jueves, 30 de agosto de 2007

EUROSTARS ANGLI (BARCELONA)




EUROSTARS ANGLI (4*****)
Anglí 60
08017 Barcelona
Telf: 93.206.99.44
Fax: 93.206.99.45

www.eurostarsangli.com
reservas@eurostarsangli.com

Número de Habitación: 214
Fecha de entrada: 28/08/2007
Precio: 95 €/noche (alojamiento y desayuno)

Un engendro de cemento y cristal rompe el clasicismo burgués de las casitas de esta calle situada en la zona alta de Barcelona. A un pie del Paseo de la Bonanova se levanta este hotel de nueva planta rodeado de centros médicos de prestigio.

Una atrevida arquitectura plagada de escaleras, desniveles y cristales de colores recibe al viajero en un no menos atrevido interiorismo. La recepción, aunque cordial en el trato resulta súmamente fría, casi hospitalaria: todo blanco, marmóreo... En días de viento el remolino de hojas secas entra dentro de la recepción, dándole un aspecto descuidado y sucio.

Pasillos negros con las puertas a ras de la pared nos trasladan hacia una futurista habitación. Justos con el espacio la habitación ofrece todo lo necesario para una estancia de trabajo: una cama agradable, con edredones nórdicos suaves y ligeros y un potente grupo de almohadas.

Las mesillas quedan más de 30 cm por debajo de la cama, con lo que coger el teléfono del despertar es todo un reto, igual que apagar la lámpara de lectura que se ha conseguido mediante un flexo extensible. Una silla de plástico incómoda y una mesa de diseño pero poco funcional permiten trabajar junto a una enorme cristalera. El hotel no dispone de Wifi pero sí que dispone de conexión modem para trabajar conectado a una clavija situada lejos de la mesa y de la cama, con lo que o se tiene un cable largo o...

Los displays de la luz permiten colocar la luz en tres posiciones distintas (máxima, media e íntima).

El baño queda incluido dentro de la habitación y separado tan sólo por un cristal, que esconde mediante una lámina de vinilo colorista la zona más íntima de inodoro y ducha. Amenities justas y correctas para un hotel de cuatro estrellas, aunque pinchamos con la presión del agua y sobre todo con la temperatura. No se consigue alcanzar un agua caliente de verdad. Sólo encuentro como explicación, el que no salga demasiado vapor a la habitación, pero... se pasa frío. Eso, unido a un aire acondicionado complejo de manejar y al excesivo minimalismo de la habitación hacen que la estancia resulte fría.

Unos pasillos oscuros nos llevan a la piscina, situada en la parte trasera del hotel. Paredes y suelos negros hacen que el agua de la piscina parezca negra, con lo que en un primer momento da la sensación de sucia. Sin embargo es uno de los rincones más agradables del hotel, y un agradable entorno de relax después de un día de trabajo.

En el salón de desayunos todo vuelve a ser de plástico y minimalista, con una temperatura gélida por el potente aire acondicionado, aunque quizá después del frío de la noche y de la ducha hayamos perdido el termostato.


Calidad/precio: 6.5
Servicio: 6
Decoración: 6.5
Estado conservación: 8
Situación: 8.5
Valoración General: 6.5

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