MELIA SITGES (****)
Joan Salvat Papasseit 38
08870 Sitges (Barcelona)
08870 Sitges (Barcelona)
Habitación: 419
Fecha de entrada: 05/07/2018
Tarifa:
En el puerto deportivo de Aiguadolc, a dos pasos de las
playas y del centro de ciudad. Un enorme edificio blanco de 6 alturas, con
increíbles vistas al mar, concebido para congresos, ferias y exposiciones lo
que le da un aire quizá demasiado frío, quizá demasiado desangelado.
Una elegante pérgola de cristal y acero protege la zona de
carga y descarga de viajeros con algunos jardines alrededor. Unas cuantas
escaleras nos dejan en el par de puertas correderas de cristal. Dentro, un
enorme atrio sumamente iluminado, ya que una de sus paredes es completamente de
cristal, de arriba a abajo, las 6 plantas. Al frente una gran zona con sofás en
marrón y lámparas. Paredes en crudo, suelo de mármol con algunas zonas de
moqueta marrón. Alrededor de ese patio se abren a como si fuera el mítico
Marriott Marquis los pasillos de las habitaciones a modo de balconadas. Y un
par de columnas de ascensores panorámicos.
Hacía la izquierda, con el techo más bajo está la recepción.
Suelo en mármol, luminosa por la pared de cristal que da a la calle, paredes en
negro y cinco pequeños cuerpos en gris oscuro tras los que atienden tres
recepcionistas. El trato tras el mostrador es "de aeropuerto" . DNI,
tarjeta de crédito y poco apenas. Apenas un breve saludo. Nos explica el horario
del desayuno y la ubicación de los ascensores. Sobre el mostrador, en un
display de metacrilato se presenta la clave del WiFi que es veloz y gratuito en
todo el edificio.
Dos ascensores panorámicos, muy iluminados, en metal y
cristal, con suelo de mármol suben por ese atrio hacia las habitaciones. Un par
de pantallas proyectan imágenes del hotel y sus servicios. Las puertas
automáticas se abren a un pequeño recibidor. Suelo de moqueta cuidada marrón.
Paredes en blanco con puertas y moreras en marrón claro. Luces algo frías
aunque la calidez entra por la gran pared de cristal al exterior. A dos pasos
está nuestra habitación. Manivela de metal dorado en la que introducimos la
tarjeta.
Tras la puerta el suelo pasa a moqueta en tono salmón
bastante desgastada y sucia, especialmente en algunos tramos. A la izquierda de
la puerta la ranura para la tarjeta que activa la luz. Interruptores en color
dorado. Un paso más adelante la puerta, también de madera, del baño. Y justo
antes del dormitorio una rueda que permite seleccionar la temperatura del aire
acondicionado. La potencia se regula desde una rueda junto a la cama, así
como el encendido y apagado, lo que permite acostarse y dejar el aire encendido
hasta justo antes de dormir. Funciona perfectamente y sin apenas ruido. En la
pared derecha de ese pasillo hay un enorme espejo de techo a suelo. En la parte
de atrás de la puerta, con mirilla, hay un soporte para colgar algunos carteles
(el de no molestar, el desayuno en la habitación...).

En el espacio entre el minibar y la terraza y bajo un
curioso espejo de formas irregulares, una mesa de madera rematada en mármol
negro como escritorio. Sobre ella una carpeta explica los servicios del hotel.
Varios enchufes disponibles y una pequeña lámpara de metal y pantalla clara.
Una silla de piel clara bastante cómoda para trabajar.
El centro de la habitación lo ocupa la enorme cama doble vestida en blanco con un suave y ligero nórdico. A los pies un plaid morado y cojines a juego por delante de cuatro almohadas de distinta dureza y tamaño. Toda ella aparece empotrada bajo un cabecero enmarcado en madera rojiza y con una zona de piel blanca acolchada en el centro. A cada lado sendas mesillas a juego con el resto del mobiliario sobre las que se ofrece el teléfono, el mando de la televisión un bloc de notas y un bolígrafo. Sobre ambas hay interruptores para apagar todas las luces de la habitación, y una rueda para apagar el aire acondicionado. Enchufes disponibles para los aparatos electrónicos. El colchón, de buen calibre, nos permite un buen descanso. El entorno del hotel es tranquilo, así que no se oyen ruidos exteriores, aunque sí algunos pasos en el pasillo exterior.

A la izquierda, un inodoro con cisterna y un bidet con tapa, ambos en blanco, algo antiguos pero en perfecto estado. Junto al inodoro, el portarollos, un cajetín metálico para bolsas higiénicas, y un teléfono algo antiguo. De frente a la puerta encontramos la cabina de ducha, protegida por una mampara de cristal oscuro con el logo del hotel. La puerta corredera nos introduce en un generoso espacio en el que encontramos un toallero con dos enormes y mullidas toallas de baño, que junto con las dos de lavabo completan el set de lencería. Paredes y suelo de granito negro muy agradable. El remate es una moderna ducha con un rociador de teléfono a media altura y otro efecto lluvia desde arriba. La falta de mantenimiento hace que por alguna de las juntas del tubo de la ducha se escape bastante agua, lo que merma la presión del grifo.
En el mostrador, un adiós rápido e interés por si necesitamos ayuda para seguir el viaje.
Calidad/precio:
Servicio: 8
Ambiente: 8.5
Habitación: 8.5
Baño: 8
Estado de conservación: 7.5
Desayuno: 8.5
Valoración General: 8
Por la mañana, en un luminoso, gigantesco y bullicioso salón, con vistas al jardín y la piscina se sirve un completísimo desayuno buffet, con platos calientes (huevos, judías, tomates asados, tortillas, espárragos, bacon, salchichas...), fríos (embutidos, quesos, jamón, salmón...), bollería recién hecha, variedad de panes, zumo de naranja natural (artificial de otros sabores) y un café de Nespresso.
En el mostrador, un adiós rápido e interés por si necesitamos ayuda para seguir el viaje.
Calidad/precio:
Servicio: 8
Ambiente: 8.5
Habitación: 8.5
Baño: 8
Estado de conservación: 7.5
Desayuno: 8.5
Valoración General: 8
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