sábado, 9 de enero de 2010

HOTEL GRANADA CENTER (GRANADA)



HOTEL GRANADA CENTER (****)
Avenida Fuentenueva s/n
18002 Granada
Telf: 958.205.000
Fax: 958.289.696

granada@hotelescenter.com
www.hotelescenter.com

Habitación: 606
Fecha de Entrada: 08/01/2010
Tarifa: 65€ (Alojamiento y Desayuno Buffet)

Cerca de la ronda de circunvalación de la ciudad, no lejos el centro histórico y frente a las facultades del campus de Fuentenueva de la Universidad de Granada un edificio moderno de color rosa acoge uno de los primeros hoteles de la cadena Center. Tras la puerta, delante de la que hay una pequeña zona para dejar el coche para la descarga del equipaje accedemos a un enorme espacio triangular abierto hasta el techo que recuerda -salvando las distancias- al Marriot Marquis de Nueva York, enredaderas colgantes y ascensores panorámicos incluidos.

El mostrador de recepción resulta algo pequeño en comparación con el enorme espacio que se abre a nuestro alrededor con mesas para la tertulia, un bar inglés, la cafetería... Un mozo se ha hecho cargo de nuestro equipaje y de nuestro coche que aparcará en el parking situado bajo el hotel. La recepcionista nos reconoce. "¿Usted ya ha estado otras veces verdad?". "Si, pero quizá estén los datos mal porque he cambiado de dirección". "Da igual, seguro que usted quiere ir a la habitación, ya arreglaremos eso luego, aquí tiene su llave". (Nota para los comentaristas anónimos que suelen hablarme de legislaciones: imagino que Rubalcaba leerá esto y correrá a detener a la recepcionista por no haberme identificado... ¡con la pinta de terrorista que tengo yo!).

Subimos tres escalones y pasamos a un suelo enmoquetado en tonos marrones algo deteriorado que se repite en el piso de los ascensores y de las habitaciones. Los ascensores, en cromo dorado y panorámicos nos elevan rápidamente hasta la última planta. Allí la moqueta cambia a un color azul, pero mucho más vieja y raída con el viejo logotipo del hotel grabado en ella. Paredes y puertas blancas a un lado y al otro la balconera que se abre hasta la recepción de donde como si se tratara de una chimenea sube el bullicio de la recepción, el ruido del teléfono, de la puerta...

La puerta de la habitación resulta vieja y no termina de cerrar del todo. Tras ella un pasillo que gira bruscamente a la derecha en el que está la puerta de cristal del baño por la que entra una inmensa claridad ya que dentro de este hay un enorme ventanal redondo. Frente a este encontramos el armario ropero. Algo estrecho y con las puertas que no terminan de abrir del todo por lo que parte del mismo hay que despreciar por no tener acceso.

Y a continuación la habitación. Toda la decoración es en color marrón claro y el mobiliario en marrón oscuro lo que no favorece la sensación de amplitud. La luz demasiado escasa añade más leña a este fuego. Pero da igual cual sea la sensación porque la realidad del fuego es que la habitación es pequeña. Muy pequeña. Entre los muebles el espacio que queda para movernos es mínimo. Tan mínimo que hay una puerta que separa el dormitorio del pasillo de entrada (para evitar que la luz del baño -su puerta es de cristal- entre en el dormitorio) que no se puede cerrar porque choca con la cama. La abrieron, pusieron la cama, y jamás volverá a cerrarse.

Se amontonan un maletero, un armario que alberga el minibar y sobre el que se ha instalado una televisión y una mesa de trabajo. Hay un cable para conectarse a internet, pero no funciona. No hay wifi, pero lo que es peor: no hay enchufe disponible. Ninguno. En toda la habitación. Ni en el escritorio, ni en la mesilla... Solo en el baño.

Frente a este mobiliario una cama ancha para ser individual pero muy estrecha para ser doble enmarcada entre dos mesillas con luces de noche y de lectura a cada lado. Interruptores para apagar las luces y dos potenciómetros para algún equipo que ya no se utiliza (hilo musical...) que bien podría ser sustituido por un enchufe para cargar el móvil o enchufar el portátil. La cama resulta confortable aunque sorprende que sólo esté vestida con la sábana en medio de un temporal de frío y nieve y que para abrigarse algo haya que usar una colcha sucia color ocre que cubre toda la cama y que es lo primero que uno quita de su vista por higiene. El colchón es cómodo al igual que la larga almohada cuya sábana presenta algunas manchas negras como de tinta.

Al fondo tras una cortina oscura se abre una enorme cristalera que da acceso a una generosa terraza con mobiliario para cuatro personas. Resulta imposible meter a cuatro personas en la habitación, ni siquiera puestos de pie, pero hay que reconocer que la terraza es generosa y con bellas vistas de las serranías que rodean la ciudad.

El aire acondicionado funciona a la perfección y de forma no demasiado ruidosa aunque la insonorización de las habitaciones resulta algo escasa y escuchamos la llegada tardía de los vecinos y "su celebración". Aunque la cortina es oscura, no impide el paso de la luz. Si a eso le añadimos la terrible combinación de enorme ojo de buey en la bañera con puerta de cristal del baño y puerta imposible de cerrar en el dormitorio tenemos asegurada la luz desde el alba.

El cuarto de baño es limpio y amplio. Se nota cuidado, pero no por ello deja visible el paso del tiempo en sanitarios y grifos. Suelo de mármol, paredes de cerámica blanca y un enorme espejo corrido todo alrededor. La presión en los grifos es excelente aunque el caudal de la ducha podría mejorar. Poco caudal y mucha presión hace que los chorros nos golpeen de forma demasiado punzante.

El gancho que sostiene la ducha no funciona correctamente con lo que es necesario ducharse con ella en la mano. Las amenities se presentan de forma elegante en una estructurilla de metacrilato y envueltas en papel acartonado color blanco. Dos botes de gel, dos de champú, jabón de manos, peine y pañuelos. El equipo de lencería resulta amplio, limpio y eficaz. Sorprende el contraste entre el teléfono de diseño del baño y el "de juguete" que se presenta en la mesilla.

Por la mañana en el primer sótano se sirve un buffet amplio y contundente, de largo surtido pero justita calidad. Menos mal que la ruidosa máquina de café produce una bebida, que al menos despierta. En recepción aunque preguntan por el minibar, la atención, rapidez y simpatía eclipsan la dichosa preguntita.

Calidad/precio: 8.5
Servicio: 8
Habitación: 5
Baño: 7.5
Estado conservación: 7.5
Valoración General: 7

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