sábado, 9 de enero de 2010

PETIT PALACE ART GALLERY (MADRID)



PETIT PALACE ART GALLERY (****)
Jorge Juan 17
28001 Madrid
Telf: 914.355.411
Fax: 914.355.409

info@hotelartgallerymadrid.com
www.hotelartgallerymadrid.com

Habitación: 503
Fecha de Entrada: 26/12/2009
Tarifa: 140€ (Sólo alojamiento)

La cadena baluarte de la tecnología de nuestro país en una de las esquinas más cotizadas de la ciudad, en pleno distrito comercial de lujo y dentro de un edificio de corte clásico pintado de un pasteloso azul presenta un establecimiento con el diseño y la tecnología por bandera.

Dada la configuración de la calle resulta imposible aparcar en la puerta siquiera para dejar el equipaje, y la zona de carga y descarga no se respeta. Tras la puerta corredera de cristal sigue destacando la mezcla de clásico y ultramoderno y junto con una espectacular vaca del CowParade encontramos una escalera de madera con un ascensor antiguo -inutilizado- de aquellos de madera protegido por unas rejas. La recepción se resume en un pequeño y estrecho mostrador en el que la recepcionista apenas tiene sitio. Es extranjera, seguramente por su acento del este de Europa y debió representar en una vida anterior "la mujer que vino del frío", porque apenas nos dirige la palabra. Es incapaz de encontrar nuestros datos en el ordenador y los debe de copiar de nuevo. Le digo que los del DNI están "caducados" y me dice "tengo poner estos, no otros" (literal, no hay una errata). Tras el tedioso relleno de datos en el programa informático y la petición de la tarjeta de crédito por fin nos da la llave de la habitación.

Un suelo de madera antigua oscura y muy bien recuperada contrasta con las paredes blancas, las teles de plasma y los sofás de diseño vanguardista. Resulta difícil encontrar el ascensor porque no está señalizado y queda en un rincón detrás de la cafetería. Solo hay uno, algo que se nos antoja insuficiente cuando el hotel esté lleno, porque teniendo sólo dos plantas operativas resulta excesivo el tiempo de espera para tomarlo. Su interior es moderno pero su funcionamiento resulta ruidoso y excesivamente oscilante.

Al abrirse las puertas del ascensor, caemos directamente al pasillo de las habitaciones, sin distribuidor de por medio. Y ¡horror! nuestra habitación está junto a él. El pasillo se presenta pintado en tonos grises azulados con una moqueta negra y luces indirectas en la parte baja de la pared. La puerta de la habitación hace juego con el tono de la pared. Tras ella caemos directamente al dormitorio.

La estancia resulta amplia. Abuhardillada, con un techo blanco con una gran velux que deja pasar la luz del exterior contrastando con el negro de la moqueta del suelo y el mismo gris del pasillo en el mobiliario. La zona más profunda de la buhardilla resulta inaccesible, pero el resto del espacio es más que suficiente. Pese a que el hotel es nuevo se nota demasiado el paso de los clientes en rayaduras en las paredes, golpes en el mobiliario y roturas en la moqueta. Una cama con un cabecero decorado con una enorme foto en blanco y negro de un bosque, dos mesillas excesivamente bajas, situadas casi a ras de suelo, con lámparas de lectura dirigibles, junto a las que hay enchufes más que suficientes e interruptores que permiten encender y apagar todas las luces. Algunas de ellas están fundidas.

Junto a la puerta un grande, pero feo, armario ropero exento, color gris alberga también el minibar y la caja fuerte, aunque le faltaría alguna estantería más. Bajo la velux, se ha dispuesto una mesa escritorio en forma de T. En el brazo largo hay una pantalla de plasma orientable y varias revistas sobre Madrid, moda y estilo de vida. En el brazo corto, un ordenador portátil a disposición del cliente. Wifi gratuito en todo el edificio. Trabajar desde nuestro propio ordenador se hace complicado porque la mesa está completamente cubierta de cosas. El equipamiento se completa con un sofá de color rojo chillón situado bajo la buhardilla.

La cama se viste en blanco inmaculado con una tela color marrón brillante a los pies. Su colchón y almohadas son más que confortables, aunque las sábanas destilan excesivos tratamientos químicos en su lavado lo que las hace algo ásperas y faltan de un mejor planchado. La persiana de la velux nos aísla de la luz, pero la frágil puerta y la ineficaz insonorización nos mantiene al tanto de todos los clientes que llegan en el ascensor. El aire acondicionado funciona a la perfección en cuanto a eficacia y silencio. Además se agradece lo sencillo de su manejo.

Tras una pared de cristal sobre la que se ha pegado un vinilo con la misma imagen del bosque que se ve en el cabecero de la cama encontramos el baño. Amplísimo y sencillo. Suelo de agradable pizarra negra, paredes de gres blanco muy limpio y moderno y sanitarios de corte vanguardista. Un inodoro, un lavabo situado sobre un armario que alberga un set de amenities más que generoso (gel, champú, jabón de manos, set dental, de afeitado...) de Rosa Mosqueta y el equipo de lencería de baño que incluye unas zapatillas y un albornoz.

Lástima que el espejo se haya colocado al revés, dejando una zona de aumento ideal para el maquillaje y el afeitado a la altura del ombligo. Si el caudal, presión y temperatura del agua es buena en el grifo del lavabo, resulta excelente en la ducha. Un enorme plato blanco protegido con una mampara de cristal presenta una fabulosa columna de ducha que ofrece chorros direccionales, ducha de mano y ducha efecto lluvia fantástica y reparadora. Lástima que al encender la luz se encienda un extractor con su cansino zumbido.

Por la mañana en recepción pedimos factura a nuestro nombre y ahora si que encuentran a la primera todos nuestros datos. Esta vez nos atiende una simpática española que realiza su labor con simpatía y esmero. Pregunta por el minibar, pero la pregunta pasa desapercibida.

Calidad/precio: 7
Servicio: 6
Habitación: 7.5
Baño: 9
Estado conservación: 6.5
Valoración General: 8.5

2 comentarios:

alex- dijo...

Carlos,¿en este no hay paredes del baño de cristal transparente ?.
Un abrazo a ver si nos vemos.

Carlos Andreu dijo...

Si. Toda la pared del baço que queda frente a la cama es de cristal. Quizá fué sólo de cristal al principio pero ahora le han puesto un vinilo situado a 50 cm del suelo y 50 cm del techo que oculta al menos lo más "íntimo"....