miércoles, 10 de enero de 2024

NH COLLECTION AMISTAD CÓRDOBA (****)


NH COLLECTION AMISTAD CÓRDOBA (****)
Plaza de Maimónides 3
14004 Córdoba

Habitación: 132
Fecha de entrada: 30/11/2023
Tarifa: 

En el mismo centro de judería, pegado a la muralla y a dos pasos de la Catedral - Mezquita, en una recoleta plaza empedrada junto a la estatua de Maimónides encontramos un conjunto de edificios de tres alturas construidos en torno a varios patios típicamente andaluces encalados en blanco de configuración irregular. Una escalerita de media docena de escalones con macetas en la barandilla de forja nos deja ante dos puertas de cristal y aluminio, de las que hay que empujar. Entre medio de ambas hay una zona con un enorme logotipo de la cadena, en rojo, y alguna planta, además de una gruesa alfombra granate. La segunda puerta nos la abre un empleado que está allí al lado montando el árbol de Navidad.

Accedemos así a una pequeña recepción, cuyo mostrador está al fondo, frente a nosotros. A la derecha, un patio, a la izquierda unas escaleras que bajan hacia otros patios y comunican con las habitaciones. Suelo y paredes de mármol blanco con algunas incrustaciones en salmón, seguramente fresco en verano, pero en el lluvioso y frío día en el que hemos llegado a Córdoba resulta algo desangelado. La luz lo llena todo a través de grandes ventanales a esos patios. A la izquierda del mostrador, una mesa auxiliar nos ofrece agua fresca, zumos, frutos secos y chucherías de bienvenida. El mostrador es poderoso, en mármol negro, con una pantalla sobre el mismo y una amable empleada que nos atiende eficazmente. Nos pide nuestro DNI y rápidamente nos entrega los documentos a firmar y la tarjeta que hará las veces de llave de la habitación. Nos indica que al ser platino de la cadena nos han ubicado en una habitación mejor. Nos explica los horarios del hotel y sus servicios, el camino para llegar a la habitación y las claves del wifi, que es gratuito, pero que funciona con alguna dificultad en algunas partes del hotel.

Volvemos sobre nuestros pasos y bajamos otra media docena de escaleras para llegar a otro patio, más grande en el que se sirve el desayuno y que a nuestra llegada está tranquilo. Atravesamos un largo pasillo con habitaciones protegido por una mullida alfombra negra que amortigua el ruido de las maletas hasta llegar al siguiente patio, en el que encontramos la pequeña y coqueta piscina del hotel, y allí mismo tenemos nuestra habitación. Con los números metálicos anclados a una generosa puerta de madera clara.

Tras ella se mantiene el suelo de mármol, paredes recubiertas de un vescom clarito casi blanco. Un pequeño pasillo bien iluminado antes de otra puerta tras la que se accede al dormitorio hace las veces de vestidor. En el lado derecho encontramos la ranura de la llave que acciona las luces, y un estrecho espejo de techo a suelo con un fino marco de madera. Todo el lado izquierdo está ocupado por tres cuerpos de armario con puertas. En el primero, una barra colgadora con una docena de perchas de distintos tipos: para vestidos, para faldas, para chaquetas, para pantalones... En el cuerpo central encontramos una bandeja con un hervidor de agua y una cafetera Nespresso así como varios juegos de café y té, tazas, copas, vasos y una botella de agua de cortesía. Por debajo, un minibar con la puerta de cristal relleno de refrescos, cervezas y algunos zumos. Encima de él algunos snacks. En el último cuerpo, varias baldas donde encontramos la caja fuerte, la bolsa de la lavandería, un calzador, una gamuza lustrazapatos y una tarjeta para solicitar la limpieza manual del calzado. 

Tras otra puerta de madera clara accedemos al enorme dormitorio. Techos altos y espacio más que generoso y luminoso. En el lado izquierdo sobre un largo armario bajo se presentan una lámpara de cristal y tulipa marrón, una botella de agua y una bandeja con algunos pastelitos, cortesía del hotel. Cuelga de la pared, una televisión de pantalla plana. Delante del armario hay una pequeña mesa de centro con un par de revistas de la cadena, y delante un cómodo sofá doble tapizado en tela gris. En el hueco que hay hasta la ventana otra butaca tapizada en gris un poco más oscuro con un cojín y una lámpara de pie en metal con tulipa blanca.

La pared del fondo está ocupada por dos enormes ventanas de aluminio rojizo con vistas al corredor de las habitaciones y a la piscina. Aunque por allí mismo pasan algunos clientes que tienen la habitación en esa zona la insonorización del espacio es absoluta y no oímos nada. Un visillo y dos potentes cortinones con foscurit en el interior no consiguen impedir que por la mañana la luz se cuele, bastante, en la habitación. 

La pared de la derecha acoge la enorme cama empotrada contra un cabecero de corte árabe tapizado en piel gris metálica. Un colchón de descomunal calibre que resulta sumamente cómodo, seis almohadas de distinto tamaño y dureza, un ligero nórdico y excelentes sábanas. Un plaid gris -bastante limpio- en los pies de la cama a juego con la tela que protege el canapé. En el lado izquierdo hay una mesilla de madera blanca brillante. Sobre ella una lámpara de metal y tulipa blanca de cálida luz, algo escasa para leer desde la cama, un teléfono, un block de notas y un bolígrafo. Un enchufe para los aparatos electrónicos e interruptores (grandes y metálicos) para las luces. En el lado derecho, la mesilla aparece sustituida por el escritorio, también de madera gris, limpio y generoso, con una lámpara metálica en un extremo. En la pared de delante, un enchufe disponible. Bajo la mesa, una silla de madera de corte clásico, tapizada en tela gris, y una papelera de plástico marrón.

En la pared restante encontramos un ancho maletero tapizado en tela sobre el que hay unos interruptores y el display del aire acondicionado, con botón de encendido y apagado y una posición automática de selección de temperatura en una pequeña pantalla digital. Funciona perfectamente, y casi sin ruido. Al lado encontramos la puerta de acceso al baño. 

El descanso es muy agradable. El hotel es silencioso y bien insonorizado. La temperatura adecuada y aunque se echa de menos alguna luz más potente para leer en la cama, el conjunto lumínico resulta bastante agradable y cálido. 

También el baño es generoso. Mantiene el mármol en el suelo y en las paredes. Tres puntos de luz, algo fría, eso si, en el techo. En el lado derecho el inodoro, con la cisterna empotrada en la pared. A su lado una papelera metálica algo abollada de pedal, los portarrollos, un dispensador de bolsitas higiénicas y un teléfono color crema. Enfrente el bidet y sobre él un toallero metálico con dos enormes toallas mullidas con el logo de la cadena. Frente a la puerta, una larga encimera de granito negro acoge encima un exento y alargado lavabo de porcelana blanca con un poderoso grifo metálico detrás, una bandeja blanca con las amenities envueltas en cajitas de cartón (un peine, una caja de discos desmaquillantes, un gorro de ducha y un set dental), dos vasos de cristal, dos toallas de cuadrante pequeñas y dos toallas de manos. En la pared, encima del lavabo un  espejo rectangular con un recuadro de luz empotrado en él. A la derecha dos botes, uno de jabón de manos y otro de crema hidratante, un espejo de aumento direccionable, un secador de pelo de buena potencia y una caja metálica con pañuelos de celulosa.

En el lado derecho, dos perchas ofrecen sendos albornoces blancos mullidos con sendos juegos de zapatillas de felpa. Y a continuación la generosa cabina de ducha protegida por una mampara de cristal. Suelo blanco y grifería moderna con doble acabado, una alcachofa de teléfono y otra, arriba, de efecto lluvia. Temperatura y presión excelentes pero quizá falte un punto de caudal. Junto a la grifería tres botes: gel, champú y acondicionador.

Por la mañana, en un patio cercano a la recepción, y atendido por una simpática camarera se sirve el desayuno. Quizá falte un poco de luz -o bajar a desayunar más tarde- y haya que arreglar alguna de las goteras que la cubierta abierta al cielo provoca en un día de lluvia como el que nos toca. En una consola central se ofrece un variadísimo buffet. Zumos de naranja, piña, tomate, melocotón, granada, arándanos, té, distintos tipos de pan, sándwiches, bocadillos de jamón, fiambres, quesos, membrillo, mantequillas y mermeladas, cereales, fruta cortada... Los productos calientes (huevos...) se piden en el momento en una pequeña ventana que da a la cocina y a su lado encontramos otro puesto en el que una máquina de café nos ofrece de forma bastante silenciosa uno de bastante buena calidad.

Al final, en el mostrador de recepción, una empleada muy atenta nos pregunta por el minibar, pero también por si nuestra estancia ha sido de nuestro agrado y por si necesitamos ayuda para seguir el viaje. 

Calidad/precio: 
Servicio: 9
Ambiente: 8.5
Habitación: 9.5
Baño: 8
Estado de conservación: 9
Desayuno: 9
Valoración General: 9

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