martes, 21 de marzo de 2023

BARCELÓ CABO DE GATA (RETAMAR - ALMERÍA)

BARCELÓ CABO DE GATA (****)
Urbanización el Toyo. 
Calle de los Juegos de Casablanca
04131 Retamar (Almería)

Habitación: 379
Fecha de entrada: 19/01/2023
Tarifa: 

Delante mismo del Mediterráneo en medio de una urbanización algo desangelada y junto a un palacio de Congresos encontramos este complejo hotelero de esencia claramente mediterránea. Un edificio en forma de U, en blanco, con el logo del hotel en un lateral con grandes letras, rodeado de palmeras, piscinas y brisa marina. El coche nos deja bajo un gran atrio porticado, con algunos parterres, pequeñas zonas ajardinadas y un pequeño espacio de aparcamiento de pago bien ordenado. Paredes de cristal y madera incluyen una puerta corredera que nos introduce, previo paso por una metálica alfombra y otra puerta corredera, siempre abierta, en una enorme recepción. Abierta por la entrada a la luz exterior, y por el frente hacia el jardín y la playa. Suelo de mármol blanco con vetas grises. Frente a nosotros una enorme mesa redonda con decoración vegetal. Tras ella una zona con sofás y butacas para la tertulia, la tranquila cafetería y el acceso a la terraza, piscinas y jardín. Al fondo, tras la enorme cristalera se intuye el mar. 

A la derecha el mostrador de recepción. Madera marrón claro. Cuatro puestos de trabajo, sólo uno atendido, tras él, en la pared, cuelgan varios televisores con sugerentes imágenes de las propiedades que la cadena tiene a lo largo y ancho del mundo. Nos atiende un hombre correctamente vestido con el uniforme de la cadena. Amable y sonriente realiza los trámites -pesados y aburridos- con toda la diligencia posible. Pronto nos entrega un cartoncillo para firmar en tres sitios y la llave tarjeta de la habitación, en blanco por un lado con el logo de la cadena y con publicidad de una firma láctea por detrás. Nos explica el horario del desayuno, de los serviicios del hotel y del wifi, que es abierto sin contraseña, veloz y gratuito en todo el hotel. 

Hacia la derecha se abre un ancho pasillo con alguna mesa de centro, alguna butaca y una pequeña biblioteca de libros olvidados en el que encontramos los ascensores. Tres, de puertas metálicas automáticas. Su interior es algo angosto. Y quizá desentonen con el resto del hotel. Paredes en marrón brillante, la del fondo de espejo, una pantalla que informa de servicios del hotel y la cadena. Botonadura metálica y un dispensador de gel que ha dejado en el suelo, de una moqueta plastificada una marca de gota casi permanente. 

Las puertas se abren a un gran recibidor. Con más mesas, sobre las que cuelgan lámparas desde el techo, y butacas modernas en tonos rojos y verdes. Dos pasillos confluyen en ese espacio, pasillos en los que abren las habitaciones. Suelo de una especie de tela plastificada que hace algo de ruido con los pasos y el rodar de las ruedas de las maletas. Paredes encaladas en blanco y techos de cristal que llenan el corredor de luz natural durante el día o de las estrellas durante la noche. Quizá es el blanco, quizá es el frío, pero el pasillo resulta algo fresco y poco acogedor. En el lado derecho se abren las puertas,, sobre pared oscura y maderas de marrón oscuro, con cierto corte casi castellano. Pomos dorados en los que introducir la tarjeta para su apertura. 

Dentro, enorme espacio luminoso en blanco. Suelo de madera clara que realza esa luminosidad. En el primer tramo de pasillo encontramos a la derecha la ranura de la tarjeta, modernos interruptores en plástico blanco y la blanca puerta del baño. Justo frente a esta, un espejo de cuerpo entero sin marco. Y justo antes de llegar al dormitorio, el display digital del aire acondicionado. Sencillo funcionamiento con un botón de potencia y otro para la temperatura. Trabaja de forma eficaz y casi silenciosa.

El espacio del dormitorio resulta colosal. De tanto, llega a resultar algo desangelado en algunas zonas, quizá por falta de decoración. A la izquierda un largo y estrecho maletero en color marrón oscuro, casi castellano, con rayas de metal negro, a juego con sus patas. Pegado a él, pero más elevada, una mesa de trabajo, sobre la que se ofrece una botella de agua de litro de cortesía, con dos vasos, y un flexo en metal blanco. Bajo ella, una papelera metálica con una bolsa de plástico en su interior, y por encima, una enorme pantalla de plasma anclada a la pared. En esta pared también hay, disponibles, no lejos de la mesa, dos enchufes normales y dos de USB.

Un paso más allá y antes de la terraza encontramos una mesa redonda a juego con el escritorio y el maletero, alta, con patas metálicas en negro y una silla tapizada en turquesa algo incómoda. Junto a una alta lámpara de pie, a juego con el flexo, en metal blanco encontramos la pared del fondo con una enorme doble puerta de cristal y madera con acceso a una terraza que dispone de dos sillas, una mesa y un tendedor plegable anclado a la pared. Aquí el jardín, un poco más allá, las piscinas, por todos sitios palmeras, y allí el fondo la arena de la playa y el mar. La zona es tan tranquila desde aquí oímos el rumor de las olas, Un foscurit y un visillo en tono crudo protegen el interior de la luminosidad exterior con bastante eficacia. 

A la derecha encontramos la cama. Enorme. Formada por dos camas individuales anchas vestidas con la misma ropa. Quizá corta de largura, pero al ser tan ancha permite, a los que somos XXL, dormir en diagonal holgadamente. Colchón de gran calibre, suaves sábanas blancas de listas y ligero nórdico. Cuatro almohadas de distintos tamaños y dureza, y dos cojines turquesa a juego con un limpio plaid que descansa a los pies. Empotrada contra un cabecero en madera blanca con un recuadro marrón oscuro. En la parte superior del cabecero, una luz led retranqueada permite una agradable experiencia lumínica. A cada lado, sendas mesillas sencillas: madera oscura y estrechas patas metálicas en negro. Sobre una el teléfono -que no funciona-, un bloc de notas y un bolígrafo. Sobre la otra, el mando de la televisión. Sobre ambas interruptores y enchufes disponibles, el botón de encendido del ventilador de techo que hay en el centro del techo de la habitación, y sobre todo, dos apliques de luz metálicos, de agradable luz indirecta con sendos pequeños reflectores para la lectura desde la cama. 

En el enorme espacio que queda entre la cama y la pared de la terraza hay un sofá (cama) doble, tapizado en marrón claro, aunque algo sucio, con dos cojines también turquesa. Encima el único cuadro de la habitación: una lámina de motivos marinos. En la pared que queda a la derecha de la entrada al dormitorio encontramos el armario. De tres puertas en madera oscura, con pequeños tiradores metálicos en forma de bola algo desvencijados. En uno de los cuerpos, baldas con la caja fuerte y la bolsa de la lavandería. En los otros dos, un colgador largo con una decena de perchas normales de madera. Por encima del colgador, en una balda encontramos, metido en una funda un edredón suplementario. A su lado protegido tras una puerta de madera blanca, el minibar ofrece un corto surtido de refrescos. Encima, sobre una repisa, una cafetera Nespresso, un hervidor de agua, dos tazas de café y dos de té, así como varios juegos para su preparación. 

El hotel en esta temporada resulta tranquilo, y el descanso se hace cómodo. Ruidos exteriores no hay apenas ninguno, pero sí que es cierto que la insonorización interior deja bastante que desear. Se oyen los pasos del pasillo, voces en las habitaciones contiguas...

El baño resulta muy grande, aunque le falta un punto de temperatura por la mañana. Paredes blancas y suelo de la misma madera que la habitación. Dos tiras de led remetidas en la parte superior de las paredes y dos puntos de luz sobre la encimera crean un ambiente agradable. Una de las paredes, donde están la bañera y la ducha aparece pintada con rayas en color turquesa haciendo motivos geométricos. Frente la puerta, la encimera de mármol blanco con vetas grises que recoge encastrado un lavabo en blanca porcelana. La grifería monomando es algo plastificada y empieza a notar el paso del tiempo. Por el grifo, sale escaso caudal y presión, para colmo en formato 'ducha' lo que hace que al lavarnos las manos salpiquemos por todos los sitios. Sobre la encimera hay dos vasos de metacrilato, una bandeja de madera con dos set dentales y una caja con bastoncillos y con algodones desmaquillantes. Por encima de la encimera, un enorme espejo con un marco de madera blanca. A su derecha, un espejo redondo direccionable y retroiluminado, y a su izquierda, y anclados a la pared, tres botes de champú, gel y jabón de manos de suave fragancia. Por debajo, una repisa de madera en la que hay, además de un potente secador de pelo, dos enormes toallas de baño con el logo de la cadena. Delante de la encimera hay un toallero de tubo metálico del que cuelgan dos toallas de lavabo de igual calidad.

A la izquierda del baño encontramos, ocupando toda la pared, una generosa bañera en porcelana blanca con una grifería del mismo estilo que el lavabo. A su lado una generosa cabina de ducha, toda en cristal rematada con un grifo de teléfono y un enorme rociador efecto lluvia. Lástima que la presión y el caudal del mismo sea escasa. La temperatura es más que adecuada. A la derecha, encontramos el moderno inodoro de cisterna empotrada en la pared, el bidet, una papelera de metal blanca y un par de discretos colgantes anclados a la pared.

Por la mañana, en un salón ubicado junto al enorme hall de recepción se sirve un variado desayuno buffet que uno puede tomar en el salón, o en la terraza abierta con vistas a las piscinas y al mar. Repartidos en varios puestos se ofrecen zumos (de naranja natural, piña, manzana y uva), aguas, un cocinero que prepara huevos, tortillas, tortitas... al momento, embutidos, quesos, fiambres, una amplia variedad de panes, cereales y repostería variada (pequeños hojaldres rellenos de chocolate, cabello de ángel, crema...). Un par de máquinas de café ofrecen distintas opciones de este, no demasiado malo.

En la despedida, en la recepción, simplemente sonreírnos mientras nos desean buen viaje.

Calidad/precio: 
Servicio: 8
Ambiente: 7.5
Habitación: 8.5
Baño: 8
Estado de conservación: 8
Desayuno: 8
Valoración general: 8

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