miércoles, 12 de marzo de 2008

LA CASA DEL RECTOR (ALMAGRO-CIUDAD REAL)




La Casa del Rector (****)
Pedro Oviedo, 8
13270 Almagro (Ciudad Real)
Telf: 926.261.259
Fax: 926.261.260

recepcion@lacasadelrector.com
www.lacasadelrector.com

Habitación: 14
Fecha de Entrada: 11/03/08
Tarifa: 150€ (Alojamiento y Desayuno)

En el centro del pueblo, a cinco minutos a pié de la Plaza Mayor y sus corrales de teatro una antigua casona típica de La Mancha nos recibe convertida en hotel con encanto. Sin que sea estridente ni artificial, toda la casa es "de manual": trillos, azadas y otros aperos de labranza decoran las paredes, macetas con flores, patios que sirven como business corner, sala de reunión, lobby-recepción, y comedor para el desayuno...

Tras el enorme portón de madera encontramos un patio cuadrado. En él recogida tras unas paredes de madera y una incómoda ventana encontramos la recepción. Además hay una pequeña zona de estar con un sofá, una mesa con un ordenador donde conectarse a internet y unos pasos mas adelante el amplio, luminoso y colorido patio que sirve de salón de desayunos y al que se abren algunas habitaciones.

De la acogida destaca la cordialidad, el interés, la alegría y sobre todo la hospitalidad. Lástima que la recepción esté encajonada entre maderas y cristales, lo que da un punto de "separación" entre huésped y hotelero. Los trámites son sencillos y la sensación es más de bienvenida que de procedimiento.

A través de un pasillo y unas escaleras accedemos a nuestra habitación, situada en una entreplanta de un edificio contiguo de apariencia fría e insulsa. Tras la puerta, el espacio se nos muestra amplio y enorme. Parquet claro en el suelo, techos de hormigón curvo que nos separan del encanto y un caracter entre minimalista y nipón que lo invade todo.

La cama es muy amplia. Enormemente amplia, pero el colchón está practicamente colocado sobre un tablero situado sobre el suelo, con lo que su posición excesivamente baja hace incómodo acostarse y levantarse. El colchón es de latex, y esto provoca una extraña sensación de incomodidad y calor excesivo si uno no está muy acostumbrado a este tipo de textura. La lencería aunque es agradable está bastante machacada por el paso de los lavados y el uso.

Las mesillas disponen de enchufe para cargar el móvil, aunque sus luminarias para la lectura son francamente terribles.

Alrededor de la cama el espacio es sorprendentemente amplio: junto a un ventanal-mirador encontramos una enorme butaca con reposapies donde practicar la lectura (hay libros en la habitación) escuchar la cadena de sonido (la radio no se puede sintonizar, y tampoco hay CDs disponibles), ver la televisión (muy pequeña para el enorme espacio de la estancia) o simplemente descansar o tomar un café preparado con la cafetera de cortesía que nos ofrecen.

Bajo la televisión encontramos el minibar, y junto a esta, un pequeño escritorio donde trabajar. Allí mismo hay acceso a internet (gratuito) y enchufe para el portátil, aunque francamente a este hotel no se viene a trabajar. El AC funciona a la perfección, pero su zumbido resulta molesto y al arrancar produce un sonido como de bomba. Además al mantener las ventanas "típicas" de madera con herrajes antiguos, la luz acaba colándose por cualquier rendija. La habitación está lo suficientemente aislada en el edificio (tan sólo hay una habitación más a continuación de la nuestra) que no escuchamos voces ni ruidos del vecindario.

Una enorme ventana muestra la bañera a la habitación, y junto a ella la corredera puerta de cristal de acceso al baño. La estancia del baño es igualmente amplia, y parece construida "dentro" de la habitación. Tiene como tres partes separadas. Por un lado inodoro y bidet separados por una puerta en un espacio muy amplio. Por otro lado una zona con el lavabo, espejo... y la enorme bañera decorada con azulejos de colores.

Todos los dispositivos funcionan a la perfección, tanto en temperatura como en caudal, aunque el lavabo de cristal no es capaz de retirar agua con rápidez por lo que llega a llenarse, teniendo que cerrar el grifo. El baño ofrece todo tipo de amenities, aunque sean de aquellas standares que recuerdan a una botica antigua.

A la mañana un desayuno servido con esmero en la mesa nos ofrece un auténtico reguero de productos de la zona (migas incluidas!) con los que dar la bienvenida al nuevo día disfrutando de la enorme luz que entra por el patio. Para los meses de calor, unos enormes toldos permiten hacer sombra y evitar la canícula.

El hotel dispone de un restaurante típico y gratamente recomendable unas casas más adelante, en dirección a la Plaza Mayor.

Calidad/precio: 7
Servicio: 7
Habitación: 7
Baño: 7
Estado de Conservación: 7
Valoración General: 7

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