domingo, 8 de junio de 2008

HILTON MADRID AEROPUERTO (MADRID)




Hilton Madrid Airport (*****)
Avenida de la Hispanidad 2-4
28042 Madrid
Telf: 911.534.000
Fax: 911.534.001

Habitación: 117
Fecha de Entrada: 05/06/2008
Tarifa: 109€ (Sólo alojamiento)

Con más de un año de retraso Hilton planta la bandera en Madrid con este enorme hotel junto al aeropuerto de Barajas y a pié de N-II. Lo visitamos cuatro días después de su apertura, con lo que entendemos que algunas de las extrañas experiencias que vivimos se deberán a la falta de experiencia, y a la necesidad de terminar de asentar la construcción, pero que son errores imperdonables para un cinco estrellas.

Llegamos en nuestro coche, y nos sorprende lo desnudo de la entrada. Entendemos que faltan algunas macetas y plantas en la entrada principal, que a fecha de hoy se presenta desnuda. Tras la puerta giratoria, encontramos un enorme hall al que se abren los pasillos de las habitaciones y que comparten la recepción, el bar y tras los ascensores panormámicos el restaurante.

La atención en recepción es exquisita, cordial y rápida. Todo está preparado para sólo llegar, firmar y generar la tarjeta de la habitación. Dario, el ejecutivo de noche del hotel, se hace cargo de nuestro equipaje y nos acompaña a la habitación. A través de unos acristalados ascensores accedemos a los pasillos de las habitaciones, que se abren al restaurante.

Puertas lisas y negras con manillas de alumnio. Tras la puerta minimalismo puro en blanco, negro y cristales traslúcidos. La entrada en la habitación resulta algo oscura, aunque se mitiga con el mármol de la India que viste el suelo y que crea una agradabilísima sensación en contacto con los pies descalzos. Dario nos explica el funcionamiento de la habitación y queda a nuestra disposición para lo que podamos necesitar.

El espacio del dormitorio resulta enorme. Amplísimo. Junto a la enorme ventana hay un incríble sofá de relax y una lámpara que invitan a la lectura. El escritorio semicircular, con una comodísima silla para trabajar y una lámpara que cuelga desde el techo para ayudar a la lectura. Hay enchufes varios para el portátil y un teléfono. El cable de internet también está disponible, pero el servicio es de pago. Más de lo mismo. Hotel de negocios haciendo negocio con el internet que necesitan los hombres de negocios...

Junto al escritorio hay otro semicírculo de madera negra que acoge el minibar y sobre él una enorme televisión de plasma. Resulta sorprendente que el minibar sea de estos que "sólo tocar, ya estás pagando". No esperábamos algo gratuito, pero tampoco "tanta desconfianza". Junto a este, un enorme armario de puerta corredera y con fría iluminación en el interior, pero vestido con colgadores, baldas, una caja fuerte y hasta un curioso vaciabolsillos.

El espacio más importante de la habitación está dedicado al descanso. Entre dos mesillas decoradas con lámparas de pie unidas a unos cables semitransparentes encontramos una enorme e increíblemente confortable cama. De lo mejor que hemos encontrado por el mundo.. Fantástico colchón, suavísimas sábanas de hilo, un edredón nórdico ligerísimo, almohadas variadas en dureza y tamaño... Todo este conjunto enfrentado a una pared decorada con un dibujo en blanco y negro que reproduce parte del skyline de la ciudad. Sobre el dibujo, una luminaria muy agradable para la lectura o la visualización de la televisión.

En las mesillas, además de las lámparas, un radio despertador de complicado manejo que nos hace saltar de la cama a un volumen brutal cuando suena 40 minutos antes de la hora convenida. Junto a él, el block de notas que se pone junto al teléfono aparece protegido por una espectacular funda de piel azul, que imagino será objeto de hurto por los huéspedes más insensatos.

El foscurit que cierra la enorme ventana que ocupa toda la pared y que da a un enorme patio interior con un estanque evita que la luz entre en la habitación, pero su aspecto está bastante deteriorado, como si hubieran limpiado con él algunos restos de cemento de la obra... Entre él y la ventana encontramos volando varios mosquitos de esos típicos de una obra... quizá todavía no han podido terminar con todos.

Pero aunque la luz no entra por la ventana, increiblemente se oyen las voces del pasillo, las puertas de los vecinos, así como sus conversaciones. Y con todas las luces apagadas se escucha un más que molesto zumbido como si hubiéramos dejado muchos aparatos en "stand-by". El despertador emite una potente luz que es imposible de mitigar, salvo que optemos por taparlo con una toalla.

El aire acondicionado funciona de forma silenciosa, pero el display de utilización resulta complejo de manejar y de entender.

El baño es un enorme espacio separado de la habitación por unas enormes puertas correderas de crital translúcido. Muy luminoso, con un potenciómetro para rebajarle la intensidad si buscamos un ambiente más íntimo, y dotado de todos los servicios. Un curioso lavabo alargado de cristal con un enorme grifo y bajo él una estantería donde se colocan cuatro enormes toallas de baño, tres algo más pequeñas y cuatro de manos, junto a unas zapatillas, un confortable albornoz y un enorme secador de pelo.

Frente al lavabo que dispone de un enorme espejo muy bien iluminado sobre el que revolotea un mosquito una bañera y -separada- una amplia ducha cerrada por una puerta de cristal. Sobre el lavabo encontramos las amenities, de cuidado diseño y presentación, estupenda calidad, pero entre las que faltan los set dentales y de afeitado. Separados por una puerta inodoro y bidet, de los que todavía no se han limpiado algunos de los desaguisados que la constructora dejó como recuerdos (manchas sobre el mármol, y algunas otras sobre los sanitarios).

La ducha resulta ciertamente increible. Una enorme alcachofa de la que sale el agua a una presión increible y con una temperatura perfectamente controlada por un grifo termostático. Lástima que la señora de la limpieza olvidara en la jabonera la pastilla de jabón que utilizó el cliente anterior.

La despedida por la mañana resulta sorprendentemente estandar en el mostrador, visto lo visto la noche anterior. Sin embargo, es encantadoramente cordial y calida por el equipo de porteros y conductores de los microbuses que unen el hotel con el aeropuerto.

Calidad/precio: 8
Servicio: 8.5
Habitación: 8.5
Baño: 8.5
Estado de conservación: 7.5
Valoración general: 8

1 comentario:

Francisco Miranda dijo...

Me sorprende bastante el bajo precio para tratarse de un hotel así. Sería interesante saber qué cobran por el wifi y el desayuno. En cuanto a lo del minibar,parece que ya no se fían de nadie.

Me imagino que repetirás.