miércoles, 26 de diciembre de 2007

AUDITORIUM MADRID HOTEL (MADRID)



Auditórium Madrid Hotel (****S)
Avenida de Aragón 400
28022 Madrid
Telf: 914.004.400
Fax: 914.004.409

www.auditoriumhoteles.com

Habitación: 3419
Fecha de Llegada: 11/12/07
Tarifa: 94€ (Alojamiento)


Una antigua fábrica de frigoríficos al pie de la A-2 lleva varios años reconvertida en el Hotel más grande de Europa. Y es cierto. Es mejor que no olvides nada en la habitación porque el paseo hasta ella puede ser considerable. Nada hay de momento a su alrededor más que naves industriales, y antes de llegar a la famosa “curva de San Fernando” un Holiday Inn.

Un simpático shuttle nos recoge en el aeropuerto por el que hace una tourné antes de enfilar la vía de servicio de la carretera de Barcelona. LA entrada es espectacular. Un enorme Chévrolet rojo reventado, obra de Mariscal nos saluda en un lobby de dimensiones más que considerables del que cuelga una espectacular lámpara de cristal.

La recepción es atendida en consideración al volumen de clientes que se prevén. Trato ágil y cordial sin más rimbombancias. Y explicación sobre plano de cómo llegar hasta la habitación. A partir de ahí paseos y paseos por pasillos enormemente amplios y enormemente horteras. Jarrones chinos compiten con columnas metalizadas, relojes de época, sofás de diseño y gruesas alfombras que cubren un frío suelo granítico.

Atravesamos uno, dos, tres y hasta cuatro módulos, y al final del hotel, por donde uno imagina saldrían los frigoríficos terminados, encontramos el ascensor. Llegados a la planta todo tiene un cierto aire Meliá (las puertas, las manillas, incluso los números de las habitaciones, y algunos elementos decorativos del baño). Quizá fueran a cederle la gestión y al final no… Los pasillos presentan suciedad en la moqueta y puertas baqueteadas del trato ingrato de las maletas.

La habitación resulta enorme. Inmensa. Espaciosísima. Sin grandes dotes decorativas, y que a nadie le llegará al corazón, un armario con la televisión y el minibar, una mesa escritorio junto a la ventana con enchufe en la pared para conectar el portátil y conectarse a Internet de forma gratuita por cable; una enorme cama, dos mesillas y un sofá orejero para descansar viendo la televisión.

La cama es sumamente agradable, aunque las sábanas son viejas. De tan viejas hasta tienen rotos, pero claro, con ese volumen de habitaciones puede resultar complejo el control de la lencería. La colcha, de flores blancas y azuladas resulta hortera haciendo juego con las cortinas. El foscurit que debería “mitigar” la luz del exterior está medio arrancado, por lo que su labor se ve dificultada. Tampoco la insonorización de la puerta de entrada es óptima y si llega alguien tarde y tenemos el sueño ligero, escucharemos sus voces y pasos; aunque como mejor excusa para no dormir el tremendo ruido del AC. Funciona a la perfección y calienta a las mil maravillas, pero a cambio cada vez que “sopla” implica desvelarse, así que o calor y no dormir; o dormir y frío.

El baño es el colmo de la antilujuria. Una luz fría, de quirófano, de encendido todo o apagado todo, sin toques al detalle ni a la intimidad. Limpio, sano, higiénico. WC, bidet, un lavabo y una ducha. Tanto el caudal como la temperatura resultan espectacularmente potentes. El set de amenities es igualmente muy agradecido: jabón, champú, gel, set dental, de afeitado, colonia, gorro de ducha, limpiazapatos…

Las toallas son abundantes y suficientes aunque “pecan” del mismo problema que las sábanas. Resultan algo viejitas.

Una pequeña mesa con pastas de cortesía da los buenos días a los madrugadores que dejan el hotel antes de las 6.30 de la mañana, hora en la que se abre el desayuno.


Calidad/precio: 8
Servicio: 6
Habitación: 7
Baño: 5
Estado conservación: 8.5
Valoración General: 7

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