jueves, 24 de abril de 2008

PARADOR DE FERROL (FERROL - LA CORUÑA)



Parador de Ferrol (***)
Almirante Fernández Martín, s/n
15.401 Ferrol (A Coruña)
Telef: 981.356.720
Fax: 981.356.721


Habitación: 201
Fecha de entrada: 23/04/08
Tarifa: 72€ (Alojamiento y Desayuno)

Delante de la ría, con vistas al astillero y en una plaza infámemente invadida por los coches Paradores eleva la media de lo que hemos visto hasta ahora. Un tres estrellas más que respetable con un precio interesante, habitaciones correctas, baños sorprendentemente ámplios aunque el trato humano no eleve la media de la cadena.

La recepción da una sensación de desorden provocado especialmente por un exceso de decoración clásica castellana, varios paneles informativos con alternativas turísticas de la zona, y un mostrador repleto de papeles, listados... El trato es tan distante como acostumbra la cadena. Nos vemos abrumados por un montón de papeles para firmar una y otra vez. A pesar de todo el trámite es rápido. Nos choca que el recepcionista nos atiende sin levantarse de su silla.

Un ascensor algo oscurso nos eleva a la planta de las habitaciones. El recibidor es ámplio y luminoso, con ventanas a la puerta principal. Varios tresillos clásicos, alfombras sobre el suelo de madera y muebles castellanos. A partir de ahí los pasillos están deficientemente iluminados con algunas luminarias excesivamente frías y descolocadas; en positivo, una larga alfombra en tonos pastel mitiga el ruido de pasos y maletas.

Tras la puerta de la habitación, de corte castellano y cerradura clásica de llave con llavero entramos directamente en la habitación. La estancia es ámplia y muy luminosa con una enorme ventana a la puerta principal. Suelo de madera clara y paredes en marrón muy clarito.

Adosadas a un cabecero de madera con unas lámparas de toque marinero penosas para la lectura y encuadradas entre dos mesillas, encontramos las dos camas, cubiertas por unas colchas amarillas bastante horteras a juego con las cortinas y con dos alfombras de pie de cama muy tupidas que están pidiendo a gritos una limpieza en seco. El colchón es formidablemente cómodo y las sábanas suaves. Sin embargo el almohadón resulta demasiado blando y a la mañana siguiente lo paga el cuello.

Para mantener el toque marinero la mesa de trabajo se ha sustituido por un incómodo escritorio extraíble en el que no cabe el ordenador aunque hay dispuesto un enchufe para la corriente y una entrada para el ADSL gratuito que ofrece el hotel. Ciertamente que no se suele venir a un Parador a trabajar, pero para colmo la silla se ha convertido en un curioso banco de inspiración naval. Dos sofás y una mesa de centro con una lámpara pegados a la ventana nos invitan a la lectura, tertulia o simplemente al descanso.

Frente a la cama, un armarito alberga el minibar ampliamente surtido. Y sobre él una televisión algo anticuada. El aire acondicionado funciona espectacularmente bien. Decir que es silencioso resultaría excesivamente escaso. Se nota la temperatura pero ni se siente el aire ni se oye. Espectacular. La enorme ventana se puede cubrir con unas contraventanas de madera y unos grandes cortinones por lo que la oscuridad está garantizada. Lástima que las normas de seguridad obliguen a colocar en la puerta una señal fosforescente que indica el camino de evacuación.
Antes de acostarnos, el hotel nos ofrece dos bomboncitos en una cajita con la inscripción "buenas noches".


El baño es sorprendentemente amplio. Con una gran ventana al exterior cubierta por sosos visillos. Inmaculadamente límpio y recubierto en marmol blanco dispone de todos los servicios: inodoro, lavabo, bidet y ducha. Aunque las amenities son de calidad, las propias de la cadena, falta en el surtido el set de afeitado y el set dental.
Toallas abundantes, ámplias pero algo endurecidas. Tanto la temperatura como el caudal de lavabo y ducha son fantásticos. Lástima que el toallero esté demasiado metido en la bañera y uno se juegue un coscorrón a primera hora que le termine de despertar.

Por la mañana, un escaso aunque bien surtido buffet de desayuno se sirve con un infernal café en una agradable galería con bonitas vistas de la ría.
Calidad/precio: 7.5
Servicio: 5
Habitación: 7.5
Baño: 8.5
Estado de conservación: 8.5
Valoración general: 8

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