domingo, 8 de febrero de 2009

ZENIT DON YO (ZARAGOZA)



Hotel Zenit Don Yo (****)
Bruil, 4-6
50.001 Zaragoza
Telf: 976.226.741
Fax: 976.219.956

hoteldonyo@zenithoteles.com
www.zenithoteles.com

Habitación: 811
Fecha de Llegada: 04/02/09
Tarifa: 60€ (Alojamiento y desayuno buffet)

En una pequeña calle junto al paseo de la Independencia y la Plaza Aragón, en uno de los enclaves más céntricos de la ciudad tanto para un viajero de negocios como para el turista el Don Yo es un clásico de la ciudad renovado para la avalancha de la Expo2008.

El hall no es demasiado grande, pero es sumamente luminoso, no en vano una de las paredes es totalmente de cristal con vistas a la calle. Decorado en tonos oscuros y con un larguísimo mostrador. Separado por los ascensores encontramos una zona más amplia como sala de estar/cafetería decorada con sillas y muebles de corte moderno y una enorme cristalera a la calle.

El trámite en recepción es simple. Basta con el DNI. Además nos explican con simpatía la forma de conectarse a internet mediante la red de wifi. Los ascensores son algo oscuros, muy pequeños (casi lo llena uno sólo con su equipaje) y vibran demasiado al ascender hasta el octavo piso.

Al salir del ascensor encontramos un recibidor estrecho con las escaleras enfrente. Mármol en el suelo. Antes de entrar en los pasillos, donde ya hay moqueta, encontramos nuestra habitación, pegada a la puerta del ascensor. Madera clara en la puerta, igual que en el suelo del interior una vez atravesada la puerta.

Un corto pasillo incluye la pesada puerta del baño y los mandos del aire acondicionado. Otra puerta que debería ayudar a la insonorización nos separa del dormitorio. El espacio es casi cuadrado. Suficiente para una persona pero algo escaso si fueran dos. La pared del frente es totalmente de cristal con impresionantes vistas a los tejados de la ciudad y al cielo aragonés. El suelo de madera clara muy agradable para los pies, luz suficiente, una cama ancha para ser individual, estrecha para ser doble, dos mesillas sobre las que hay lámparas de noche poco potentes, un estrecho escritorio de madera y cristal, un maletero, un armario que acoge el minibar y sobre él un televisor de plasma, un curioso galán de noche y un armario empotrado de puertas correderas de espejo pequeño, estrecho y escaso de espacio. Bajo el escritorio hay un enchufe para el portátil y el wifi es gratuito y de excelente señal previo registro en una web llamada wyfly.

La cama aparece vestida con una colcha de tonos crudos, bastante poco sufrida y con algunas manchas. El colchón parece nuevo y resulta sumamente confortable, al igual que la lencería de cama. La pesada cortina, a juego con la colcha impide el paso de la luz ya que dispone de un cierre con velcro para juntar las dos partes. La oscuridad se hace total y aunque los interruptores de la luz tienen un led naranja para orientarnos de su posición apenas destacan por el fenomenal brillo azul del interruptor de la televisión. No hay manera de eliminar su luminosidad de no ser que desenchufemos el aparato, operación poco cómoda. El aire acondicionado funciona de maravilla en cuanto a temperatura y sonoridad. En los niveles bajos de potencia el sonido es francamente inapreciable, pero sí la temperatura indicada.

Lástima que la insonorización de las paredes sea nula. La doble puerta nos aísla del pasillo con bastante contundencia y la potente ventana también amortigua el ruido del cierzo aragonés. Pero las paredes y suelos parecen de papel y se escucha a la perfección la alegría de la noche de los vecinos de habitación y de otros huéspedes pisos arriba o abajo.

El baño está reformado. Tras la pesada puerta encontramos un amplio espacio revestido por completo con mármol marrón claro. Inodoro y bidet que se quedaron sin renovación, lavabo tampoco reformado pero empotrado en una nueva y grande encimera de mármol. Lo mismo ocurre con la bañera a la que se le cambió el revestimiento, la grifería y se le añadió una mampara de cristal. En la encimera del baño se presentan sobre una bandeja de plástico un completo set de amenities de vivos colores y más que aceptable calidad.

La lencería de baño es abundante, pero demasiado desgastada sin llegar al descosido. Una lámpara de calor debería calefactar el espacio, pero no funciona. Aún así no pasamos frío. La presión de la ducha resulta excesiva. Caudal correcto pero demasiado aire mezclado con el agua. La temperatura resulta difícil de ajustar y con un leve toque en el grifo, pasamos del frío gélido al calor escaldante.

Por la mañana el desayuno buffet, servido en un luminoso salón con pared de cristal a la calle, presenta gran variedad de oferta pero destaca sobre todo lo malísimo de su café y la familiar simpatía del equipo humano que lo atiende. En el mostrador de recepción la salida es sumamente rápida. Simpática, pero sobre todo, fugaz. Dispone además de una máquina de autocheck out para evitar colas innecesarias.

Una localización fantástica, una tarifa sorprendentemente baja, un nivel de atención y servicio más que correctos, pero una insonorización algo débil para los que somos de dormir "flojo".

Calidad/precio: 7.5
Servicio: 8
Habitación: 6.5
Baño: 6.5
Estado conservación: 6.5
Valoración General: 7

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