martes, 6 de mayo de 2008

HOTEL ANDREA (DERIO - VIZCAYA)



Hotel Andrea (***)
Larrauri, 1C
Ed. Arteaga Centrum
48160 Derio (Vizcaya)
Telf: 944.544.238
Fax: 944.544.330

info@hotelandrea.com
www.hotelandrea.com

Habitación: 563
Fecha de entrada: 05/05/2008
Tarifa: 65€ (Sólo alojamiento)

Hace años que un grupo empresarial le compró al obispado vizcaino una parte de su antiguo seminario y trató de convertirlo en Hotel. El nombre lo tiene, sin duda, pero no ha dejado de ser un seminario. Todo desde la entrada nos exhibe el espartano espíritu jesuita, que sin duda fue una de las Legiones de la Iglesia.

La iluminación exterior del edificio, en su contemplación nocturna, con lluvia -muy habitual en el Parque Tecnológico de Zamudio- aumenta la grandilocuencia de aquellas piedras que han debido ver forjarse tantas vocaciones y que han visto tantas frustradas. Y los dueños del edificio debieron aprender de aquellos curas descarriados y no de los que agitan a sus fieles desde el púlpito, porque todo es lamentable.

Ascendemos más de 20 enormes escaleras hasta la puerta principal, todavía presidida por una imagen de la Inmaculada. Tras la puerta, un empresa de alquiler de coches, un portal de una ¿vivienda? y una tienda de recuerdos. Desde allí accedemos al hall de recepción donde encontramos un mostrador para el público y otro mostrador que debe ser para el personal. La imagen es aterradora. Luces frías, distantes, colores blancos y azulados pasados de moda. Ordenadores antiquísimos sobre el mostrador, a través de una puerta podemos ver la parte de atrás de la barra de la cafetería... La atención tras el mostrador es tan fría como distante y cansina: DNI, Tarjeta de Crédito, Datos de la Empresa...

Por un pasillo más desangelado todavía "adornado" con unas vitrinas donde venden desde llaveros a mecheros pasando por bolas de golf accedemos a los ascensores panorámicos. Imaginamos que de día la visión cambiará por que de noche es oscuridad y vistas a un antiguo frontón reconvertido en varias pistas de pádel. Hasta el valle de Txorierri ha llegado la moda.

La salida del ascensor aumenta nuestros desconsuelo. Enormes alturas en los pasillos y un hall distribuidor enorme con moqueta y telas rojas cubiertas por una viejísima alfombra que desentona por completo y que soporta una enorme y desnuda mesa. Calor sofocante y sensación de cerrado. Pasillos interminables en los mismos tonos rotos por el blanco frío de las puertas.

Tampoco encontramos consuelo al abrir la puerta después de introducir una de aquellas llaves perforadas de plástico gris. Una estancia inmensa, desnuda, vacía, con un espectacular olor a cerrado y falta de ventilación. Tan sólo una cama grande, una mesilla (claramente falta otra) en la que se pueden contar hasta 10 marcas de cigarros que acabaron quemándose allí, dos sillas una mesa de centro, un armario escritorio con el minibar y con una televisión. Moqueta azul oscura deshecha por completo en algunas zonas como la entrada al baño. Paredes azules claras con rodapiés blancos destrozados en algunos tramos. Golpes, roces y arañazos por doquier.

Todo el mobiliario da una terrible sensación de baratija del Ikea. Sobre el cabecero de la cama, en el centro encontramos un enchufe y distintos interruptores para apagar la luz. Ninguno de los enchufes de la habitación tienen el ancho suficiente para conectar el móvil o un portátil, tan sólo el que hay junto a la puerta, a unos dos metros y medio de la cama y tres o cuatro metros de la mesa de trabajo ¿quien tiene un cable tan largo?. Wifi de pago... no podía mejorar la cosa.

La cama es confortable. Las almohadas se han vestido con sábanas demasiado grandes pero estas son de tacto suave y confortable descanso. Lástima que entre luz por debajo de la puerta, que el foscurit de la ventana no termine de detener la luz exterior, que haya un permanente ruido a tubería...

La mesa de trabajo es excesivamente estrecha para trabajar y su iluminación patética. Junto a ella, y a la vista una terrible papelera recubierta por una bolsa de basura negra. ¿Nadie le dijo a la camarera que se podría poner debajo de la mesa?.

La entrada al baño tampoco ayuda. Enorme, con techos altísimos, sanitarios viejísimos, amenities escasísimas y de bajísima calidad (gel, gorro de baño, pastilla de jabón). La grifería de una extraña sensación de ser de plástico. No hay más que un enchufe junto a la puerta, terrible para el que se afeita con maquina eléctrica, y los visillos de ganchillo de las ventanas nos recuerdan a los conventos de monjas y sus trabajos de costurero. Las toallas son adecuadas en número pero escasas en calidad: viejas, finas, poco acogedoras...

La ducha resulta escasa de presión pero decente de temperatura. Una insulsa cortina blanca se cuelga de una barra terriblemente construida con trozos de tubo de plástico pegados con cinta aislante. En el baño no hay "bronca" para ahorrar agua. Imagino que porque en Bilbao sobra -el verde de los montes no es pintado- y porque cuando conmutas el grifo de la ducha para que salga por arriba y no por abajo, sale por los dos lados... ¡qué para algo estamos en Bilbao!.

La despedida, cuatro horas después mantiene el mismo trato distante y frío de la llegada, más pendiente de las primeras chicas que llegan a trabajar al hotel (camareras de piso, cocineras...) que de si hemos conseguido descansar algo. ¿Algo de minibar?. Ni siquiera "su taxi le está esperando"... Adiós.

Calidad/precio: 4
Servicio: 4
Habitación: 4
Baño: 3.5
Estado de conservación: 4
Valoración general: 4

2 comentarios:

Francisco Miranda dijo...

Supongo que sabrás que resulta un hotel muy conveniente para ir a coger un avión y dejar ahí el coche durante unos días. No he estado en él pero sí en un pequeño hotel familiar en el mismo pueblo de Loiu, el hotel Loiu, donde me encontré muy agusto.Para otra vez podrías ponerlos a prueba.
Lo curioso es que el Andrea no lleva tanto tiempo abierto y parece que el deterioro en hoteles se produce a gran velocidad.

Carlos Andreu dijo...

Tienes razón Francisco pero hay hoteles en los aeropuertos que son absolutamente formidables. Por ejemplo, recién comentado, el Tryp Azafata de Valencia. Y tengo ganas de conocer el Hilton Barajas, que está a punto de abrirse.
La próxima vez buscaré el Loiu que me aconsejas, pero esta vez fue por culpa de Iberia que me canceló un vuelo y no tuve tiempo para maniobrar...
Gracias por tu visita!