lunes, 8 de octubre de 2007

HIGH TECH PRESIDENT (MADRID)



HIGH TECH PRESIDENT (****)
Marqués de Villamagna 4
28001 Madrid
Telf: 915.771.951
Fax: 915.771.954

www.hthoteles.com
president@hthoteles.com

Hab: 206
Fecha Entrada: 05/10/2007
Tarifa: 145 €/Noche


Convenientemente situado entre la Castellana y Serrano en pleno barrio de Salamanca el High Tech President pasa por ser uno de los hoteles más curiosos de la última hornada de hoteles que se han abierto en el Barrio de Salamanca de Madrid. Una fachada sencilla de un antiguo edificio de oficinas destaca en la noche con una luz violeta que le da un punto New Yorkino.

Desde la entrada todo resulta curioso. Tres relojes nos indican la hora en Tokio, Nueva York y Baracaldo, junto a una cristalera decorada con el Bosque Encantado de Oma. Los números y letreros escritos con una letra sideral propia de una película de Star Trek. En poco espacio encontramos la recepción, una barra de bar, una pequeña zona de cafetería, sofás para descansar o darse a la tertulia y un par de ordenadores con webcam a disposición de los clientes.

La recepción es cordialmente atendida de forma amable, cercana y simpática –especialmente en los turnos de tarde- y rápidamente accedemos a la habitación. Las puertas del ascensor chirrían en algunas plantas y unas pantallitas con noticias fugaces amenizan el ascenso. Los pasillos, negros y oscuros se ven iluminados por unos pequeños focos violeta situados en el suelo que producen extrañas sombras al caminar sobre ellos.

La habitación es correcta en lo que a tamaño se refiere. Aunque tiene una ventana a un amplio patio interior la moqueta negra, las cortinas y las maderas de marrón oscuro, el cabecero de piel negra… dan una sensación algo tétrica. Una curiosa luz violeta ilumina la parte de debajo de las camas, los cabeceros, espejos… El armario dispone de colgadores y espacio suficiente y aloja la caja fuerte y el minibar. No se ha previsto una buena ventilación para el calor que emite este por lo que al abrir la puerta nos llevamos una “bofetada” de calor.

El baño está separado de la habitación con un cristal, que se puede ocultar mediante un panel corredero con otra foto del Bosque Encantado de Oma. Este panel da cierta privacidad al baño.

Una mesa escritorio de cristal –imitando a un cristal roto- estrecha y alta nos permite trabajar de forma algo incómoda, porque además también acoge la TV de plasma, que podría haberse colgado de la pared, y el ordenador portátil a disposición de los clientes con conexión a internet. El wifi es gratuito pero su velocidad es algo lenta y no funciona bien. El cable es más seguro y rápido aunque su acceso está complicado detrás de la TV.

La cama está incrustada en un cabecero de similpiel y entre dos mesillas del mismo cristal que la mesa. Invita poco al descanso ya que está colocada sobre un ruidoso somier de madera que cruje cada vez que uno se remueve. Las sábanas son correctas sin grandes concesiones al lujo. Lámparas de lectura individuales permiten descansar a la pareja mientras uno lee, trabaja… Lástima que una de ellas no funcionara.
La habitación tampoco ofrece nada más: ni block de notas, ni bolígrafo, ni revistas para la lectura, ni periódicos… En recepción es posible conseguir uno a primerísima hora de la mañana, pero no más tarde, ya que desaparecen por completo.

El foscurit de la ventana no cierra del todo lo que provoca que a primera hora de la mañana la luz entre en la habitación. El AC no funciona en el nivel mínimo y el medio ya produce bastante ruido.

El baño es pequeño. Ha dejado de ser un espacio íntimo ya que un muro de cristal nos lo muestra en su totalidad hacia la habitación. El WC, un calienta toallas y la báscula aparecen en un cuartito aparte cerrado por una puerta de cristal decorada con un vinilo en el que aparece a tamaño natural una mujer completamente desnuda (un atrevimiento creemos que fuera de lugar). El baño se completa con un lavabo, y una ducha con distintas opciones de chorros envuelto en una decoración excesivamente fría y minimalista. El lavabo es un cuadrado porcelánico apoyado sobre una mesa de madera que acoge los productos de acogida: abundantes, suficientes y con el agradable aroma de Roberto Verino. El grifo es un brazo rectangular fijo y alto absolutamente incómodo para todo. Si te agachas para lavarte la cara, chocas con él, si intentas beber agua no te cabe la cabeza debajo… Diseño y practicidad no siempre van de la mano.

La ducha vuelve a ser de cristal, por lo que desde la cama vemos completamente desnudo al que se esté duchando. Dispone de una alcachofa con forma estrellada y ducha de mano. La ducha fija con distintas potencisa de chorro para tonificar el cuerpo. La presión es más que suficiente y la temperatura acogedora.

Un dispositivo de luz situado a una altura baja, junto al inodoro ha sido arrancado y no arreglado. La papelera del baño, presenta bollos por sus cuatro costados, como si hubieran emprendido a patadas con ella. Las toallas son ámplias y adecuadas en cuanto a su suavidad y tersura.

En general un diseño muy atrevido, que en muchos casos se aleja demasiado de lo funcional.

Calidad/precio: 7.5
Servicio: 8
Habitación: 8
Baño: 8
Estado conservación: 7.5
Valoración General: 7.5

3 comentarios:

Anónimo dijo...

New Torkino?? En todo caso tendría que ser NEWYORKINO (en el caso de que, como me figuro, esté Vd. intentando adjetivizar la palabra).
Pero.... Porque aclarnos en términos tan anglosajones? Neoyorquino sería lo más apropiado, hay que darse cuenta de en qué país estamos.... Que viva España!!!

alex- dijo...

Con el pasillo a oscuras y las luces de neon a mi me pareció un lupanar encubierto.
La imagen en el baño de la chica está fuera de lugar..¿Acaso no van niños a las habitaciones?

Toni dijo...

Que manía les ha dado a algunos hoteles en tener el baño a la vista.