sábado, 10 de abril de 2021

NH LES CORTS (BARCELONA)


NH LES CORTS (***)
Nicaragua 146
08029 Barcelona

Habitación: 108
Fecha de entrada: 22/12/2020

Tarifa: 56,00 (SA)

En el corazón del popular barrio de Les Corts, no lejos de la Diagonal, ni de la estación de Sants, frente a una amplia plaza ajardina encontramos este edificio en esquina con grandes balcones corridos. En una de las esquinas sobreelevada del suelo de la calle por tres escalones encontramos la puerta de acceso al establecimiento. Alfombra azul con el logo de la cadena algo desgastada, y dos puertas de cristal automáticas nos dejan junto a la pequeña recepción. Suelo de mármol crudo, pequeño e irregular espacio. Luz fría artificial y suficiente durante el día por las cristaleras a la calle que ofrece el pequeño espacio. 

A la derecha una mesa larga de madera oscura, delante de una cortina azulada, un árbol de Navidad y varios avisos sobre las medidas de seguridad del virus. A la izquierda una pequeña zona con unas butacas para la espera, las escaleras que suben al comedor, apagado ya a esa hora y el potente mostrador de recepción, de poderoso mármol blanco en forma de V y con dos puestos de trabajo protegidos por potentes mamparas de metacrilato. Sobre el mostrador, los tpvs del pago con tarjeta, y algunas pantallas con información sobre el hotel. Detrás, una puerta de madera blanca y cristal entreabierta al despacho de recepción. 

Nos atiende un joven de forma rápida y eficaz, aunque algo frío al principio. Nos indica que la estancia se cobra por adelantado. Pagamos y nos entrega la factura. Después resulta mucho más amable y cercano. Nos avisa de las medidas de seguridad que las autoridades locales han dictado ese mismo día sobre el acceso a bares y restaurantes. Nos entrega la tarjeta de la habitación en un cartoncito que hemos de firmar con un papel en el que se indica la clave del wifi que es veloz y eficaz en todo el edificio. 

Unos pasos más adelante encontramos los ascensores. Son dos. Uno más grande que el otro. Ambos de puertas normales, pintadas en marrón, con tirador metálico. Tras ellas hay puertas automáticas. Suelo de granito negro, paredes de madera clara. Botonera metálica con una pantalla que emite noticias y música algo estridente y voces del piso al que accedemos. En un display, un par de folios resumen la información sobre la seguridad covid de la cadena. Empujamos la puerta y salimos a un estrecho y largo pasillo de luz fría y suelo de mármol que aumenta la sensación de frialdad. Techos bajos. Puertas nuevas de madera con cerraduras de proximidad. Paredes con papel pintado en tono blanco bastante desconchadas. Al fondo del pasillo, en forma de L hay un balcón a la calle mal insonorizado. 

Tras la puerta de la habitación, el suelo se presenta en vieja madera brillante bastante machacada y arañada por el uso. Las paredes cubiertas con vescom a rayas blancas y crudas con algunas zonas demasiado machacadas por el golpe de maletas, mobiliario... A la derecha encontramos la ranura para que la tarjeta de la habitación active las luces. Techo bajo, especialmente en el pasillo que nos lleva hasta el dormitorio. En ese pasillo la la derecha, la puerta del baño. Frente a ella, un armario cerrado con llave con una reja de ventilación por el que se oye el ruido de aguas de otras habitaciones. Enfrente, una pantalla digital permite regular el aire acondicionado: sencillo de utilizar y eficaz  y silencioso en su en su funcionamiento. 

Un paso más adelante accedemos al dormitorio. El espacio es correcto de tamaño y luminoso. Quizá algo frío e impersonal. A la derecha un armario de nuevas puertas correderas en madera. Quizá algo bajo. En su interior en un lado baldas, con la caja fuerte, y en el otro lado un colgador de perchas normales. Además dentro hay un maletero plegable en metal y tiras de tela negra. Junto al armario hay un espejo de cuerpo entero con un curioso marco en tono metalizado y a continuación un poderoso y confortable sillón orejero en tela azulada. A su lado una lámpara baja de lectura con potente iluminación. Justo enfrente, el escritorio, lacado en madera gris. Sobre él una felicitación de Navidad sin personalizar y un flexo de trabajo blanco dirigible. Bajo él, una comodísima silla de piel blanca, metal y ruedas y un armario con el minibar vacío. En la pared dos enchufes normales y dos de USB de b-ticino para recargar aparatos electrónicos.   

A continuación la cama. Blanca y luminosa. Grande para ser individual, pequeña para ser doble. Colchón muy cómodo de gran calibre. Aparece empotrado contra un cabecero en piel en tono crudo, con varias tiras de luz led que le dan un cierto toque agradable a la habitación. Dos almohadas cómodas. A cada lado hay sendas mesillas con cuerpo de metal amarillento y tapas de madera. Sobre una de ellas el mando de la televisión envuelto en plástico y un moderno teléfono de aire americano con una permanente luz roja que puede molestar durante la noche. Sobre las mesillas, anclados a cada lado del cabecero hay sendos flexos de aire retro dirigibles para la lectura. Interruptores para apagar las luces y enchufes disponibles tanto normales, como de USB. 

En la pared del fondo hay un balcón con vistas a Travessera de les Corts. Un foscurit en tono gris claro recubre toda la pared impidiendo que entre la luz de la mañana. Por delante de él un ligero visillo blanco. Su insonorización podría ser mejor, igual que la insonorización interior que permite escuchar lo que pasa en el pasillo, en las habitaciones contiguas, el sonido de cañerías... Sobre la puerta de entrada hay un piloto de luz verde que ilumina permanentemente ese espacio y puede llegar a molestar durante la noche.
El baño resulta estrecho y largo aunque pequeño. Suelo y paredes de mármol blanco. Resulta algo frío al no tener ningún aparato para calefactar el espacio y por la mañana, después de tener la puerta cerrada toda la noche hay un cierto olor a humedad. La puerta, nueva, de bonita madera, es más estrecha y baja de lo normal. También el techo es bastante bajo. Frente a esta encontramos una encimera en silestone blanco sobre la que se presenta un lavabo rectangular moderno y de escasa profundidad. La grifería, monomando también es moderna. Una placa de porcelana blanca ofrece un bote de gel, otro de champú, una pastilla de jabón y dos vasos de cristal. Encima, un espejo antivaho que incluye dos tiras de luz led a cada lado, una de ellas fundida. También, hay una zona redonda que conforma un espejo de aumento. A su lado, un potente secador de pelo en color plateado. Cuelga de la encimera una barra metálica con dos toallas de lavabo correctas.

A la derecha de la entrada encontramos un toallero con dos toallas de baño correctas en cuanto a tamaño y calidad. A continuación el inodoro, de cisterna exenta y al fondo, ocupando todo lo ancho del espacio, una cabina de ducha protegida por una corta mampara de cristal que hace que el agua al ducharnos salga por el suelo. La grifería es moderna y se remata con una ducha de teléfono normal y una alcachofa de efecto lluvia quizá demasiado baja (para los que somos demasiado altos) a la que le falta caudal y presión. La temperatura sin embargo es formidable. En la pared del fondo hay una ventana de aluminio blanco no practicable y de cristal opaco. La escayola del techo de la ducha presenta grandes humedades, y los cuatro puntos de luz que hay a lo largo del baño tienen grandes esconchones y rendijas.

En el mostrador por la mañana, aunque todo ya está pagado, el trato no deja de ser más allá de procedimental. Adiós. 

Calidad/precio: 7.5
Servicio: 8
Ambiente: 6
Habitación: 7
Baño: 6.5
Estado de conservación: 5.5
Desayuno: 

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