viernes, 20 de marzo de 2009

MELIA SEVILLA (SEVILLA)



MELIA SEVILLA (****)
D. Pedro de Castro 1
41004 Sevilla
Telf: 954.422.611
Fax: 954.421.608

melia.sevilla@solmelia.com
www.solmelia.com

Habitación: 626
Fecha de llegada: 18/03/09
Tarifa: 65€ (Sólo alojamiento)

Un mastodóntico edificio blanco, de fea fachada alberga el Meliá Sevilla de toda la vida sometido a un severo lifting en su interior. Tras subir unas pocas escaleras accedemos al edificio por una terriblemente lenta puerta giratoria. Una vez dentro el espacio es inmenso, colosal, inabarcable, algo justito en cuanto a la altura y bastante ruidoso por los gritos que vienen del bar, pese a lo avanzado de la madrugada.

La recepción queda escondida en un rincón a la derecha. Hemos de esperar a que el recepcionista, avisado por un mozo, salga de su despacho para que nos atienda. Trato frío y terriblemente lento. DNI y tarjeta de crédito. No entiendo para qué sirve ser Cliente MaS y tener su tarjeta, y tampoco entiendo para qué sirve haber enviado ya los datos al hacer la reserva. Lo cierto es que a pesar de ser cerca de las dos de la mañana nos tiramos un rato largo allí delante esperando que nos adjudiquen la habitación y nos entreguen la llave, sin dejar de escuchar timbres y pitidos por doquier.

A través de unos modernizados ascensores vestidos con madera clara y espejo accedemos a las habitaciones. Nada más salir del elevador nos topamos con los pasillos, y enfrente la puerta de nuestra habitación con el número colocado sobre el techo del pasillo creando un poco de confusión. La moqueta oscura del pasillo contrasta con la madera clara de las puertas.

Tras esta, un largo pasillo bien iluminado, de techo muy bajo. A la derecha una enorme puerta corredera nos abre a un bien vestido armario, que comunica mediante una persiana corredera con el baño, para tener acceso también desde este. El suelo es de porcelana de color acero cortén. Una puerta separa este pasillo del dormitorio.

Suelo de madera marrón clarita muy agradable al piso y a la vista. Espacio amplio. Luces indirectas e íntimas. Un cabecero color ámbar, más estrecho que las dos impresionantes camas, ofrece curiosas lámparas de lectura, de diseño avanzado, pero de poca utilidad ya que no son orientables con lo que conseguimos iluminar toda la habitación. Junto al cabecero, dos mesillas amplias, con interruptores para apagar todas las luces y un display para manejar desde la cama el aire acondicionado. Este funciona silenciosamente, pero a 25 grados el aire sigue siendo frío.

A los pies de la cama, una estrecha mesita para dejar objetos y sobre ella suspendida de la pared un impresionante plasma de ¿42? pulgadas. Al lado de la ventana un escritorio de cristal con accesos varios a la corriente eléctrica y a internet (de pago: 8€), un flexo de trabajo y una silla de oficina de cuero rojo bastante estridente. Igual de estridente que la lámpara rojiza estilo retro que se suspende del techo, junto a la ventana sobre una confortable butaca en la que descansar y poder hasta apoyar las piernas en un reposapies.

Las camas resultan increíbles. Vestidas en blanco con dos enormes almohadones y con un cubrecamas en los pies de colores negro, verde y marrón no demasiado agradables. Colores que se repiten en las cortinas, de estilo igual de retro que la lámpara comentada. El colchón es formidablemente cómodo y las almohadas mullidas y agradables. Se viste con un edredón nórdico sobre el que se superpone una especie de sábana. Destaca en cualquier caso la calidad de la lencería, suave, envolvente y ligera.

La oscuridad plena se consigue aunque es necesario cerrar la puerta del dormitorio porque la puerta de la habitación es sumamente frágil y se escucha absolutamente todo lo que pasa en el pasillo. Aunque la reforma ha sido total, han decidido ahorrar en las ventanas, de antiquísimo sistema de apertura y de vieja factura y estructura, por lo que su cierre no es total y la insonorización exterior pierde muchos enteros.

El baño sorprende en cualquier caso. Largo y ancho. moderno, con porcelanas color acero oxidado, espejos modernos, una larga encimera con dos lavabos exentos con moderna grifería. Frente a los lavabos la persiana que permite acceder al armario. Más adentro y separado por una puerta de cristal encontramos el inodoro, una bañera y una colosal cabina de ducha, con un rociador enorme, efecto lluvia, incrustado en el techo. Caudal, presión y temperatura más que perfectos, geniales.

Lástima que las amenities (gel, champú, pañuelos, peine, bodymilk y jabón) sean de las antiguas de la cadena (arte) y sean escasas (faltan set dental, de afeitado...). Ese baño merece algo más en cuanto a los productos de acogida. Sin duda la amplitud, suavidad y mullido de las toallas si que están a la altura de tan sorprendente baño.

Por la mañana, el pago se realiza en un mostrador "de caja" con mampara de cristal. El mismo recepcionista de la noche. Sigue siendo lento, pero al menos se preocupa de nuestro descanso, de si hemos conseguido dormir aunque haya sido poco rato...

Calidad/precio: 10
Servicio: 6.5
Habitación: 9
Baño: 9.5
Estado conservación: 8.5
Valoración General: 9

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Está estupendo tu blog, das un montón de buenas referencias para los que somos muy viajeros. Muchas gracias.

Saludos, polita

Carlos Andreu dijo...

Muchas gracias polita por tu visita y comentario. Me alegro que te guste y te sirva.

Anónimo dijo...

¿Y por 60 euros que te ha costado la habitación te vas a quejar de que te regalan pocos accesorios de aseo?

Carlos Andreu dijo...

Hola Anónimo
Gracias por tu visita, pero permite algunas puntualizaciones:

A) Yo no hice la reserva, así que no sabía que aquello me iba a costar 60 Euros.

B) Que aquello cueste 60 Euros no es mi problema. Lo es del hotelero si no sabe defender su calidad más que bajando los precios.

C) A poco que sepas de hotelería sabrás que Meliá es una de las muchas marcas con las que opera en el mundo el Grupo SolMeliá. En españa, además de dos ME, que son hoteles dedicados al diseño más vanguardista y fashion dispone básicamete de cuatro insignias. Gran Meliá, reservada para hoteles de gran lujo y exclusivos, como el Colón, el Fénix... Meliá, reservada para hoteles de lujo en entornos urbanos (Sevilla, Galgos, Zaragoza...) y vacacionales (Sancti Petri, Atlanterra, Alicante...), Tryp reservada para hoteles urbanos orientados al segmento de negocio: más prácticos, menos lujosos (Macarena, Recoletos, Palma de Mallorca...), y las insignias Sol, dedicadas a hoteles playeros de bajo nivel. Si no voy a encontrar las amenities que encuentro en el Meliá Zaragoza, que le pongan la Insignia Tryp ¿no?.

Si tu te compras un BMW de "oferta" y te lo entregan sin aire acondicionado ¿te quejarías?. Pues lo mismo amigo.

Hotelero, o te renuevas, o te mueres... que ya son muchos años aprovechándote del cliente.