miércoles, 1 de noviembre de 2023

NH COLLECTION BRUSSELS GRAND SABLON (BRUSELAS)

NH COLLECTION BRUSSELS GRAND SABLON (****)
Rue Bodendroek 2
1000 Bruselas

Habitación: 538
Fecha de entrada: 2/10/2023
Tarifa: 185€ (SA)

Junto a la Iglesia del Sablon, en una coqueta plaza semi ajardinada, rodeada de edificios medievales con bonitas tiendas y bulliciosos restaurantes, encontramos un edificio de estilo antiguo, con seis plantas, tejado inclinado de pizarra negra, ventanas de aluminio marrón a cuadros y cierto aire imperial. Unos toldos rojos nos señalan la entrada principal, que hallamos bajo un cuidado pórtico rematado en un balcón con reja. Una mullida alfombra roja con el logotipo de la cadena invade la acera entre medio de una tienda de chocolates y una joyería, que se meten incluso hacia el interior del hotel. 

Una puerta curva de cristal algo oscuro se abre para, tras pasar un pequeño espacio, cubierto con la misma moqueta introducirnos en un pasillo curvo con poca luz, con la joyería con ventanas en el lado izquierdo y el tranquilo restaurante -del que sale olor a pescado cocinado- en el derecho. Un paso más allá un carrito nos ofrece media docena de variedades de golosinas y chucherías. Y un poco más adelante encontramos el largo y curvilineo mostrador de recepción. Se trata de un potente bloque de madera en tonos blancos y rojos con algunas luces retranqueadas, con cuatro puestos de trabajo en todo lo largo que es. Por encima algunas lámparas y algún cartel con información del hotel. Todo muy limpio y despejado. Luces tenues y suaves que dejan ver allá al fondo la tranquila y en ese momento vacía zona de desayuno. 

Nos atiende una joven simpática que se presenta y se pone a nuestra disposición para ayudarnos en todo lo que necesitemos durante la estancia. Nos pide la documentación, rellena los formularios y rápidamente nos asigna una habitación entregándonos la tarjeta de hará de llave, en una cartulina de color rojo con la clave del wifi (gratuito y veloz en todo el hotel) escrita en él. Nos indica el horario del desayuno y nos soluciona algunas dudas que le planteamos sobre la estancia y la ciudad. Hacia la derecha sale otro pasillo curvo, que termina en un distribuidor al que llegan tres ascensores. En ese distribuidor además encontramos la puerta de las escaleras, una puerta de emergencia hacia el exterior del hotel, una máquina para limpiar los zapatos y una figura en madera roja con el logotipo de la cadena. 

De los tres ascensores, sólo hay dos en funcionamiento. En el tercero, la pantalla digital indica que está fuera de servicio. Amplios. Más largos que anchos, con paredes de espejo en el que hay incrustada una pantalla de televisión que emite anuncios de la cadena. Botonadura metálica que se retroilumina en azul una vez que la activamos pasando la tarjeta de la habitación por un lector de seguridad. Las grandes puertas automáticas se abren frente a una gran lámina de un edificio histórico de la ciudad. Sobe ella, varios números en plástico dorado indican la distribución y dirección de las habitaciones. Pasillo de suelo enmoquetado en gris rojizo. Paredes de vescom color arena y techos metálicos practicables algo bajos. Las puertas de las habitaciones, en madera clara tienen  anclados los números en ese mismo plástico dorado. Pomos metálicos plateados con una zona en negro a la que acercar la tarjeta para abrir la habitación. Junto a la puerta hay un timbre y dos luces una verde y otra roja para indicar el no molestar o que la habitación está disponible para ser limpiada. 

Cuando entramos en la habitación comprobamos que tiene dos camas en vez de una como habíamos pedido, así que volvemos a recepción y rápida y amablemente nos asignan otra habitación con una enorme cama king. Tras la puerta, suelo de madera, en algunos puntos algo desgastada, paredes de vescom arena y maderas en tono claro. A la derecha, un interruptor para la luz, otro para encender las luces roja o verde del exterior. A continuación, la puerta del baño. Todo el lado izquierdo es un enorme armario abierto, sin puertas, aunque hay alguna preinstalación para que hubiera podido tener una corredera. Iluminado por dentro de forma muy agradable, dispone de un cuerpo con baldas, otro con una barra colgadora con perchas normales de madera y una cajonera (donde encontramos el calzador, una gamuza lustrazaptos y la bolsa de la lavandería) terminada en un maletero acolchado. En el último tramo más baldas con el minibar, de puerta de cristal, una bandeja con copas y vasos y la caja fuerte. 

A continuación, el dormitorio, y junto a la entrada, el display del aire acondicionado. Parece de sencillo manejo: un interruptor para subir y bajar la potencia y una rueda para seleccionar la temperatura, pero además de que funciona con cierta sonoridad no somos capaces de hacer que el aire salga a la temperatura indicada. La sensación general de la habitación es agradable y moderna, y más que correcta de espacio. En el lado izquierdo, un enorme espejo con un marco clásico decapado en color oro; una mesa de trabajo, en madera lacada en gris claro brillante y patas metálicas. Bajo ella, una papelera también metálica y una comodísima silla de trabajo con ruedas, en piel color crudo y estructura de metal. Sobre la mesa, una bandeja de piel marrón con una cafetera Nespresso, un hervidor de agua, un juego de tazas y varios juegos de café e infusiones. Además una botella de agua mineral de cortesía. Un metálico y moderno flexo táctil ayuda mucho para trabajar. En la pared, dos enchufes disponibles y una más que correcta televisión de plasma. 

En el espacio que hay desde allí hasta la ventana, sobre una alfombra redonda roja encontramos una confortable butaca tapizada en color marrón claro algo sucia, junto a una mesa de centro de cristal y metal y una pequeña lámpara de pie de metal con tulipa en blanco. Detrás la ventana, muy luminosa -con toda la luminosidad que una ciudad como Bruselas puede ofrecer- con vistas a los bonitos tejados de los coquetos edificios que circundan el hotel. Se protege por un blanquísimo foscurit y un visillo blanco. Ninguno de los dos impiden que la luz se cuele bastante por la noche en el dormitorio. 

En el lado izquierdo encontramos la enorme cama blanca. Empotrada contra un cabecero retranqueado y tapizado en piel marrón clara de formas cuadrangulares, estando algunas separadas y conteniendo en su interior una tira de led que crea una agradable sensación lumínica. Dos canapés tapizaos en piel blanca sostienen un enorme colchón de gran calibre cubierto por un suave nórdico envuelto en agradables sábanas y cuatro almohadas de distinto tamaño, grosor y dureza. A cada lado sendas mesillas a juego con la mesa de trabajo: patas de metal y mesa de madera lacada en claro. Sobre una de ellas un teléfono negro moderno, un bloc de notas y un bolígrafo, el mando de la televisión y un folleto de información del hotel. Sobre ambas, interruptores para la luz, y enchufes disponibles. Además empotrados al cabecero hay sendos flexos de luz en plástico blanco y madera dirigibles, con suficiente potencia para la lectura o el trabajo desde la cama. Aunque la insonorización exterior es estupenda, la interior podría mejorar, especialmente en lo que respecta a voces y ruidos en el pasillo.

El baño resulta correcto de tamaño, moderno y nuevo. Suelo en gres color arena y paredes en gris. Dos puntos de luz en el techo, y una tira de led incrustada en el espejo antivaho. Frente a la puerta, una amplia encimera de silestone blanco con patas de metal oscuro. Sobre ella, un lavabo exento en porcelana blanca con un potente grifo monomando, una caja metálica con pañuelos de celulosa, una bandeja de porcelana blanca con dos toallas de manos y dos vasos. Anclados a la pared hay dos botes dispensadores de jabón y de crema hidratante, un espejo redondo de aumento y un secador de pelo de buena potencia. Cuelgan de la encimera toallas de lavabo blancas de buena calidad. 

En el lado derecho queda el moderno inodoro. A su lado dos portarrollos y un generoso radiador calienta toallas del que cuelgan dos enromes, blancas y mullidas toallas de baño con el logo del hotel. En el lado izquierdo una cabina de ducha de plato blanco cerrada con una mampara de cristal casi hasta el techo. Dentro, una grifería termostática se remata en una alcachofa tipo teléfono y en otra de efecto lluvia. Temperatura más que correcta. El caudal y la presión no están mal, pero quizá falte un poquito más del primero.

Por la mañana, salimos muy temprano y nos despide un amabilísimo empleado oriental que nos ayuda a seguir el viaje, nos pregunta si hemos estado a gusto y nos ofrece un café de cortesía por el madrugón. 

Calidad/precio: 8
Servicio: 9
Ambiente: 8
Habitación: 7.5
Baño: 5.5
Estado de conservación: 7.5
Desayuno: 
Valoración General: 8

No hay comentarios: