miércoles, 12 de noviembre de 2008

PARADOR DE ANTEQUERA (ANTEQUERA - MALAGA)

Parador de Antequera (***)
Pº García Del Olmo, s/n
29.200 Antequera (Málaga)
Telf: 952.840.261
Fax: 952.841.312

antequera@parador.es
www.parador.es

Habitación: 212
Fecha de entrada: 11/11/08
Tarifa: 65€/noche (Sólo Alojamiento)

Ni un mes hace que el Parador de Antequera ha vuelto a abrir sus puertas tras una brutal rehabilitación. Se nota todavía que algunas cosas están madurando, como el jardín, y algunos detalles mínimos en paredes, esquinas y techos. Junto a una ámplia zona de aparcamiento encontramos la luminosa recepción, en un enorme espacio blanco con suelo de madera rojiza y enormes puertas correderas de cristal hacia el jardín.

El mostrador no se ha reformado. Si en su diseño y en su equipamiento, pero el trato sigue siendo igual de funcionarial que acostumbra la cadena. Un montón de datos a rellenar, un montón de folios para firmar (luego dirá en el baño que hay que cuidar el medio ambiente cuando tengo que firmar el bienvenida en cuatro A4 distintos) y fotocopia del DNI y de la VISA, pese a que ya la dimos en la reserva.

Un muchacho de la zona, elegantemente vestido, nos acompaña por los pasillos hacia las habitaciones. No hace ademán de llevar el equipaje, así que cargamos con él, pero al menos su simpatía nos ameniza el camino. Un ascensor moderno y bien iluminado "baja" hacia la planta 2, donde se encuentran las habitaciones, la piscina y el jardín. Pasillos blancos llenos de luz con varias ventanas y con suelos de madera rojiza protegidos por una tupidísima alfombra con figúras geométricas con tal relieve que a veces resulta incómodo andar por ella y más arrastrar la maleta.

Madera negra en las puertas, enrasadas con la pared y con un modernísimo sistema de apertura insertando una tarjeta con un microchip en una ranura que dispone además de un timbre y de un indicador de presencia. Tras la puerta el espacio se vuelve magnífico. Suelo de madera marrón rojiza agradabilísimo a los pies descalzos. Una ranura para insertar la tarjeta y encender la luz con botones de no molestar y de arregle la habitación. A la derecha enormes armarios de distintos tipos: roperos, colgadores, con cajones, estanterías... En el último, cerca ya del dormitorio, la caja fuerte y el minibar excelentemente surtido. Frente al armario, una enorme y luminosa pared de cristal opaco que acoge el baño.

El dormitorio es colosalmente grande y colosalmente blanco. Paredes blancas, bien iluminadas. Cortinas color crudo que se cruzan con el foscurit para cerrar el paso por completo a la luz que entra por la interminable ventana, curiosamente protegida por fuera con una especie de toldo metálico fijo. Dos camas con nórdicos blancos y un cabecero en color marfil con un curioso remate en blanco y negro. Mesillas con formas caprichosas sobre las que disponemos de interruptores para apagar todas las luces de la habitación. Sobre estas, lámparas de noche de escasa potencia para la lectura.

A los pies de la cama un enorme maletero, y tras él un interminable escritorio con enchufe para la red y para internet, que es gratuito con cable (el wifi no llega todavía bien a todo el edificio). La silla de trabajo resulta muy cómoda pero algo baja de espalda para estar mucho rato. Entre el escritorio y el armario un espejo de cuerpo entero. Junto a la ventana sendos sofás invitan a la lectura y a la tertulia. Sobre el escritorio, un plasma suspendido en la pared que se ha quedado un poco pequeño de pulgadas para la inmensidad de la habitación.

La cama resulta increíble. Si formidable es el colchón, alucinante es el cálido pero ligerísimo nórdico con el que protegernos del frío de la Andalucía del interior. Suavísimas sábanas y mullidos edredones con cuadrantes de plumas en el armario para leer incorporado... Oscuridad total en la habitación. Aire acondicionado con modo automático, de sencillo manejo y de excelente rendimiento. Lástima que se escuche un poco al arrancar. Hacia afuera la insonorización es genial, a lo que se le añade que está en una zona algo apartada del centro, pero a un paso del casco histórico, y sobre todo rodeado de un extenso jardín. Hacia el interior sin embargo se escuchan demasiado las voces y pasos del pasillo.

Tras unas paredes de cristal y una puerta batiente encontramos el baño. Nada más entrar y de frente un enorme espejo bajo el que se sitúa una pieza porcelánica blanca en la que con grifos monomando de última generación se han incluido dos mini lavabos. Poco profundos para lavarse bien las manos, lo que provoca que se salpique demasiado. A la izquierda una bañera más que correcta con una mampara de cristal y una potente ducha con caudal, presión y temperatura magníficos.

Como magníficas son las toallas: nuevas, suaves, inmensas, mullidas, esponjosas, abundantes... Completo también está el set de amenities que sigue el estandar de la cadena con calidad más que suficiente (lástima que falle el jabón de manos y que no haya set de afeitado). A la derecha del lavabo y protegidos por una pared, inodoro y bidet.

Por la mañana nuestro temprano despertar hace que sorprendamos en recepción en animada charla a las señoras de la limpieza, con todos sus aperos abandonados junto al ascensor, con la encargada de la recepción. El trámite de la factura es sencillo, protocolario y rápido, pero el del cobro con la tarjeta es tan lento que decidimos abandonar el establecimiento tras dejar la numeración de la tarjeta -una vez más- para que cobren luego.

Calidad/precio: 9.5
Servicio: 6.5
Habitación: 9.5
Baño: 9
Estado de Conservación: 10
Valoración General: 9

5 comentarios:

Toni dijo...

¡Aleluya! Por fín están espabilando en Paradores.

Algo que no me gusta nada de nada es lo de la fotocopia de la tarjeta de crédito.

Unknown dijo...

nosotros estuvimos comiendo y fue surrealista y desagradable. la comida y los platos estaban bien, sin muchos alardes, pero el servicio fue patético, se confundieron en la factura varias veces, cuanto más lo arreglaban peor venia. Pero lo peor fue la falta de amabilidad, cortesía, sonrisa y profesionalidad de las camareras. En eso, este Parador sigue igual personal muy mayor y desmotivado en restaurante.

Carlos Andreu dijo...

Hola José Luis
No hablo del restaurante porque no estuve. Salí del hotel antes de las 7.30AM, así que me quedé sin ver el desayuno.
Si que te contaré que una vez en el restaurante del Parador de Argomaniz, en el restaurante se portaron como unos auténticos sinverguenzas conmigo y mi familia.
Por contra en el restaurante del Parador de Sos, en el de Tordesillas y en el de Segovia, además de disfrutar de la comida, disfrutamos de un excelente y simpático servicio...
Como tu dices, es cuestión de las personas.

La mirada de mis viajes dijo...

Hola carlos, desde hace tiempo sigo tu blog, yo tengo uno de fotos de mis viajes. ¿Te importa que ponga un enlace en mi blog al tuyo? si no te molesta pon un enlace del tuyo al mio.

Mi blog es: http://lamiradademisviajes.blogspot.com/

Un fuerte abrazo.

Carlos Andreu dijo...

Hola Mirada...
Perdona el retraso en contestar tu mensaje, pero como sabes he tenido el blog algo "abandonado".
Desde ya pongo un enlace a tu blog en el mío.
Un abrazo fuerte!