domingo, 31 de mayo de 2009

TRYP GUADALMAR (MALAGA)


Tryp Guadalmar (****)
Moby Dick 2
Urb. Guadalamar
29004 Málaga
Telf: 952.231.703
Fax: 952.240.385

tryp.guadalmar@solmelia.com
www.solmelia.com

Habitación: 607
Fecha de llegada: 25/05/09
Tarifa: 65€ (Alojamiento y desayuno buffet)

En el corazón de una urbanización de verano a las afueras de Málaga, a un paso del aeropuerto y delante mismo de la playa, el hotel se ubica en un edificio bastante soso en color albero roto por unas enormes terrazas a las que se accede desde las habitaciones con vistas al mar y a la larga playa casi vírgen que alcanza hasta Torremolinos.

Delante de la puerta un amplio aparcamiento descubierto con unas barreras que controlan el acceso. Tras dos sucesivas puertas correderas de cristal accedemos al patio principal en el que a la derecha se sitúa la recepción, quizá algo oculta y a la que se llega después de haber pasado por un centro de estética o peluquería y por las puertas de los salones de reuniones, muy activos en este establecimiento. En el centro del enorme patio varias zonas con sofás para el descanso y la tertulia. Al fondo a la derecha el ruidoso bar y restaurante y al fondo de frente el acceso a la piscina y a la playa.

La recepción aparece dividida en dos mostradores. El trato de Antonio es tan rápido y cordial como excesivamente familiar. Parece que nos conoce de toda la vida y comenta todos los datos del DNI y la Tarjeta de Crédito antes de asignarlos la llave de la habitación e indicarnos el pasillo de la derecha por el que se accede a los ascensores. Enormes, amplísimos y modernos, claramente renovados hace poco ya que no hacen juego con la época de construcción del hotel. No está viejo ni deteriorado pero los ascensores son muy muy nuevos y brillantes.

A la salida de los mismos accedemos a un espacio amplio, iluminado por una enorme ventana con vistas a la playa. Suelo de mármol y un pasillo que se abre a la izquierda a ambos lados. El pasillo sigue siendo de mármol blanco lo que aumenta la sonoridad de zapatos y maletas ante un deficiente insonorización de las habitaciones. Enormes puertas blancas en las habitaciones. Puertas que es necesario golpear con fuerza para que se cierren.

Tras la puerta continúa el mismo suelo. Paredes de gotelé color amarillento. A la derecha un enorme armario ropero que deja ver el paso de los años, con puertas de espejo. A la izquierda la puerta del baño. Tras este escaso pasillo, accedemos al dormitorio. Amplio y bien iluminado con la luz natural proveniente de una terraza algo descuidada pero con insuperables vistas al mar y a la playa. Sin luz natural el juego de luces pierde mucho, muchísimo y resulta complicado leer, trabajar.... El mobiliario es de estilo rústico. A los pies de las camas hay un maletero al que se une un gran escritorio con la televisión sobre él, y una incómoda silla delante. No hay enchufe disponible y el wifi es de pago (Zona ADSL de Telefónica).

Junto al balcón se han dispuesto dos butacas con una mesa de centro justo delante del aparato de aire acondicionado, que aparece anclado a la pared con el mando a distancia adherido a él. El equipo no es muy ruidoso pero molesta durante la noche. Las camas se presentan en blanco en contraste con los cuadros horteras de las cortinas. Dos camas amplias separadas por una mesilla que acoge un insulso teléfono y un enchufe para el móvil o el portátil, aunque las lámparas sobre la cama son de penosa potencia lumínica. El colchón y la lencería son cómodos y modernos, aunque el almohadón resulta algo incómodo por excesivamente duro (para gustos, los colores).

Aún así el descanso se ve roto por la escasísima insonorización con el pasillo, la escasa con el exterior (que se oiga el mar puede llegar a ser relajante, pero que se oigan los aviones en las últimas aproximaciones hacia el Aeropuerto situado a escasos 2km resulta molesto) y la luz que entra por debajo de la mal ajustada puerta.

El baño es más luminoso. Con paredes alicatadas en azulejo hasta media altura y rematadas en color azul claro. Al usar el lavabo el desagüe despide un desagradable olor que se va disipando poco a poco. Por el grifo el aire domina la mezcla con el agua. Las amenities propias de Tryp pero de escasa variedad: gorro de ducha, pañuelos y dos horribles botes de gel y champú anclados en la bañera y otro de jabón de manos bajo el enorme espejo que preside la encimera que alberga el lavabo.

La ducha, protegida por una antihigiénica cortina de tela blanca con un logotipo de Tryp de hace dos o tres imágenes corporativas se presenta fija en la pared, a escasa altura y con una presión y caudal desesperantemente flojos. Imposible despertarse debajo de ese chorrillo. Para colmo el equipo de lencería es manifiestamente mejorable en cuanto a limpieza, planchado y estado.

Por la mañana el desayuno resulta sorprendente. Escasito en servicio, pero con buen café, mejor calidad de producto y excelente surtido. Una buena manera de olvidar el fiasco de la ducha. Tras ello en recepción el mismo Antonio con el mismo trato campechano nos pregunta por el minibar y por si hemos descansado. Y luego nos cobra mientras se ofrecer para ayudarnos en nuestro viaje (taxi...).

Calidad/precio: 6.5
Servicio: 7
Habitación: 6
Baño: 4.5
Estado conservación: 7
Valoración General: 6

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