domingo, 8 de junio de 2008

VINCCI CAPITOL (MADRID)



Vincci Capitol (****)
Gran Vía 41
28013 Madrid
Telf: 915.218.391
Fax: 915.218.392

capitol@vinccihoteles.com
www.vinccihoteles.com

Habitación: 414
Fecha de Entrada: 04/06/2008
Tarifa: 123€ (Sólo alojamiento)

En uno de los más emblemáticos edificios de la Gran Vía madrileña donde esta gira formando la plaza de Callao, la cadena Vinnci reformó por completo este hotel, antes abanderado por Tryp.

La peculiar fauna de la Gran Vía durante la noche, hace que las puertas del hotel estén cerradas para garantizar la seguridad y la privacidad de los huéspedes. Un amable y cordial recepcionista con más entusiasmo y ganas de agradar que capacidades técnicas para hacer de forma rápida el check in nos recibe ofreciéndonos la mejor habitación que tiene disponible.

El trato es cordialísimo, pero el procedimiento tan cansino como siempre: DNI, tarjeta de crédito... pese a haber pasado la media noche. Por unos ascensores panorámicos accedemos a las plantas de la habitaciones. Oscuras, con moqueta negra e iluminaciones indirectas. Números y señales Art-Decó hasta que llegamos a la puerta de la habitación.

Tras ella directamente el dormitorio. Grande y amplio. Con luz escasa, paredes como plastificadas en marrón dorado y suelo de parquet marrón oscuro. Los interruptores de la luz permiten elegir entre distintas opciones: lectura, TV, relax, plena intensidad... aunque resulta complejo de manejar. A las cinco opciones presentadas se le añade la opción de apagarlo todo y la de sobre cualquiera de las opciones aumentar o disminuir la intensidad.

La habitación presenta un armario separado en dos con unas puertas como de rejilla que permiten ver el interior. Entre ambos el minibar y una estantería que hace las veces de elemento decorativo. El armario bastante bien vestido resulta algo incómodo para colgar ropa en las perchas, ya que es de "de carga frontal" no lateral.

A los pies de la cama encontramos unos curiosos puffs de inspiración Art Decó y una mesa móvil de difícil uso. Junto a la enorme ventana, colgado sobre la Gran Vía, y protegida por unas tupidísimas cortinas encontramos dos butacas separadas por dos enormes lámparas decorativas, que se presentan desenchufadas, aunque tampoco tienen interruptor.

Junto a la ventana, escondido por las cortinas, encontramos un enchufe para la luz y la red de internet, que permite la navegación de forma gratuita, pero en postura incómoda. Es entendible que el hotel esté más orientado al turismo (la zona, la falta de parking...) pero no es muy lógico que no haya una mesa donde poder trabajar, leer...

Pese al bullicio del exterior, la insonorización es más que adecuada. Tampoco entra luz del exterior porque el cierre de las cortinas es envidiable, aunque por la parte de abajo de la puerta de entrada se cuela la luz del pasillo. El AC resulta ruidoso para mantenerlo encendido durante la noche.

Entre dos estrechas mesillas en madera negra brillante, llenas de folletos, información... encontramos dos camas con un cabecero de skay a juego con la pared. Tras el cabecero la pared se presenta retranqueada y desde el interior cuelgan dos lámparas de lectura. El hueco que queda permite ver los cables de la luz y la pared "viva", aunque podríamos entender que se podría encontrar alguna solución para tapar ese agujero.

La cama resulta confortable: tanto el colchón como la almohada. Las sábanas son de una calidad estándar, incluso a veces destacan por el excesivo tratamiento químico que lleva aparejada su limpieza. En el pie de la cama, un pie de cama de terciopelo plateado, y frente a ella una televisión de plasma colgada sobre la pared. Junto a ella, tras un cristal de difícil apertura, un teclado para acceder a internet a través del televisor.

El baño resulta algo oscuro, pese a que existe una posición de luz que incrementa la luz del espacio, y que todo el interior de la puerta es un enorme espejo. Inodoro y bidet se enfrentan a un estrecho lavabo con un curioso grifo adherido a la pared. De tan estrecho que es resulta incómodo el lavarse porque golpeamos con el enorme espejo que hay frente al mismo. Junto al lavabo, de forma rectangular y porcelana marrón se presenta un enorme surtido de amenities, en el que es difícil echar alguna en falta. Toallas que podrían estar un poco más limpias pero calidad y cantidad más que aceptables.

La ducha se presenta dentro de una singular bañera de trazos rectos. Sin embargo hubiéramos esperado algo más que un simple flexo de ducha "de teléfono". Quizá podría haberse combinado una alcachofa de efecto lluvia con el flexo que se presenta, o una alcachofa con posiciones de masaje... Temperatura y presión absolutamente deliciosas; es más, la presión es tan fuerte, y la mampara de cristal transparente tan escasa que acabamos inundando el baño tras la ducha.

La salida, como suele ser habitual: ¿Algo de minibar? Adiós. Imagimamos que será la que debería corresponder al racionalismo arquitectónico que invade todo el hotel, porque si no...

Calidad/precio: 7
Servicio: 7
Habitación: 7
Baño: 7.5
Estado de conservación: 8
Valoración general: 8

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