martes, 18 de septiembre de 2018

SHERATON LA CALETA (COSTA ADEJE - SANTA CRUZ DE TENERIFE)

SHERATON LA CALETA (*****)
La Enramada 9
38670 Adeje - Santa Cruz de Tenerife

Habitación: 106

Fecha de entrada: 12/12/17 
Tarifa: 140€ (A+D)

Al sur de la isla, a pie de playa y rodeado de otros enormes complejos hoteleros y comerciales encontramos este hotel operado por el sello Sheraton. Un potente edificio de cinco alturas en color rosa rodeado de exuberantes jardines tropicales y piscinas y colgado frente al mar. Una amplia rotonda situada bajo un generoso porche con bastante vegetación hace las veces de zona de bajada de viajeros, atendida por un joven que se desvive por hacerse cargo de nuestro equipaje y que podamos llegar a la recepción con las manos en los bolsillos.


Unas puertas correderas nos sitúan en un amplísimo y luminoso hall. Distintas alturas de techos pero luz a raudales tanto por la cristalera, algo apagada, de la puerta principal, como, y especialmente, de la del fondo que da a las piscinas y al mar. Aquí delante un delicado, cálido y agradable espacio con butacas y sofás para la tertulia y la charla. Un poco más allá, un precioso piano de cola. Hacia la izquierda, algo oculto, el mostrador de recepción. Entre medio distintos escritorios para relacione públicas, servicios externos al hotel... Todo en tonos blancos, crudos y arenas. Maderas, alfombras y moquetas en tonos cálidos. 

Bajo un altísimo techo alrededor del cual se abren varios pisos con algunas habitaciones encontramos el largo mostrador de recepción, en mármol blanco y marrón. El mostrador tiene cuatro puestos de trabajo con enormes pantallas que nos separan, quizá demasiado, de la joven que nos atiende. Bastante procedimental todo: DNI, tarjeta de crédito... pese a tener los datos de la tarjeta de fidelidad de la compañía. Al menos resulta simpática. Nos explica algunos de los servicios del hotel, el horario de bares y restaurantes y del wifi que es gratuito y que funciona perfectamente por todo el hotel con un sencillo acceso.


Volvemos sobre nuestros pasos y cruzamos todo el lobby por un pasillo acristalado a la derecha con vistas a la vegetación de la puerta principal. A la izquierda el bar, con suave música, y una zona de business center con varios equipos informáticos, prensa y algunos libros.

A continuación el mármol del suelo torna en moqueta color rosa. Mullida para apagar los ruidos de los pasos y de las ruedas, ya que empezamos a atravesar allí varios pasillos con habitaciones. Paredes en crudo con puertas en madera decorada con celosías y marquetería en tono natural. Las luces podrían ser algo más efectistas porque hay una cierta sensación de frialdad en la zona. No hay más decoración que los círculos rojos de la moqueta y las puertas de madera. Los números de las habitaciones aparecen en una sosa placa de porcelana de colores apagados.

Tras la puerta sentimos frío. El aire acondicionado está puesto demasiado fuerte. Y quizá nosotros también llegamos algo destemplados del viaje con turbulencias y demás. Mármol crudo en el suelo, quizá algo frío para ir descalzo, paredes pintadas en el mismo tono. A la derecha de la puerta varios interruptores y la rendija para introducir la tarjeta y activar las luces. A la izquierda hay una repisa con un espejo encima y después un larguísimo armario con cuatro puertas de madera clara como con celosías. En el primero hay varios cajones y un colgador sin perchas. En el segundo, que es doble hay baldas, varios cajones de cristal, la caja fuerte con enchufe en el interior y un colgador largo con varias perchas normales de distinto tipo (para trajes, faldas...). Además encontramos un albornoz, una plancha y la tabla de planchar, como suele ser típico en los hoteles gestionados por compañías americanas. En el último armario hay un minibar vacío para rellenar con los productos que uno quiera y que traiga de fuera y una bandeja de cortesía con una cafetera y varios servicios de café, te...


A la derecha de la puerta encontramos abierta una puerta doble de espejos por la que se accede al inmenso baño. En la misma entrada del dormitorio está el display del aire acondicionado. Funciona algo ruidosamente pero de forma eficaz. Dispone de un interruptor de encendido y apagado, varias potencias de aire y una rueda con modo automático para gestionar la temperatura a la que sale el aire.

El dormitorio es enorme. La decoración, la luz y el ambiente son muy agradables. A la izquierda hay un gran maletero de forja sobre el que cuelga un gran espejo con marco de madera. A continuación está el escritorio. Enorme. En madera con la parte de arriba de cristal. Sobre él tan sólo una lámpara de mesa (de luz algo escasa para trabajar) y un teléfono inalámbrico. Espacio inmenso para trabajar. En la pared, un enchufe para conectar el portátil u otros equipos electrónicos. Bajo el escritorio una papelera cuadrada de piel marrón y dos cajones. A continuación y bajo la pantalla de televisión que aparece enmarcada en madera sostenida de la pared, un cajonero de madera con una carpeta con folletos de información del hotel. 

Al fondo de la habitación, haciendo chaflán está la terraza. Descomunales puertas de cristal de apertura corredera, protegidas por un severo foscurit y un visillo en tonos arena. Fuera, un gran espacio rematado con una barandilla de forja dos butacas y una mesa de centro. Vistas, no muy afortunadas al jardín lateral del hotel, y a la inmensidad del cielo azul. Por dentro, también junto a la terraza hay dos butacas de piel muy cómodas con sendos cojines rojizos y una mesa redonda de centro con algunas revistas de la zona.

La cama es impresionante. La pared en la que está enmarcada está protegida por vescom gris, en contraste con el tono crudo del resto de la habitación. Un cabecero de madera con aire algo rústico y a juego con el resto del mobiliario. De los extremos salen dos pequeños y discretos brazos con luces de lectura. A ambos lados de la cama, sendas mesillas con cajón y con lámparas de pié y pantalla blanca. En ambas, una botella de agua de cortesía y en una de ellas un reloj despertador con dos puertos USB para cargar aparatos electrónicos. La cama es comodísima. Increíblemente cómoda. Mullida y suave, acogedora. Frescas y suaves sábanas cubiertas por un ligero nórdico. Cuatro enormes almohadas de distinta firmeza.

El descanso se consigue sin problemas. La oscuridad es total. El entorno exterior es súmamente tranquilo por lo que no se oye ningún ruido. La insonorización interior, en cambio, podría mejorar. Durante el día si que oímos alguna voz en el pasillo exterior, pero durante la noche la calma es absoluta. 

El baño es descomunal. A la izquierda de la entrada encontramos una enorme bañera con una pared de espejo. En ella hay un toallero con dos toallas de baño, enormes, mullidas, generosas. También hay un dispositivo que permite extender una cuerda para tener ropa a secar. De frente encontramos una enorme encimera que recoge dos lavabos. Bajo ellos un armario de madera con puertas. Sobre ella, una repisa de mármol y un enorme espejo de pared a pared con un aplique de luz a cada lado. En esa repisa, sobre una tabla de pizarra con dos vasos se ofrecen las amenities (gel, champú -delicioso-, enjuague bucal, crema hidratante, acondicionador, una curiosa esponja como de telas, gorro de baño, set de afeitado, costurero, bastoncillos y algodones desmaquilladores). Una caja de pañuelos de papel, un potente secador de pelo metido en una bolsa de tela, un espejo de aumento iluminado y un par de toallas de manos.

A la derecha del baño hay una enorme cabina de ducha protegida por una puerta de cristales opacos. Junto a ella en una percha un mullido albornoz con zapatillas y al otro lado otra toalla de baño. Dentro, aunque la alcachofa de ducha podría ser mejorable, la presión, el caudal y la temperatura son impresionantes. Impresionantes. Junto a la ducha, tras una puerta encontramos el inodoro y el bidet y una papelera metálica en un espacio suficiente y bien iluminado, como el resto del baño. Varios puntos de luz en el techo permiten distintas opciones de iluminación. 

Salimos muy temprano por la mañana. Demasiado. Un simpatiquísimo joven recepcionista bromea con nosotros por el madrugón mientras nos ofrece un café caliente con unos donuts mientras terminamos los trámites de salida. Nos desea un buen viaje, y la esperanza de que nos podamos volver a ver pronto en "mejores" circunstancias.

Calidad/precio: 10
Servicio: 9.5
Ambiente: 9.5
Habitación: 9.5

Baño: 9.5
Estado de conservación: 9

Desayuno: 
Valoración General: 9.5

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