viernes, 25 de julio de 2008

SHERATON SALOBRE (MASPALOMAS - GRAN CANARIA)



Sheraton Salobre Golf Resort & Spa (*****)
Urbanización Salobre Golf SN
35100 Maspalomas (Gran Canaria)
Telf: 928.943.000

www.sheratonsalobre.com
salobre@sheraton.com

Habitación: 826
Fecha de Entrada: 24/07/2008
Tarifa: 190€ (A+D+Spa)

El sur de la Isla de Gran Canaria siempre ha sido un paraíso para el turista de sol y playa que gusta de hoteles enormes, gigantescas piscinas y playas kilométricas donde tostarse al sol y disfrutar de noches locas. Sheraton decide instalar uno de sus magníficos resorts en medio de una urbanización de lujo con campo de golf rodeado del desierto típico del sur de la isla.

Una fascinante mezcla de vegetación, cristal, agua y madera recorre todo el complejo construido colgando de la montaña a distintas alturas. Una plaza con un pequeño jardín tropical nos recibe mientras un mozo se hace cargo del coche y del equipaje. El trámite de recepción es muy cordial, amable y útil, pero bastante lento. Menos mal que se ameniza con una welcome drink (zumo, agua o cava). La explicación para llegar a la habitación resulta incomprensible, pero un mozo se encarga de acompañarnos por un laberinto de ascensores, corredores, pasillos junto a rebosantes piscinas que cortan el horizonte, jardines tropicales, zonas de estar al aire libre y una embriagadora música chill out...

Tras la puerta de la habitación se siente calor. El sol pega de lleno en la inmensa cristalera que da a una terraza de uso privado con un par de sillas, una mesa y un sofá tipo chill out en el que relajarse mirando el horizonte a lo lejos y la piscina en primer plano. El aire acondicionado funciona ruidosamente y no termina de enfriar del todo. Le faltan frigorías y le sobra sonido. El espacio de la habitación es correcto. A la entrada una cortina nos separa de la zona del baño, de suelo de gres oscuro. Por un pasillo que alberga un enorme armario ropero con Biblia de los Gedeones incluida y caja fuerte y minibar, accedemos al dormitorio. Dos mesillas entre una celestial cama repleta de almohadones y con un bonito cabecero en madera con lámparas de lectura, un sofá con una mesa de centro y un maletero se ubican debajo de un enorme plasma situado frente a la cama. El juego de luces es más que estimulante, y la moqueta oscura contrasta con el tono claro de las cortinas.

El colchón resulta ciertamente celestial, así como la suavidad de las sábanas, la ligereza del nórdico y la multitud de durezas y posibilidades de las almohadas. Desde las mesillas podemos controlar todas las luces de la habitación, aunque falta un enchufe para cargar el móvil. La insonorización de la habitación es espectacular y el foscurit y las cortinas son capaces de frenar la luz que atraviesa la pared acristalada. También la insonorización de la habitación es digna de reseñar.

Al poco de llegar una camarera viene con un detalle de bienvenida: dos botellas de agua fría y una cajita de piedras de río de chocolate. Se agradece el detalle aunque quizá fuera mejor esperar a un momento en que la habitación esté libre.

Falta en la habitación alguna zona para el trabajo. Cierto que uno no viene a este sitio a eso, pero quizá una mesa y una silla facilitan el poder contestar al email, escribir una carta o simplemente hacer algunas anotaciones. Hay wifi por todo el hotel, pero de pago. Y muy caro, por cierto. 12€ una hora.

Si la cama es de ensueño, el baño no le va a la zaga. Tres zonas separadas: Por un lado encontramos una zona con dos lavabos en forma de tronco vaciado, con un enorme espejo y amenities de calidad pero algo escasas para tratarse de un cinco estrellas (jabón, gel, champú, acondicionador y body milk) y un pequeño cuartito protegido por una puerta con el inodoro. La presión y el caudal son más que correctos. Frente a los lavabos una puerta de cristal nos introduce en un espacio muy amplio dividido en dos zonas: en uno una bañera, y en el otro, colgando del techo una enorme ducha de efecto lluvia. El caudal de la misma es increíble y su presión también. Lástima que la estabilidad de la temperatura no se haya conseguido. Uno puede disfrutar de la ducha salpicando todo lo que quiera porque esa zona es para eso. Resulta un poco llamativo que junto a la ducha una enorme ventana de cristal nos permita ver la cama, y viceversa. Escasa privacidad si uno la necesita (viaje con niños...).

La lencería es abundantísima y de alta calidad. Incluye además dos albornoces espectaculares y unas chanclas de aire oriental para salir a las piscinas, al spa...

El desayuno buffet de la mañana, servido en una terraza al aire libre con impresionantes vistas del hotel es un prodigio de variedad, calidad y sobre todo atención del equipo de camareros.

De entre todas las piscinas que dispone el hotel no podemos dejar de destacar la Sunset, situada en la última planta, rodeada de camas balinesas y tumbonas, con música chill out y recortándose y rebosándose hacia el desfiladero que nos invita a ver el mar en el horizonte. Sencillamente espectacular.

La despedida destaca por su cordialidad y amabilidad. Nos preguntan si hemos descansado y se olvidan del minibar, como debe ser...

En la forma de captar clientes llega un momento en que todo vale, pero algunos quizá se pasan. El hotel ofrece programas especiales para parejas gays y para familias monoparentales. Espero que también ofrezca algo para las familias numerosas, aunque esto no lo vi por ningún sitio. Quizá no tenemos "suficiente" dinero...

Calidad/precio: 8
Servicio: 9.5
Habitación: 8.5
Baño: 8.5
Estado de conservación: 9
Valoración general: 9

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