domingo, 3 de febrero de 2008

HOSPES PALAU DE LA MAR (VALENCIA)



HOSPES PALAU DE LA MAR (*****)
Navarro Reverter 14-16
46004 Valencia
Telf: 963.162.884
Fax: 963.162.885

http://www.fuenso.com/?seccio=hospes_introduccio&establiment=5&desti=5
reservations.hospes.palaudelamar@hospes.es

Habitación: 305
Fecha de llegada: 2/02/2008
Tarifa: 165€ (Sólo alojamiento)

Ultima hora: El subdirector del Hotel se puso en contacto conmigo para pedirme disculpas por los errores en el servicio que cometieron en mi estancia. Simplemente este hecho le honra y desde luego aceptamos sus disculpas. Volveremos.

Junto a la Puerta del Mar, a una manzana del viejo cauce del Turia y a dos pasos de la comercial Calle Colón, Hospes plantó su enseña en Valencia para aprovechar los numerosos eventos que la ciudad está acogiendo en los últimos años (Visita del Papa, Copa América, Circuito de Fórmula 1...).

Sobre un palacete antiguo, y en una calle de complejo aparcamiento, el minimalismo más radical se hace cargo de nuestra estancia. Y se hace cargo el minimalismo porque el personal "pasa" de uno. No se hace cargo de nada. Pese a llegar en taxi, nadie sale a recibirnos y coger el equipaje.

Avanzamos por un patio encalado con una brillante escalera y sobre un suelo de madera que será común en todo el hotel. En el mostrador, estrecho, frío y soso, la acogida es agradable, pero nada más. Nos piden dos DNIs ¿para qué dos? y rellenar unos datos en un cuestionario. Un mozo nos va a acompañar a la habitación, pero no se digna siquiera a hacer el ademán de llevarnos las maletas.

Saliendo el ascensor unos pasillos blancos con moqueta de rayas negras y verdes nos conducen hacia la habitación. En algunos tramos la estrechez del pasillo ha provocado que el carro de limpieza raye brutalmente la pared. Cosa que podría corregirse con un poco de pintura. La puerta de la habitación se abre con una llave digital de alta seguridad, engarzada en un precioso llavero de piel marrón. Tras la puerta todo es fantástico, una vez que el "guía" de recepción desaparece.

Paredes blancas, suelo de madera marrón. Dos camas de ensueño con edredones nórdicos y fundas de hilo. Almohadones y cuadrantes espectacularmente grandes y confortables, y colchón inquietántemente cómodo. Lástima que las camas tengan ruedas y cualquier movimiento las haga "rodar". Enmarcando las camas, un cabecero de madera oscura con sendas mesillas con enchufes para el móvil, e interruptores.

Frente a la cama, y junto al balcón (con vistas a un ámplio patio de vecinos y al spa del hotel) un largo escritorio donde poder conectar el portátil y navegar gracias a su servicio de wifi gratuito. Sobre él una televisión de plasma algo justa de tamaño para la categoría del hotel. El armario ropero es amplio y con multitud de opciones (colgador largo, corto, cajones, baldas...) albergando también el minibar de precios prohibitivos (4 Euros el agua mineral pequeña) y la caja fuerte.

El AC es sumamente silencioso pero las cortinas no terminan de cerrar del todo por lo que la luz de Valencia entra en la habitación al amanecer. La insonorización es buena, pero a pesar de ello se oyen los golpes de las puertas cercanas al cerrarse.

Tampoco la solución de la luz está muy conseguida. Sólo hay dos alternativas: toda la luz encendida, o la luz de las mesillas. Todas puede ser demasiado y las de la mesilla, a veces, también.

El baño es sencillamente espectacular. Casi tan grande como el dormitorio y separado de este por una puerta corredera que comunica la cama con la enorme e increíblemente cómoda bañera. Todo blanco con alguna incrustación de mármol y suelo de madera oscura muy agradable. Al parecer a algunos huéspedes les gusta "jugar" con el agua, porque hay zonas tanto de la pared como del suelo terriblemente destrozadas por efecto de la humedad. También es cierto que si uno se da un baño en la bañera debe cruzar hasta la ducha para aclararse ya que la bañera no dispone de flexo con ducha.

El set de amenities es sencillamente contundente: Todo lo que uno puede imaginar, y además desodorante, cacao para los labios, jabones exfoliantes, distintos tipos de crema hidratante... Todo ello de una calidad y volumen excepcional. Incluso todos ellos con fecha de caducidad (el gel estaba caducado desde Julio). Las toallas de baño son excepcionalmente suaves y amplias, aunque el albornoz de talla pequeña le quede estrecho a más del 80% de los clientes.

Además de la bañera, encontramos un largo lavabo con un enorme espejo iluminado, una estancia donde encontramos el inodoro y el bidet (aunque el arquitecto erró en las medidas y la puerta no se puede abrir del todo) y una ducha exenta, en otra "mini estancia" de marmol blanco y con un fallido acabado en el "sumidero". Aunque la luz de la ducha es algo fría y el mango que sostiene la alcachofa agarra con dificultad, caudal y temperatura son espectaculares, así como espacio para agitarse debajo del chorro.

De nuevo falla el servicio por la noche, porque en un hotel de esta categoría entendemos que sería necesario que la gobernanta hiciera la cobertura, colocara algunos bomboncitos o un poco de agua... pero nada.

La despedida en recepción es tan fría como la llegada. ¿Algo del minibar? Pues Adios.

Calidad/precio: 8.5
Servicio: 4.5
Habitación: 9
Baño: 9
Estado de Conservación: 7.5
Valoración General: 8.5

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