martes, 28 de noviembre de 2023

HOTEL VINCCI FRONTAURA VALLADOLID (VALLADOLID)


HOTEL VINCCI FRONTAURA VALLADOLID (****)
Paseo Zorrilla 332
47008 Valladolid

Habitación: 708
Fecha de entrada: 28/10/2023
Tarifa: 110 AD

Alejando del centro, en la parte sur de la ciudad, rodeado de amplísimas y luminosas avenidas de anchísimas aceras y junto a un enorme centro comercial encontramos este edificio exento, rectangular, de siete alturas, con enormes ventanales de acero y cristal y rodeado por un bloque de granito rosáceo. En la cubierta se remata un enorme cartel con el logotipo de la cadena. En la enorme acera apenas destaca un pequeño saledizo sobre el que en letras metálicas figura el nombre del establecimiento. 

Dos grandes puertas correderas de cristal con el logo del hotel en vinilo, separadas por una zona de gruesa alfombra negra nos introducen en el recibidor. Techo alto, suelo de cerámica negra muy brillante, y olor a piscina interior (que debe estar ubicada en el piso de abajo). El fuerte viento de la calle ha metido dentro algunas hojas. A la derecha encontramos la cafetería, con unas butacas en llamativo color rojo, abierta y bulliciosa, y a la izquierda, vacío, apagado y casi cerrado con unas puertas correderas, el salón de desayunos. De frente nos encontramos la alargada y estrecha recepción. A la derecha una vitrina iluminada ofrece a la venta libros y productos típicos de la zona. A continuación el poderoso mostrador de recepción, en el mismo porcelánico que el suelo. Muy ancho, presenta dos puestos de trabajo con grandes pantallas sobre el mismo. Hay una empleada atendiendo a alguien con un montón de facturas y una gran carpeta entre las pantallas de ordenador. Se aparta a un lado y nos atienda mientras la otra persona espera. Nos pide la documentación, la tarjeta de crédito de garantía, copia los datos en el ordenador de manera ágil y nos entrega en un cartoncito las dos tarjetas que hacen de llave de la habitación indicándonos el horario del servicio de desayunos.

En el cartoncillo está la clave del wifi que es veloz y gratuito en todo el establecimiento. A nuestras espaldas están los tres ascensores. De puertas metálicas especialmente brillantes. El interior, con poca luz está revestido con maderas, espejos y una botonadura metálica. Hay una pantalla que ofrece noticias e imágenes de los servicios del hotel. Las puertas se abren en nuestra planta ante un recibidor enmoquetado y con luces indirectas. Suelo en tonos oscuros, paredes en madera negra y puertas enmarcadas en madera clara. con pomos en metal brillante. Al lado de la puerta, sobre la madera negra, en metal, el número de la habitación.

Tras la puerta, muy ancha y en cuyo lado interior encontramos dos cartulinas una verde y otra roja para poder indicar el no molestar o la petición de arreglar la habitación, avanzamos por un largo pasillo de techo metálico blanco practicable. Suelo de madera brillante, a lamas, limpio pero con alguna zona demasiado machacada. Paredes en vescom a tramos color arena, y otros tramos en gris claro. Cálida sensación de modernidad y luminosidad, con algunos fallos de mantenimiento. A la derecha una ranura para activar la luz de la habitación. A ambos lados, sendas puertas correderas, también de madera clara. En el lado derecho, con un pomo de metal encontramos el acceso al baño, y justo enfrente, con un espejo de arriba a abajo, el armario. Su interior dispone de una zona de baldas en las que encontramos la caja fuerte, la bolsa de la lavandería, almohadas extra, y una bandeja con un hervidor de agua y varios juegos de café y té, y un colgador largo con una decena de perchas antirrobo. Cuando nos acercamos a esa zona hay una luz interior que se activa automáticamente con nuestra presencia. Al final de ese pasillo, entramos en el dormitorio, de generoso tamaño y muy luminoso gracias a su enorme ventanal del fondo, que ocupa de techo a suelo y de pared a pared. La ventana, practicable y con amplísimas vistas a la puerta principal, está protegida por unos visillos blancos y un cortinón que hace las veces de foscurit en tonos marrón claro que no impide la entrada a raudales de la  luz de la mañana.

En la pared de la izquierda hay un largo escritorio de madera a juego con el resto de la habitación. Bajo ella, una cajonera oscura de tres cajones, una butaca sin respaldo tapizada en rojo algo sucio, y una papelera metálica. Al lado hay un armario, de madera más oscura, que recoge el minibar con zumos, cervezas y aguas. Sobre la mesa, un enorme flexo dirigible de trabajo en metal y tulipa blanca y dos enchufes disponibles. La generosa pantalla plana de televisión cuelga de la pared. En el gran espacio que hay desde el minibar hasta la ventana hay un incómodo sofá tapizado en rojo, también algo sucio. En la parte de abajo de la ventana hay un largo radiador que caldea fantásticamente bien la habitación. 

A la derecha encontramos las dos camas. Vestidas con un sábanas, manta y colcha. En cada una de ellas una comodísima almohada y un cuadrante. Aparecen empotradas contra un cabecero de cuadrados de madera hasta el techo. A cada lado, sendas mesillas de madera con enchufes disponibles e interruptores para apagar todas las luces de la habitación. Sobre las mesillas hay sendas lámparas con pie de metal y tulipa en color marrón, y dos bloques de madera más oscura en los que hay anclados sendos flexos dirigibles para la lectura desde la cama, que están ya algo destartalados. En una de las mesillas hay un teléfono digital y en la otra el mando a distancia de la televisión. En la pared que queda encontramos junto a un cuadro de motivos vegetales el sencillo display del aire acondicionado (que sólo funciona en verano, teniendo el radiador de la ventana para el invierno) con un botón de encendido y apagado, varios puntos de potencia y una pantallita para seleccionar la temperatura deseada. 

El juego de luces resulta bastante agradable y cálido. La insonorización exterior formidable, pero la interior deja bastante que desear y se escuchan demasiado los ruidos de las habitaciones contiguas y las voces del pasillo. Aún así, el hotel es tranquilo y se descansa moderadamente bien. 

Tras una pesada puerta corredera accedemos al baño. Suelo de porcelana negra brillante, paredes en color crudo. Frente a nosotros una poderosa encimera también en negro con un lavabo exento de porcelana blanca junto al que hay un poderoso grifo de complejo uso. Al encenderlo acaba saliendo agua por la junta inferior del mismo hacia la encimera. Anclado a la pared hay un bote de jabón de manos. Debajo de la encimera hay tres cajones de madera (en uno de ellos un secador de buena potencia), una papelera metálica de pedal y un toallero del que cuelgan dos toallas blancas de lavabo. Sobre la encimera, en una bandeja de plástico negra se presentan dos vasos de metacrilato, un bote de crema hidratante. Anclado a la pared, un dispensador metálico de pañuelos de papel. Toda la pared frontal es de espejo. En el lado derecho, encontramos un espejo de techo a suelo. A su izquierda el bidet, sobre el que hay un teléfono y un potenciómetro que en su momento debía trasladar el sonido de la televisión hasta el baño. A su  derecha, un moderno inodoro con la cisterna incrustada en la pared. A su lado un portarrollos y una cajita metálica con bolsitas higiénicas. En el techo hay un extractor de aire que se activa con la luz y cuyo sonido resulta algo molesto. 

La iluminación del espacio es bastante adecuada: varios puntos de luz sobre la encimera, otro en la zona del inodoro y otro en la ducha. En el lado izquierdo encontramos la bañera, protegida por una pequeña mampara corredera de cristal, rematada con una grifería, también de complejo uso, que termina en una ducha de teléfono a la que le falta un punto de presión. La ducha queda demasiado cerca de la pared y ello nos obliga a poner los pies un poco inclinados en el inicio de la pared de la bañera. Dentro, dos botes anclados a la pared con gel y champú, y un toallero con dos toallas de baño blancas de correcta calidad y tamaño con el logotipo de la cadena. Con el pie de ducha completan el más que correcto juego de lencería. 

Por la mañana, en el bullicioso salón ubicado junto a la puerta se sirve un completo desayuno buffet. Varias cafeteras (una de ellas Nespresso), una nevera con zumos en botellas individuales y yogures, varios tipos de pan, fiambres, quesos, embutidos, huevos revueltos y bacon, tortilla, mini bocadillos, varios tipos de cereales, mermeladas, nutellas, y un surtido de miniaturas de repostería. Quizá llegamos en mala hora pero la reposición de producto es excesivamente lenta, encontrándonos algunas bandejas vacías. 

Luego, en el mostrador de recepción, la salida es francamente rápida. Después de preguntarnos por el minibar, nos desean un buen viaje.

Calidad/precio: 8
Servicio: 7
Ambiente: 7.5
Habitación: 8.5
Baño: 8
Estado de conservación: 8
Desayuno: 8
Valoración General: 8

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