jueves, 7 de marzo de 2024

HOTEL MARRIOTT VILLAHERMOSA (VILLAHERMOSA, TABASCO - MÉXICO)


MARRIOTT VILLAHERMOSA (****)
Avda Tabasco 1407
Colonia Tabasco 2000
86030 Villahermosa (Tabasco)

Habitación: 704
Fecha de entrada: 3/03/2024
Tarifa: 125$ (AD)

En el corazón de la capital tabasqueña, rodeado de centros comerciales (a los que se puede acceder desde el propio hotel) y pequeños restaurantes de comida rápida, la cadena Marriott gestiona este imponente edificio de 11 plantas, construido en cemento blanco, con largas y oscuras ventanas en medio de un agradable jardín subtropical que recoge la piscina y una zona generosa zona de aparcamiento.

Un enorme atrio cubierto y rodeado de vegetación nos deja frente a una puerta de cristal con dos hojas normales y una central giratoria. El logo de la cadena resalta en la pared y también sobre la enorme y mullida alfombra negra que nos recibe. Sale a la puerta el atento Carlos, que nos da la bienvenida y nos ofrece hacerse cargo del equipaje. Nos abre una de las puertas normales y accedemos a un enorme espacio de recepción. Suelo de mármol brillante, paredes en tonos coloniales con grandes ventanales. Techo alto. A la derecha encontramos la tranquila zona del bar, con butacas y sofás para sentarse a conversar. En un extremo de la barra, muy cerca de la puerta, se ofrece un dispensador de agua con frutas como bebida de cortesía. Al otro lado, frente a una pequeña tienda de recuerdos y moda y un business center encontramos el enorme mostrador de recepción. 

En forma de L, madera en la parte baja y un potente bloque de mármol sobre la misma. Encima, algunos carteles y displays con información sobre la cadena, el mostrador dedicado a los clientes del programa de fidelización, y dos empleados sonrientes que nos esperan para atendernos en alguno de los cuatro o cinco puestos de trabajo que hay. Por encima, una enorme lámpara de tulipa negra. El check in es relativamente rápido. Revisa nuestro pasaporte, nos asigna la habitación, no entrega un cartoncito con una elegante tarjeta negra con el logo de la cadena, que hará las veces de llave, nos explica los horarios de servicio del hotel, la clave del wifi, que funciona veloz en todo el edificio y una galletita de cortesía por ser miembro del programa de fidelidad. 

Unos pasos más adelante se abre un pasillo a la izquierda. y junto a un par de mesas con motivos florales encontramos los dos ascensores. Enormes, modernos. Paredes metálicas con un espejo oscuro en la del fondo. Hay que aproximar la tarjeta de la habitación a un lector para activar el pulsador que nos permite llegar a nuestra planta. Las enormes puertas automáticas se abren a un espacio decorado con alguna mesa, un par de butacas, un espejo y una ventana con bonitas vistas a la ciudad. 

A la derecha se abre un pasillo de lado a lado, en el que encontramos las habitaciones. Algunos carteles de cerámica en color arena nos indican la dirección de las mismas. Moqueta mullida algo deteriorada en tonos grises y rosas. Paredes de madera oscura y luces indirectas. La puerta se abre acercando la tarjeta a un lector. Dentro, suelo de mármol crudo, limpio y cuidado con una cenefa oscura alrededor de todo el espacio. En el lado derecho, junto a la puerta, la ranura para activar la iluminación de la habitación. El aire acondicionado, muy sonoro, está encendido y hace algo de frío. En el lado derecho hay tres puertas de ligera madera, pintadas en color chocolate, y con lamas que dejan entrever el interior, que se ilumina creando una agradable atmósfera fuera. Dentro, una barra colgadora larga con una decena de perchas, una balda por encima ofrece una manta de repuesto y una almohada más. Una plancha, varias baldas y una caja fuerte. Además, la bolsa para el servicio de limpieza de ropa y de zapatos. Enfrente, la puerta del baño, de madera con pomo redondeado, y a su lado un espejo de cuerpo entero.

Un paso más adelante entramos en el enorme dormitorio. Paredes blancas con un alto zócalo en gris. Luz a raudales que entra por la enorme ventana (no practicable) que de lado a lado recorre toda la pared del fondo. Protegida por un potente foscurit y por un visillo en tonos crudos. A la derecha, bajo una lámina con un plano antiguo del Golfo de México hay un maletero de madera con tiras de tela negra. Delante una papelera de plástico con dos espacios para el reciclado. A su lado, un enorme armario sobre el que está la gigantesca pantalla plana. Por debajo cajones y tras dos puertecitas una cafetera con varios servicios de café, vasos y azúcares. 

Un paso más adelante, y justo antes de la ventana, un escritorio de madera con 'tapa' de mármol. Sobre él, una lámpara de tulipa color marrón. A su lado, en la pared varios enchufes disponibles y un interruptor para una potente luz que se ubica justo encima. La silla, algo incómoda está totalmente tapizada en terciopelo color gris amarronado. La altura de la silla y de la mesa hacen que para los que somos altos resulte un poco incómodo meter las piernas debajo. Al lado, y pegada a la ventana hay una cómoda butaca tapizada en tonos grises con una banqueta baja para apoyar los pies, algo machacada. Detrás, una lámpara alta de pie, en metal oscuro y tulipa gris amarronado.

En el lado derecho encontramos la cama. Situada contra una pared con estuco verde y un bonito cabecero con baldosas de motivos vegetales y una madera de tono rojizo brillante, que ofrece a cada lado sendos reflectores de luz direccionables para el trabajo en la cama. Canapé protegido por una tela color verdoso, colchón de gran calibre, muy cómodo, cuatro almohadas de distinta dureza, limpias y elegantes sábanas blancas. A cada lado sendas mesillas rectangulares, de madera, con tapa de mármol. En ambas hay lámparas de metal con tulipa de tela verdosa, que se encienden con una pera que queda, incómoda detrás de la mesilla. En ambos lados varios enchufes normales (para México) y de USB. Sobre una de ellas hay un moderno teléfono, un bloc de notas, un bolígrafo, el mando a distancia de la televisión y un radioreloj despertador. En los cajones el libro de Mormón y el Nuevo Testamento.

Los interruptores permiten hacer un juego de luces agradable, especialmente jugando con las lámparas de la mesilla, cuya luz es más cálida que los dos potentes puntos de luz del techo. La insonorización exterior es perfecta, y la interior bastante bien lograda. El aire acondicionado es ruidoso, y se regula desde un display (con botón de encendido y apagado, con varias potencias y una rueda para seleccionar la temperatura) ubicado en la pared de la izquierda del dormitorio junto a un par de láminas vegetales.

El baño es algo justo de tamaño. Todo él en mármol. Quizá va requiriendo una renovación especialmente en algunos acabados y en la iluminación, pues resulta algo oscuro. Suelo de mármol en crudo, salmón y negro, algo roto. Techo excesivamente bajo. A la derecha una larga encimera en mármol color arena con un lavabo blanco rajado (aunque no se sale el agua) con tapón de goma y grifo monomando algo antiguo aunque funciona a la perfección. Sobre la encimera un enorme espejo de lado a lado pero que queda excesivamente bajo para los más altos. En la pared derecha un secador de pelo de escasa potencia, y un espejo de aumento. En la pared izquierda una repisa de madera con tres botes de decoración un vaso de vidrio, una toalla de lavabo y dos de manos. Al lado cuelga una lámpara de luz tenue de corte árabe que da una suave sensación al espacio, de por si bastante oscuro. Sobre la encimera en una placa de metacrilato se ofrece un bote de crema hidratante y una pastilla de jabón, además una caja con pañuelos de celulosa y dos botellas de agua. Por debajo de ella, un toallero con otra toalla de lavabo y un armario de madera con una moderna báscula. 

Frente a la puerta queda el inodoro, típicamente americano, y en buen estado. Encima de él un par de láminas vegetales enmarcadas. A su derecha los portarrollos y una papelera de plástico gris, y a su izquierda un teléfono antiguo anclado a la pared.  Tras la puerta, y ocupando todo el lado izquierdo una bañera alguna antigua protegida por una limpia -pero antihigiénica- cortina de ducha en blanco. La grifería está bastante raída, al igual que una barra y especialmente una jabonera que hay en su interior. Presión, temperatura y caudal son correctos, y el remate de la ducha, en una alcachofa anclada a la pared, como suele ser habitual en el continente. Aunque activamos el intercambiador de salida de agua, sale a la vez por la ducha y por el grifo de la bañera, que se puede cerrar con un pesado tapón metálico. Anclados a la pared tres modernos botes de plástico dispensan gel, acondicionador y champú. Un toallero en el interior ofrece dos buenas toallas de baño y un pie de ducha todo ello en blanco y de excelente calidad. 

Por la mañana, en un bullicioso restaurante, atendido formidablemente por un enorme equipo humano uno puede encontrar todo lo que pueda imaginar en zumos naturales hechos al momento, cocina mexicana de todo tipo, tortillas, tacos, fiambres y quesos, huevos hechos al momento a distintos gustos, exótica fruta cortada y preparada, algunos bollos y dulces típicos de la zona. Sobre la mesa, ofrecen una enorme jarra de café (americano) que el personal sirve continuamente en grandes tazones. 

La salida en el mostrador es formidablemente sonriente, rápida, atenta y amable. Hasta pronto.

Calidad/precio: 8
Servicio: 9
Ambiente: 8.5
Habitación: 8.5
Baño: 7.5
Estado de conservación: 6
Desayuno: 9
Valoración General: 8.5

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