NH BRUSSELS STEPHANIE (BRUSELAS)

NH BRUSSELS STEPHANIE (****)

Jan Stats 32

1060 Bruselas

Habitación: 607

Fecha de entrada: 12/03/2024

Tarifa: 125$ (SA)

En el centro de la capital belga, en una esquina de dos tranquilas calles, a un paso de otras avenidas llenas de tiendas, comercios, y restaurantes en un edificio que termina en esquina, con un pequeño jardín en su vértice y junto al que hay un pequeño porche, de techo excesivamente bajo y siempre lleno de coches aparcados. Puertas correderas de aluminio blanco y cristal con los logos de la cadena, una zona con unas jardineras y suelo cubierto por una alfombra negra, y dos puertas más nos introducen en la recepción.

Suelo de mármol blanco, con cuatro escalones hacia abajo nos dejan en la recepción. Techo bajo, espacio correcto y decoración ecléctica. Hacia la izquierda se abre, largo el desayunador y una pequeña zona de bar cafetería con un feo y largo armario lleno de productos de conveniencia a la venta (útiles de aseo, comestibles, bebidas...). En el lado derecho está el pequeño y exento mostrador de recepción. Y hacia la izquierda, frente a los ascensores decorados con vinilos de motivos vegetales, dos gruesas columnas con unas butacas alrededor y una mesa con bebidas de bienvenida, algunas frutas y algunos dulces y chucherías. 

El mostrador es un pequeño armario alto, en plástico blanco con el logo de la cadena. Exento, junto a un enorme paragüero (con paraguas) y delante de unos cortinones azules que protegen el interior de un pequeño despacho de recepción. Nos atiende un simpático empleado que rápidamente hace todas las gestiones del check in y nos entrega un cartoncito con la clave del wifi y las tarjetas que harán de llave en la puerta de la habitación. También nos indica el horario del desayuno, que no tenemos contratado, y nos invita a disfrutarlo. 

Un par de pasos hacia atrás, con vistas al desayunador, totalmente acristalado hacia la calle, recubierta con cortinas, y sobre una pared de madera blanca labrada encontramos los dos ascensores. Su interior resulta pequeño, decorado con cuidado en maderas y telas floridas. Algún cartel con indicación de los servicios del hotel. Abre sus puertas a un espacio pequeño e intrincado por el que corre un estrecho pasillo de paredes amarillentas y moqueta cuidada en color rojizo. Pocas habitaciones por planta, y la nuestra, al final del pasillo.

Detrás de la puerta el espacio es amplísimo. Techo muy alto, en blanco, algo abuhardillado, paredes en vescom color arena, suelo de madera oscura limpia, cuidada y brillante. A nuestra izquierda un colgador con los carteles para no molestar y la petición de desayuno a la habitación. A continuación una puerta de cristal con vinilos y fino tirador metálico para acceder al baño. Al lado hay un interruptor de b-ticino. En el lado derecho encontramos un armario sin puertas de madera oscura, con un cuerpo ancho que recoge en la parte baja unos cajones, sobre los que unas lamas metálicas hacen de maletero. Por encima una barra colgadora que queda demasiado corta, especialmente su usamos el maletero. En ella una decena de perchas de madera de buena factura. Por encima, en una repisa se ofrecen dos mullidos albornoces con el logo de la cadena y una par de juegos de zapatillas. El otro módulo del armario está cerrado con una puerta de cristal. En su interior la caja fuerte, un par de baldas libres, una bandeja con vasos y copas y el minibar, de puerta de cristal, vacío. 

Allí mismo entramos en el dormitorio propiamente dicho. En el lado derecho hay un sofá cama individual tapizado en tela marrón clara algo sucia. A su lado otro armario sin puertas con una barra colgadora, pero sin perchas. De frente la cama. Ubicada contra un gran cabecero de madera oscura con dos tiras verticales de tela marrón mullida. En medio la cama, vestida en blanco, con un confortable colchón, cuatro almohadas de distinta dureza y un nórdico recubierto con suaves sábanas blancas. A cada lado hay sendas mesillas con patas de madera oscura y tapas en claro. En un lado el teléfono, un bloc de notas, un bolígrafo, y el mando a distancia de la televisión. Sobre ambas, enchufes disponibles e interruptores para las luces. Por encima, empotrados en el cabecero sendos juegos de luminarias. Por un lado unas lámparas de noche en metal brillante con tulipa redondeada de tono claro, y por otro sendos brazos articulados y dirigibles para la lectura en la cama. 

Toda la pared del fondo está ocupada por una enorme cristalera practicable con bonitas y luminosas vistas a los tejados de la ciudad. Protegidas por visillos y una cortina que hace las veces de foscurit en tonos arenas y negros. Las distintas cortinas no terminan de cerrar del todo y la claridad de la noche inunda la habitación. En la parte de abajo de la ventana y de lado a lado un larguísimo radiador calienta la habitación, aunque mientras está encendido (casi hasta la media noche) se oye un permanente ruido de aguas corriendo por su interior. La temperatura es quizá demasiado elevada mientras está encendido, pero al desconectarse, cerca de la medianoche, quizá baje en exceso. Sobre el sofá cama que hay a la entrada, hay un aparato de aire acondicionado, aunque el mando del mismo no está en el cajetín que debería estar. Quizá sólo lo ofrezcan durante el verano. 

Por delante de las ventanas hay una moderna butaca de terciopelo azulón y sobre ella una lámpara de pie en metal con tulipa rectangular en tonos crudos. Y en el extremo del fondo, una mesa de trabajo con una silla de trabajo en madera con patas metálicas con ruedas. Sobre la mesa hay una lámpara de mesa con pie metálico y tulipa redonda a juego con el resto. Sobre la mesa se ofrece una bolsa de bombones de cortesía y una botella de agua. Además, una enorme bandeja, que casi ocupa todo el espacio de trabajo ofrece hervidor, cafetera de Nespresso, algunos juegos de té, café y azúcar y cuatro tazas. Bajo la mesa, una papelera metálica con el logo de la cadena. 

En la pared que queda a los pies de la cama, un espejo de cuerpo entero enmarcado con una fina madera y una generosa televisión de pantalla plana. La insonorización interior y exterior resultan encomiables, y de no ser por el ruido de aguas del radiador, y de la luminosidad que se cuela por las rendijas de las cortinas, el descanso sería más que correcto.

El baño es cuadrado. Techo blanco y paredes y suelo en porcelánico color arena. Tres puntos de luz en el techo, que aunque son suficientes para iluminar el espacio, generan sombras cuando nos miramos en el espejo. A la izquierda, encontramos un inodoro, algo pequeño, con la cisterna empotrada en la pared. Encima de él hay una caja de pañuelos de papel. Aun lado el portarrollos y una caja de bolsitas higiénicas y al otro una papelera metálica de pedal algo abollada. A su lado un lavabo cuadrado con una mínima encimera alrededor y un grifo monomando algo ya roído. Justo encima hay una repisa de madera oscura que hace complicado el acceso del cuerpo al lavabo. En ella, una bandejita con dos vasos de cristal. Encima de ella, un estrecho espejo casi hasta el techo. A un lado un potente secador de pelo, y al otro un espejo de aumento y dos botes anclados a la pared con jabón de manos y crema hidratante.

En la pared de la derecha tan solo hay una pequeña percha colgador. En la pared del fondo encontramos la bañera, protegida con media mampara de cristal. En su interior un toallero presenta dos grandes y mullidas toallas de baño, y dos de lavabo (sin duda, alejadas del mismo). En el borde de la bañera, el pie de ducha, también en blanco y también con el logo de la cadena. La ducha se remata con una grifería de teléfono que ofrece tres posiciones: una de masaje, otra de efecto lluvia y otra normal. Pero aunque la temperatura es adecuada, el caudal y la presión dejan mucho que desear. 

Al salir, en la recepción, una joven en perfecto español, atiende rápidamente y con una sonrisa los trámites de facturación y pago y nos ofrece su ayuda para seguir viaje. 

Calidad/precio: 8

Servicio: 8

Ambiente: 7
Habitación: 8
Baño: 7
Estado de conservación: 8
Desayuno: 
Valoración General: 7.5