lunes, 25 de mayo de 2009

Ñ MOMENTOS DE NAVARRA (TUDELA - NAVARRA)


Hotel Ñ Momentos de Navarra (***)
Canal de Mañeru s/n
Pol. Ind La Barrena
31500 Tudela (Navarra)
Telf: 948.413.413

hotel.tudela@gruponam.com
www.namhoteles.com

Habitación: 1
Fecha de llegada: 12/05/09
Tarifa: 60€ (Sólo Alojamiento)

Un moderno edificio negro en las afueras de Tudela y en el corazón de un Polígono Industrial y Comercial acoge un nuevo hotel con algunas peculiaridades como compartir la recepción con la cafetería, el restaurante y una tienda, pero sobre todo con un fantástico trato simpático y excesivamente familiar de Emy, alma mater de la acogida y la gestión de la reserva.

Solicitamos cama grande al realizar la reserva, y nos indican que esa cama sólo está disponible en la Suite, más cara, pero que nos la dejarán a la tarifa normal de 60€. Igual que el resto de habitaciones. En la parte trasera del edificio hay un parking gratuito para los clientes aunque en la puerta es más que sencillo encontrar sitio para aparcar, y más si uno llega fuera de los horarios laborales. Los montadores, instaladores y viajantes que frecuentan el hotel con mercancía en sus vehículos, sin duda lo agradecerán. Una zona cubierta de piedra pizarra negra y un pequeño jardín con césped nos recibe antes de entrar en el edificio.

Tras la puerta, toda la recepción se abre hacia la derecha. Muchísima luz gracias a los enormes ventanales que rompen toda la fachada. Paredes blancas y suelo de madera clara incrementan la sensación lumínica. Un larguísimo mostrador en blanco y cristal une la recepción con la barra del bar y la cafetería. Una televisión a demasiado volumen, resta calor a la acogida de Emy. Quizá excesivamente familiar y cordial, pero desde luego, se nota su interés porque nos encontremos a gusto y sobre todo por convencernos de volver a visitar el establecimiento. Ya dimos los datos al hacer la reserva, así que basta con una rápida fotocopia del DNI y nos entrega la llave de la habitación, explicándonos que hay wifi gratuito, que el parking está detrás, que el desayuno puede ser buffet o un café y un bollo en la cafetería...

Justo detrás de la recepción se sitúa el ascensor para acceder al piso superior, pero nuestra habitación está en el piso bajo. Al final del pasillo. Anchos corredores, muy bien iluminados pero con alguna deficiencia en el sistema de detección de presencia de las luces que hace que duren poco tiempo encendidas, aunque se vuelvan a encender. El suelo de madera quizá resulte algo ruidoso para zapatos y ruedas de maleta.

Junto a las puertas de las habitaciones se han colocado, sobre los números, pequeñas láminas de monumentos naturales de Navarra, con una pequeña leyenda inferior que explica al viajero lo que allí se representa. En nuestra habitación, hay una foto de las Bardenas. Foto que, mucho más grande, se coloca como cabecero de la cama.

Tras la puerta continúa el suelo de madera. Un ancho pasillo con la puerta del baño a la derecha nos introduce en la habitación. Muy funcional. Muy limpia. Muy grande. Muy luminosa. Paredes blancas, dos ventanas del techo al suelo cubiertas por unos estores negros y blancos llenan de luz la habitación. Puntos de luz sobre las mesillas, sobre el armario ropero empotrado y sobre la mesa de trabajo. Lástima un penetrante olor químico como de algún producto utilizado en la limpieza.

El mobiliario se reduce a una enorme cama de 220x200 cubierta con una manta color rojo situada frente a un cabecero mullido en color crudo y entre dos mesillas sobre las que cuelgan dos enormes lámparas, y que disponen de enchufes. Al pie de la cama, y muy separada de esta hay un curioso escritorio de madera, extraída de la pared. En el escritorio hay enchufe para el ordenador además de wifi gratuito de envidiable velocidad. También se ha dispuesto en forma de pinza sobre la madera una curiosa lámpara de trabajo. Sobre la mesa un potente plasma de 32 pulgadas, y junto a ella, entre las ventanas, un maletero. El armario empotrado de puertas correderas podría haberse vestido algo más, ya que solo se dispone de colgador y una balda a baja altura.

En algunos rincones más inaccesibles del techo hay restos de alguna tela araña, pero la limpieza domina casi todo como nota principal.

La cama resulta dura al principio, pero muy agradable durante la noche. El excesivo metraje de la misma hace que la lencería sea de una cama menor por lo que queda algo escasa en los laterales dando una sensación algo ridícula. A pesar de ello, sábanas suaves y manta ligera. El aire acondicionado funciona silenciosamente en las potencias más bajas. Aún así no es necesario su uso. La insonorización es bastante mejorable tanto hacia el interior, como hacia el exterior, aunque fuera no hay prácticamente vida desde la hora de la cena. Los estores que hacen de cortinas no impiden que la luz exterior se cuele por sus laterales. Quizá habría que hacerlos más anchos y más pegados a la ventana. Para colmo en la puerta hay un enorme cartel fosforito que se ilumina en la oscuridad (como gusiluz). Imagino que serán medidas de seguridad de estas marcadas por algún iluminado funcionario foral que no duerme más de 2 noches al año fuera de su casa.

El baño resulta formidablemente grande. Y funcional. Luces puntuales pero suficientes sobre la enorme encimera que alberga dos lavabos. Entre ellos una bandeja con un variadísimo set de amenities sin la marca del hotel. Sólo faltan gel y champú que lamentablemente se ofrecen en un dispensador de acero inoxidable dentro de la ducha. La presión en los grifos del lavabo es formidable, igual que el caudal y la temperatura.

Avanzando por el suelo como de piedra pizarra encontramos el inodoro, y frente a él una enorme cabina de ducha protegida por un cristal. En su interior, además del horrible dispensador de jabón una doble ducha: teléfono y efecto lluvia. Lástima que el botón conmutador de una a otra esté roto y sólo podamos probar el teléfono. En cualquier caso formidable presión, caudal y temperatura que hace que llenemos el escaso plato de ducha casi hasta desbordarse. Aunque las toallas son nuevas resultan algo pequeñas de tamaño. A cambio, se dispone de un formidable albornoz.

Por la mañana, el mismo trato familiar nos ofrece un café y un bollo. Lástima que en el mostrador de recepción la despedida no fuera tan cálida como la acogida.

Calidad/precio: 8.5
Servicio: 9
Habitación: 8.5
Baño: 7.5
Estado conservación: 8.5
Valoración General: 8.5

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