miércoles, 4 de octubre de 2023

AC HOTEL ARAVACA (MADRID)


AC HOTEL BY MARRIOTT ARAVACA (****)
Carretera de la Zarzuela 3
28023 Madrid

Habitación: 323
Fecha de entrada: 12/07/2023
Tarifa: 114€ (SA)

A pie mismo de la A6, rodeado de edificios corporativos y viviendas unifamiliares, lejos del centro de la ciudad pero con bastantes servicios (restaurantes, tiendas...) alrededor, encontramos este edificio típico de los hoteles de extrarradio de la cadena. Rodeado de algunos parterres y de maceteros con plantas dispone de una zona de acceso exclusivo para vehículos hasta la misma puerta del hotel. Cuatro alturas, combinando el granito gris con el crudo. Líneas rectas, ventanas de poderoso aluminio y un pequeño volumen que sale del alargado volumen principal en el que tras media docena de escaleras (o una rampa anexa) encontramos, bajo unas letras metálicas con el nombre del hotel el acceso a la recepción. A la izquierda quedaría la rampa que baja hacia el parking.

Tras las escaleras una enorme cristalera con puerta automática nos deja frente al mostrador de recepción. A la izquierda, una vitrina ofrece varios productos a la venta (vinos, dulces y libros). Justo enfrente el mostrador, y hacia la derecha se abre el amplio pasillo que conduce a los ascensores y al espacio que ocupa una moderna y cómoda sala que sirve de cafetería, restaurante y sala de estar. La primera sensación es de modernidad muy en la línea de los hoteles de la cadena. Allí mismo nos damos de bruces con el enorme bloque en gris metalizado, con el logo de la cadena en un extremo, que hace de mostrador de recepción. Tres puestos de trabajo pero sólo uno ocupado por una joven. El check in resulta tan tedioso como siempre, pero al menos se hace con simpatía. Hay que pagar en ese momento, aunque la factura nos la darán a la salida por si incluimos más gastos durante la estancia. Nos entrega los documentos que debemos firmar y en unas cartulinas las tarjetas que harán de llave en las habitaciones.

Caminamos hacia la derecha, y al fondo vemos los dos ascensores. Antes pasamos junto a unas butacas bajas sin respaldo que combinan la madera con el tapizado en tonos arena y gris, y una larga mesa de trabajo con dos equipos informáticos y una impresora a disposición de los clientes. Justo enfrente se ubica el restaurante con mesas altas, bajas, butacas, algunas estanterías y una gran pantalla de plasma en silencio que emite un canal de noticias. Calma y tranquilidad alrededor. Los ascensores son amplios, típicos de la cadena: paredes en madera rojiza con algunos carteles metálicos con los servicios del hotel, un espejo oscuro, botonadura metálica algo desgastada, suelo tapizado en oscuro y poca luz. 

Abre sus puertas a un recibidor rectangular con un par de estanterías vacías (de cuando la cadena ofrecía allí fruta fresca y prensa). Hacia la izquierda corre el pasillo de las habitaciones. Algo estrecho, suelo en moqueta oscura de tono verdoso, paredes en negro, luces escasas e indirectas, puertas en madera rojiza con manivelas de brillante acero. Tras la puerta, a la derecha encontramos la ranura para la tarjeta que activa las luces. A continuación, la puerta de cristal del lavabo, con un pequeño pomo metálico en forma de bola. Paredes en vescom color verde muy claro casi gris, suelo de madera oscura bastante bien cuidada y limpia. El techo del pasillo de entrada, de madera, tiene un punto redondo de fría luz en el centro. Antes de llegar al dormitorio encontramos a la izquierda el display del aire acondicionado: una rueda para la temperatura, un botón de encendido y apagado y otro para la potencia de salida del aire. Funciona bastante correctamente pero con bastante ruido.

A continuación el espacio del dormitorio. No es muy grande, y no queda demasiado espacio libre. A la izquierda, bajo un feo cuadro abstracto en color arena, se presenta el maletero, largo, en madera con un cojín de piel negro por encima sobre el que apoyar la maleta. A continuación un armario de madera color metal que recoge el minibar con un corto surtido de aguas, refrescos y zumos y una antigua televisión, algo pequeña de pantalla plana y mala calidad de imagen. Pegado a ello y en el espacio que queda hasta la pared del fondo, un largo escritorio de patas metálicas y mesa de cristal negro. Sobre ella un moderno teléfono, una fina lámpara metálica con tulipa en crudo y un enchufe disponible. Por debajo una papelera de metal y piel y una moderna silla de trabajo con ruedas también en metal y piel. 

La pared del fondo está ocupada por una ventana de potente aluminio negro con vistas a un lateral del edificio y mucha luz Aparece protegida por un foscurit de escasa consistencia y un visillo blanco. La luz se cuela por la mañana pero la insonorización exterior resulta formidable. Justo debajo, y sobre una alfombra espigada y algo plastificada hay una butaca de piel negra y una mesa baja redonda de cristal con pie metálico. 

En el lado derecho del dormitorio encontramos una blanca y cómoda cama. Amplia para ser individual, escasa para ser doble. Vestida con un suave edredón que recubre un cómodo colchón de generoso calibre, sostenido por un sencillo canapé negro. Ofrece tres almohadas decoradas con un ribete bordado en gris. Aparece empotrada contra un cabecero de madera oscura a cuyos lados hay incrustadas sendas lámparas de tulipa blanca y focos direccionables para la lectura en la cama. Las mesillas, una a cada lado de la cama, son simples repisas metálicas. Sobre una de ellas el mando de la televisión, sobre la otra un moderno teléfono propio de la cadena, un bloc de notas y un bolígrafo. Encima interruptores en negro para encender y apagar todas las luces de la habitación.

El armario dispone de dos puertas de madera oscura y cristales en blanco con pomos pequeños metálicos redondeados. La luz interior sale por los cristales creando una agradable y cálida sensación.  Una cajonera sobre la que se instala la caja fuerte; media docena de perchas normales, con el logo de la cadena; y una balda por encima en la que encontramos la bolsa de la lavandería.

El descanso es confortable. La insonorización es perfecta, pero no así la interior, que es manifiestamente mejorable y se escuchan demasiado los movimientos del pasillo y de las habitaciones contiguas. La sensación general de la habitación es de cierta modernidad, en línea con la cadena, pero de escaso espacio.  

El baño resulta el típico de la cadena. Espacio adecuado. Paredes y suelos de mármol negro y verdoso tras la puerta de cristal. A la derecha una encimera de cristal pulido con grifo monomando. Sobre ella una toalla de manos y una pastilla de jabón en una pequeña jabonera de porcelana blanca. Por debajo corre un toallero metálico con dos toallas de lavabo de tamaño adecuado y calidad correcta, que junto con dos grandes toallas de baño que cuelgan del toallero de la bañera completan el set de lencería. Sobre el lavabo un gran espejo hasta el techo. Tres puntos de luz constituyen la iluminación del espacio que resultan algo escasos para verse bien en el espejo. Bajo la encimera hay una papelera metálica. A la derecha de la puerta, anclado en la pared, un secador de buena potencia.

A la izquierda de la puerta, el inodoro, de cisterna exenta y justo enfrente y protegida por una mampara de cristal que no termina de cerrar bien y provoca que se salga bastante agua, una generosa bañera blanca. A sus pies, el pie de ducha doblado y en su interior tres botes anclados con champú, gel y acondicionador. Dentro, una grifería monomando termina en una ducha de alcachofa algo desvencijada. Presión, caudal y temperatura adecuadas.  

Por la mañana, en el mostrador de recepción algo de lío a la hora de hacer la factura, y poco más. .

Calidad/precio: 7
Servicio: 7.5
Ambiente: 8
Habitación: 7.5
Baño: 7.5
Estado de conservación: 7.5
Desayuno: 
Valoración General: 7.5

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