarjeta de crédito, bla, bla, bla, pese a disponer de la Tarjeta Club Zenit, haber estado más veces y ser más allá de la medianoche.

Un axfisiante ascensor nos lleva a la primera planta. ¡Menos mal que sólo es la primera!. Al salir de él la sensación que se tiene es de antiguo. Realmente está cuidado, pero el juego de luces, el burdeos de la moqueta y el ocre de las paredes unido al mobiliario excesivamente clásico nos transportan a alguno de aquellos caducos Paradores Nacionales.

La puerta de la habitación cierra bien, pero no lo parece. Uno ha de cerrar dos veces o más para darse cuenta que es que no encaja del todo, pero que queda cerrada. El suelo impecablemente nuevo de parkles marrón. A las paredes se les ha dado una burda mano de pintura verdosa, aunque algunas fugas de agua del equipo del aire acondicionado o de alguna tubería no se han arreglado del todo y quedan restos de humedades en el vestíbulo. En él la puerta del baño, un espejo y un armario empotrado que sólo dispone de colgador. Luz tenue.

Una puerta separa la habitación del vestíbulo y permite que la potente luz de salida situada sobre la puerta no moleste por la noche. La estancia es ámplia. Sobre las dos camas un enorme espejo que ocupa todo el cabecero. Dos mesillas, una cómoda, una mesa de centro baja con un sofá, un escritorio con una banqueta y un maletero, el minibar que sostiene la televisión. Todo el mobiliario, aunque tiene un cierto carácter y aire clásico castellano, está pidiendo a gritos una mano de barniz que repare los daños provocados por el paso de los años.

La pared del cabecero de la cama aparece entelada en colores verdes y granates, a juego con las cortinas. Una ventana con una pesadísima persiana abre la habitación al patio de la recepción. Las camas son más que confortables, las sábanas muy agradables y nuevas, pero falta un cuadrante para poder ver la televisión, leer o trabajar en la cama incorporado. El trabajo en la mesa-escritorio es una tortura porque la silla ha sido sustuida por un banquito a juego con el mobiliario y cubierto por un mullido cojín.

Faltan luces de lectura y enchufes. Tan sólo uno disponible detrás de la cama. Poco adecuado para estos tiempos en los que viajamos cargados de gadgets tecnológicos. Wifi gratuito. La persiana impide el paso de la luz, con lo que la oscuridad es total. Pese a ello, el ruido del Aire Acondicionado impide que se pueda dormir con él encendido y la insonorización de las paredes es escasa por lo que se llegan a oir las conversaciones -y más cosas- del vecino de habitación.

El baño necesita un repaso. Sus azulejos en blanco y cobre tienen todo el encanto del mundo, pero con esto no basta. El suelo de mármol blanco deja mucho que desear y aunque se han cambiado las griferías los sanitarios resultan caducos con un punto de hortera. Una bandeja metálica algo oxidada presenta el set de amenities de la cadena. Bastante completo: champú, gel, jabón, set dental, de afeitado, calzador, peine.

El tapón del lavabo está atascado y no cuela el agua, aunque por el grifo tanto presión como temperatura son correctas. La bañera resulta algo estrecha y le falta muchísimo caudal y presión. Las toallas, abundantes, nuevas, esponjosas y suficientemente grandes.

Por la mañana, ¿algo de minibar? ¿coche en el párking?... Adiós.

Calidad/precio: 6.5
Servicio: 5.5
Habitación: 7.5
Baño: 5
Estado de conservación: 5.5
Valoración general: 6

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