miércoles, 9 de enero de 2019

HOTEL LA CITY (ALICANTE)

HOTEL LA CITY (***)
Avda de Salamanca 16
03005 Alicante

Habitación: 601
Fecha de entrada: 24/02/2018
Tarifa: 


En un edificio de siete plantas, estrecho, de ladrillo rojo, con dos ventanas por piso, ubicado justo frente a la estación del tren de Alicante, embutido en una manzana con otros establecimientos hosteleros, viviendas y apartamentos, encontramos este sencillo y funcional hotel. 

Una fachada de cristal, de escasos 6 metros abre a la calle y llena de luz la pequeña recepción. Puertas correderas entre pequeñas plantas artificiales, con el logo del hotel. Dentro, allí mismo, se amontonan en un pequeño espacio el mostrador de recepción a la derecha, dos bicis de alquiler, unas cuantas butacas de cuero negro y metal, una máquina de vending con bebidas, varias vitrinas en con objetos de la zona a la venta. 

El mostrador, alto y con un montón de cosas por encima (folletos, tarjetas...) está atendido por un simpático joven. Pesados trámites legales y varias llamadas por el walkietalkie para comprobar la disponibilidad de las habitaciones. Intenta adjudicarnos, sin éxito, una habitación con cama de matrimonio. Nos entrega la tarjeta que hace de llave de la habitación y una clave para el wifi, gratuito, veloz y sin cortes. 

Dos pasos más adelante en un estrecho pasillo de terrazo, como el resto de la recepción está el ascensor. Sólo uno para tantos pisos puede resultar escaso en algunos momentos. Al fondo de ese pasillo está la pequeña cafetería con una televisión encendida a gran volumen. El interior del ascensor tiene el suelo imitando madera, botonadura de plástico gris, y algunos espejos oscuros. No es muy grande, pero tampoco pequeño. 

Las puertas automáticas se abren a un estrecho pasillo que corre a derecha e izquierda con suelo de terrazo, y luces demasiado frías. En los pasillos un par de radiadores eléctricos. Pocas habitaciones por planta, aunque faltan indicadores a la salida del ascensor de cuales hay a cada lado. Las puertas de las habitaciones en madera clara con modernos pomos. 

Dentro el suelo cambia a gres algo machacado en color arena. Frente a la puerta de entrada está la puerta del baño en la misma madera. Interruptores de plástico blanco y gris algo endebles. Una ranura para la tarjeta y que se active la luz. En dos pasos estamos en el dormitorio, no sin antes, activar el aire acondicionado. Un sencillo display con un botón de encendido, otro de potencia y una rueda para seleccionar la temperatura. Funciona muy bien, aunque ruidoso para dormir con él. 

Ya dentro del dormitorio a la izquierda encontramos un poderoso armario de puertas correderas de madera. Pese a su espectacularidad exterior, el interior resulta algo pobre. Un par de perchas antirrobo en una zona de colgador largo, y otro par en el lado del colgador corto donde además hay una cajonera con una gamuza lustrazapatos y una caja fuerte. Frente al armario, un maletero de madera con lamas metálicas. 

A continuación dos camas, estrechas (muy) y cortas (muy), apoyadas sobre un cabecero de madera algo brillante en el que se empotran las mesillas. Encima del cabecero dos cuadros con dibujos raros. Sobre una de las mesillas un teléfono, un lapicero y un bloc de notas. Sobre ambas, interruptores para las luces, un enchufe (en ambos lados) para los aparatos electrónicos y un par de lámparas con pantalla en blanco algo escasas de potencia (para la lectura) pero que ayudan a crear un ambiente algo más cálido que lo que la sensación general produce. Las paredes pintadas en un gris verdoso tienen bastantes rayas, golpes y grietas, lo que genera una cierta sensación de descuido. 

Las camas están recubiertas por una algo vieja colcha blanca. Sábanas blancas, correctas y limpias y como manta un nórdico a cuadros blancos. A los pies, un plaid de color marrón algo sucio, a juego con los cojines. La insonorización exterior es formidable, y la interior mejorable aunque al haber pocas habitaciones en cada planta, todo resulta bastante tranquilo. 

A los pies de la cama hay una mesa escritorio en madera clara. Sobre ella una pequeña televisión plana. Algunos folletos del hotel y una bandeja con varias gominolas, dos vasos y un botellín de agua de cortesía. En un extremo, una lámpara de aluminio con pantalla blanca, con poca potencia para trabajar. No encontramos enchufe libre cerca salvo que desenchufemos la luz, la tele o el minibar vacío que hay bajo el escritorio junto a una papelera.

Junto a la mesa está la ventana. Nueva, con persiana y buen cierre. Protegida por una cortina corta en tono crudo algo sucia. Al fondo de la habitación hay un espejo de cuerpo entero y una cama supletoria donde entendemos que debería haber una butaca. El espacio en general es generoso, aunque algo frío y poco acogedor.

El baño resulta algo oscuro. Paredes de porcelánico gris oscuro y suelos de porcelánico crudo. Hay dos interruptores de luz junto a la puerta. Uno ilumina dos focos sobre el lavabo. Luz cálida y puntual aunque algo insuficiente. El otro enciende una luz algo más fría y un ruidoso extractor. El espacio es suficiente. Frente a la puerta un pequeño, pequeño, lavabo en blanco, con el grifo puesto en un lateral. Es tan pequeño que la repisa que hay sobre él molesta un poco a la hora de lavarse. En la repisa, de cristal, se ofrecen dos vasos de plástico, y dos curiosos sobres como de smoothies con el champú y el gel, de apertura algo compleja. Sobre ella, un pequeño espejo. Bajo el lavabo, una toalla de manos que cuelga de una barra toallero de metal y una banqueta de plástico blanco. Cerca, colgando de la pared, un potente secador de pelo.
 
A la derecha de la puerta hay un inodoro y un bidet, de porcelana blanca. Colgando de la pared hay un aparato de calefacción algo ostentoso que no necesitamos utilizar, junto a una percha metálica. A la izquierda está la bañera, lamentablemente protegida por una larga y antihigiénica cortina blanca que cuelga de una barra. Dentro, una grifería sencilla pero que ofrece una increíble presión, caudal y temperatura. Y un toallero con una toalla de baño estándar pero bastante correcta. 

Por la mañana, en una pequeña cafetería ubicada al fondo de la recepción se sirve un buffet con escasa calidad, corto surtido (huevos revueltos sin huevo, algo de embutidos y jamón, queso, panes, zumo de naranja y algo de bollería de poca calidad) y con un montón de ruido de la barra y de la televisión. Luego en la recepción, salida sin más, la factura y adiós. 

Calidad/precio: 
Servicio: 5
Ambiente: 6.5
Habitación: 7.5

Baño: 7
Estado de conservación: 6

Desayuno: 3
Valoración General: 7

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