martes, 20 de octubre de 2009

HOTEL INFFINIT (VIGO - PONTEVEDRA)



HOTEL INFFINIT (***)
Marqués de Valladares 8.
36201 Vigo (Pontevedra)
Telf: 986.442.224

www.inffinit.com
vigo.hotel@inffinit.com

Habitación: 405
Fecha de Entrada: 19/10/2009
Tarifa: 74€ (Alojamiento y Desayuno)

Situado en el centro histórico, a un paso del puerto y el frente de mar y de la zona comercial de la ciudad el antiguo Hostal Nilo reabres sus puertas convertido en un confortable hotel de tres estrellas en el que el diseño y el confort se cruza en nuestro camino por todos los rincones.

Tras la puerta de apertura automática un golpe de granito y cristal negro lo invade todo. Una pequeña y acogedora recepción, con el mostrador a la derecha avanza hacia el interior del edificio con varios sofás de diseño que combinan el blanco con el negro. Al fondo la cafetería con un enorme plasma encendido pero gracias a Dios con el volumen apagado. La sensación general es de calidez, aumentada quizá por los numerosos puntos de luz indirecta que llenan la estancia. Tras el mostrador el trato es simplemente correcto. Quizá algo frío. Nos piden el DNI y nos indican que simplemente van a copiar los datos del DNI y nos dan la habitación. Y así es. Rápido y correcto. Sin más.

Un impecable y elegante ascensor vestido por completo de negro con varios puntos de luz en techo y suelo nos lleva hasta el pasillo de las habitaciones. Allí todavía más negro. Moqueta negra en el suelo, donde también se alojan los puntos de luz indirecta. Puertas negras y números de las habitaciones en blanco retroiluminados. La puerta de la habitación se abre por contacto con la tarjeta magnética que nos entregaron en recepción. Tras la puerta pasamos a la luz.

Suelo de madera clara agradabilísima al pie descalzo. Paredes blancas. A la derecha de la puerta un armario bien vestido -que alberga el minibar- con una puerta corredera de cristal negro. Delante de él una zona pequeña de recepción con un espejo y frente a la entrada la puerta del baño. El dormitorio se abre hacia la derecha. Sobre la madera y bajo la fantástica cama blanca con cuatro almohadas se ha desplegado una enorme alfombra color negro, que hace juego con el escritorio y contrasta con el cabecero en piel blanca.

Sobre el escritorio una potente lámpara para trabajar y colgada de la pared un plasma de 32 pulgadas con servicios interactivos. Una silla confortable para el trabajo y un pequeño maletero completan el mobiliario. Varios enchufes para conectar el portátil aunque el wifi es de pago. La cama aparece encuadrada entre dos grandes mesillas negras. En una de ellas hay un enorme teléfono con una gran pantalla táctil. Sobre las mesillas, todos los interruptores de luz necesarios para apagar desde la cama toda la luminaria y dos enchufes a cada lado para cargar móvil y otros engendros electrónicos. Por encima, dos ventanas que se protegen con unas cortinas eléctricas. Al fondo de la habitación y sobre una mesita de cristal con una butaca hay otra ventana. Todas ellas dan al exterior a una de las tranquilas y peatonales calles laterales.

La cama es sumamente confortable. Se viste con un ligero nórdico y cuatro almohadas de distintas durezas y medidas. La lencería es sobradamente correcta. El silencio y la insonorización tanto interior como exterior están muy bien conseguidos. La oscuridad se consigue por completo. Lástima que no haya manera de eliminar el brillo de la pantalla del teléfono, que refleja por toda la habitación. El aire acondicionado, que se maneja desde un display algo complicado, funciona silenciosamente y adecuadamente cuando adivinamos la combinación adecuada de teclas para ello.

El baño tiene el tamaño adecuado y además de disponer de una ventana con vistas a la calle convenientemente oculta tras una cortina, ofrece un lavabo, un inodoro y una enorme ducha de suelo de baldositas negras y mampara de cristal hasta el techo. La grifería de diseño de última generación funciona correctamente en cuanto a temperatura, caudal y presión. La ducha se presenta con un flexo normal de tipo teléfono y con una amplia alcachofa de efecto lluvia muy reparadora por la mañana. Lástima que el desagüe no cuele bien y en lo que dura una ducha normal se haya rebosado el vaso de la ducha y el agua llegue hasta fuera del baño.

El set de amenities es colosal. Varios botes de champú, gel, crema hidratante, jabón, set dental, de afeitado, peine, costurero... Igual de espectacular es la lencería de baño. Toallas amplias, mullidas y agradables al tacto.

Por la mañana en la entreplanta se sirve con una atención muy cordial y simpática un cortito pero delicioso desayuno buffet en el que todos los platos calientes se preparan bajo demanda en el momento.

Abajo en recepción nos sorprende la pregunta de la joven recepcionista. "Me voy, querría una factura". "Muy bien, pero ¿qué tal ha descansado?". "Necesitará un taxi?". Sólo al final se acuerda del minibar. Enseguida viene el taxi y nos vamos.

Calidad/precio: 9.5
Servicio: 8
Habitación: 9
Baño: 8.5
Estado conservación: 10
Valoración General: 9

2 comentarios:

Francisco Miranda dijo...

Veo que llevas una buena racha. Espero que sigas descubriendo buenos hoteles.

Carlos Andreu dijo...

Hola Francisco
Ya sabes que lo importante es disfrutar del camino, no de la meta... así que yo disfruto tanto en buenas como en malas posadas. Pero esta, sin duda, era estupenda.