miércoles, 18 de noviembre de 2009

NH PRINCIPE DE VERGARA (MADRID)



NH PRINCIPE DE VERGARA (****)
Príncipe de Vergara, 92
28006 Madrid
Telf: 915.632.695
Fax: 915.637.253

nhprincipedevergara@nh-hotels.com
www.nh-hotels.com

Habitación: 701
Fecha de Entrada: 13/11/2009
Tarifa: 65€ (Sólo alojamiento)

En el barrio de Salamanca, en una de las calles con más nombre de Madrid y estrategicamente situado tanto para viajes de ocio como de negocio, este hotel añora los tiempos en que fue uno de los estandartes de la cadena. Hoy, necesitando una reforma lo antes posible ha pasado a convertirse en uno de los hoteles de poco servicio pero tampoco poco coste.

Resulta complejo parar el coche delante de la puerta sin riesgo de que algún conductor se nos lleve por delante en medio de esa transitada avenida. Tras subir con las maletas cinco o seis escalones accedemos a un amplio y bullicioso hall que cumple a la perfección con los criterios arquitectónicos y decorativos de la cadena. Al fondo un alargado mostrador de recepción en madera y mármol, y hasta él distintas zonas con butacas, sofás y sillas en los tonos típicos de NH: azules, rojos y alberos. A la derecha queda una cafetería, los ascensores y la escalera.

La atención en el mostrador es lenta. ¿Cuantos NHs llevamos ya en el equipaje y siguen pidiéndonos nuestros datos?. DNI, tarjeta de crédito. La "molestia" se nos pasa cuando el recepcionista nos indica que nos va a asignar una habitación superior. La cosa se vuelve a desinflar cuando llegados a la habitación descubrimos que lo de superior debe ser por estar situada en el último piso.

El trance de los ascensores tiene su encanto. Hay tres, y aparentemente enormes. Dos de ellos están en el piso 4 a nuestra llegada y allí siguen a nuestra salida. Un sólo ascensor para semejante hotel se hace claramente insuficiente y hemos de esperar dos viajes para poder entrar. Imagino que el ahorro de luz debe ser contundente y el director será premiado en algún workshop de la cadena por su ahorro de energía. Dentro, el elevador es amplio, luminoso y forrado de espejos. Varios anuncios del hotel, y la carta del restaurante. Al salir de él, nos hallamos en el típico pasillo de NH: moqueta azul, puertas de madera brillante con pomos de acero, algún sofá alargado y luminosidad indirecta y acogedora.

Tras la puerta se abre un pasillo hacia la izquierda con un suelo enmoquetado en color azul con una moqueta muy degradada, de apariencia áspera y que incluso ha cambiado de color (hacia un tono rosáceo) en la junta de la puerta del baño y de la puerta de entrada. En ese pasillo encontramos a la derecha la puerta del baño y a la izquierda un armario ropero de puertas correderas de espejo que necesitan revisar el sistema de rodamiento. El armario en su conjunto da la sensación de oscuro y angosto.

Otra puerta nos aisla un poco más del pasillo y nos introduce en el dormitorio. Paredes forradas en madera, suelo de tarima bastante inestable e incluso a tramos inclinada, suficiente espacio lleno de luz gracias a la ventana del fondo abierta a un gran patio de vecinos. A la derecha una mesa de centro de mármol con dos butacas azules y varios libros y revistas. A la izquierda un escritorio agradable y cómodo con enchufe para el portátil pero wifi de pago. Junto al escritorio hay un maletero y el minibar sobre el que se ha dispuesto una bonita televisión de plasma.

La cama se presenta en blanco. Sorprende que sólo esté vestida con la sábana y una colcha blanca habiendo llegado ya el frío a la capital. El colchón es correcto así como las almohadas y la lencería, aunque les sobra un punto de esa aspereza que le da la lavandería industrial. Aparece enmarcada en un cabecero de madera al que se le han colocado sendas mesillas de mármol con enchufes e interruptores para todas las luces y dos lámparas direccionables de lectura. En una de ellas se ofrece un jabón líquido en forma de gel transparente. En la otra una bandeja de cortesía para preparar café, te... Sobre una de las mesillas, en el techo, hay una trampilla practicable absolutamente sucia y fuera de lugar que nos avisa que por allí algún día se salió el agua. Quizá por eso también la madera del suelo presente arañazos y en algunos tramos se muestra demasiado reblandecida.

La insonorización hacia fuera resulta convincente gracias a la contraventana y a la poderosa persiana que ayuda a alcanzar la total oscuridad. El aire acondicionado que funciona a la perfección en cuanto a la temperatura se refiere, también permite que se pueda dormir con él encendido porque se activa adecuadamente con la función Auto sin apenas ruido. Lástima que las paredes sean casi de papel y a las 12 de la madrugada asistimos atónitos a la bronca telefónica de los huéspedes de la habitación contigua.

El baño también requiere una reforma. Sigue el estándar antiguo de la cadena. Mármol en tonos marrones claros, un inodoro, un videt, una larga encimera con el lavabo un gran espejo y una bañera con ducha. El paso del tiempo deja manchas y rastros de suciedad en las juntas del suelo, sobre la encimera, tras la puerta... La presión en el lavabo es escasa y su caudal todavía más. Imagino que la cuenta de ahorro de consumo en el hotel sigue creciendo. La ducha es desesperante: apenas cae agua y sin mover el grifo la temperatura pasa de temperatura gélida a calor abrasador en apenas segundos repitiendo el ciclo cada pocos segundos.

Las amenities propias de la casa con la marca Agua de la Tierra se presentan envueltas en sobres de papel plastificado de colores brillantes anaranjados y verdosos. La variedad es amplia: set dental, de afeitado, gel, champú, jabón y gorro de ducha. Las toallas son numerosas pero requieren de una renovación: demasiado ásperas han perdido su esponjosidad y consistencia.

Por la mañana en la salida en recepeción les da prácticamente igual nuestra marcha. Ni tan siquiera se despiden. Eso si, preguntan antes por si habíamos tomado algo del minibar, claro, no vaya a ser que dejen de facturar 1,70Euros de una botellita de agua.

Calidad/precio: 5
Servicio: 4.5
Habitación: 6.5
Baño: 4.5
Estado conservación: 4.5
Valoración General: 5

7 comentarios:

Francisco Miranda dijo...

No dejo de preguntarme cómo serán las habitaciones convencionales si la tuya era la superior.

Lo de no poder ducharse agusto es toda una tortura y más para el viajero con prisas.

Anónimo dijo...

Lo primero, los comentarios son aburridos. La documentación presentada el el check in del hotel en imprescindible para el registro de polícia requerido a los hoteles. Con una tarifa de 65 euros una habitación en pleno barrio Salamanca (precio medio de la zona 120euros) no esperaría una suite.

Carlos Andreu dijo...

Querido amigo anónimo.
En primer lugar agradezco enormemente tu visita y comentario.
En seguro lugar tienes toda la razón en que los comentarios son aburridos. Muy aburridos. Por eso este blog apenas recibe 100 nuevas visitas diarias lo que es muy poco. Pero la misma libertad tengo para seguir escribiéndo en él, como tienes tú porque no hay censura previa a los comentarios, como tú para no leerlo. Te puedo asegurar que el mundo hay mortificaciones mucho menos severas que tener que aguantar mis "pijotadas" sobre los hoteles. Pero como a veces me aburro por las noches en esos sitios que pagas porque te dejen dormir un rato, pues seguiré escribiendo, más que te pese. Faltaría más.

La documentación presentada en el check in del hotel es imprescindible para el registro de polícia requerido a los hoteles como bien dices y sabes. Pero ya también se que si mi nombre está en la base de datos del hotel o de la cadena, y el recepcionista se fiara de mí, con tal de darle mi DNI él ya podría obtener todos los datos, y tanto tú como yo sabemos que el más sencillo programa de gestión hotelera permite "chupar" todos los datos de los alojados en el hotel esa noche de la base de datos y configurar con ellos un fichero informático que automáticamente se envía por email a la policía cada noche de madrugada. Por tanto si NH ya tiene todos mis datos bastaría con que el recepcionista "verificara" (como en las puertas de los aviones) que el que estoy allí soy yo.

Pero te diré más. Desgraciadamente el 80% de los recepcionistas de este país no tienen ni idea de esto, y sus jefes (directores o jefes de recepción) les dicen: tu llena campos, llena campos y ya está. Te podría contar mil anécdotas, pero la última de esta misma noche ha sido "No, yo tengo que copiar los datos que pone en el DNI". Y yo: "Oiga, pero esos datos están ya caducados, ya no vivo allí". "Ya pero a mi me han dicho"...

Respecto a la tarifa le puedo asegurar que no puse un arma sobre el mostrador del hotel para conseguirla, así que si el Hotelero (como suele ser habitual) no sabe, no quiere o no puede defender su categoría, el problema no es mío, sino suyo. Si un artista no defiende su caché es por su culpa, no por el contratista. Faltaría más!. En cualquier caso también le digo que si me hubieran cobrado 120euros posiblemente hubiera acabado denunciando un robo en la comisaría más cercana. Me hace gracia que me indique el precio medio del Barrio cuando usted y yo sabemos que en el Barrio está en Selenza, el Adler, el Wellington... que suben muchísimo la media de habitaciones y la tarifa media.

En fin, que borre la url de este blog de su historial y dedíquese a leer otras cosas menos mortificantes.

Toni dijo...

Carlos, trabaja un poco en la web hombre.:-) ¡Feliz año!.

Carlos Andreu dijo...

Gracias Toni. Tienes toda la razón. Desde Mayo hasta Navidad he ido muy desbordado de trabajo: he publicado un libro, me he metido en demasiados proyectos, y eso lo he dejado bastante de lado. Pero no te apures porque este 2010 lo retomo. El domingo tendrás colgadas dos críticas. Y así me pongo al día poco a poco. En cualquier caso, puedes buscar laguiadelandreu en el Twitter y seguirme por ahí también.

Anónimo dijo...

Afortunadamente todavia queda gente inteligente que sabe adaptarse a las necesitadades de cada tiempo, desgraciadamente vivimos una crisis que afecta a toda España con lo cual las tarifas no se pueden igualar a las que había hace un par de años,esto se hace en beneficio de todos,clientes y empleados, probablemente si las tarifas como usted apunta fueran 120 ó tarifas más altas el personal del hotel se reduciría al 50% al igual que los clientes que se alojan en el hotel, no creo que esto sea una solución correcta para demostrar la categoría de un hotel.
Creo que la clase, distinción,categoria de algo o alguien no lo marca el dinero si no las formas, saber estar y el saber adaptarse a cada situación
Sr.Andreu muchas gracias por toda la información que nos da acerca de los hoteles que visita pero es una pena que sea tan elitista

Carlos Andreu dijo...

Discúlpeme amigo lector pero creo que no me he explicado bien. Si el hotel NH Príncipe de Vergara tuviera la categoría que pueda tener un hotel Adler (que imagino conocerá) el hotel podría tener el doble de plantilla y usted cobrar 3 veces más. El problema es que el NH posiblemente antes de la crisis "atracaba" a sus clientes cobrando 120 Euros por una habitación que no vale 60. Si no, explíqueme usted porque la semana que viene (Fitur y con Madrid casi lleno) la están vendiendo a 130Euros y la siguiente, que no hay Fitur y Madrid está vacío la tienen a 68. Explíquemelo. Yo no pido elitimo. Pido coherencia. Que yo sea un elitista o no es asunto mío, y que yo si pudiera dormiría siempre en el Adler, también se lo digo ¿elistimo?. No creo, sentido común. Si no, el Ritz no existiría y Dom Perignon hubiera acabado tocando el violín en la puerta de una Iglesia...