lunes, 9 de enero de 2017

AC FORUM OVIEDO (OVIEDO - ASTURIAS)


AC FORUM OVIEDO (****)
Plaza de los Ferroviarios 1
03.003 Oviedo (Asturias)

Habitación: 508
Fecha de entrada: 16/10/2016
Tarifa: 

Situado en el centro de la ciudad, como un enorme muro de siete alturas sobreelevado sobre un parking, un centro comercial y la estación del tren, el rectangular edificio destaca por su tono claro y sus largas hileras de ventanas, muy en la línea de otros hoteles de la misma cadena. El acceso en coche particular resulta algo intrincado, pero se agradece por la inmensa plaza a la que se abre la puerta principal, giratoria y de cristal, que nos acoge. 


Tras la puerta, la recepción es gigantesca. De frente y hacia la izquierda hay distintas zonas con mesas, librerías una zona con ordenadores todo ello en tonos oscuros muy propios de la cadena. Hacia la derecha encontramos además del largo mostrador de recepción, en negro y con dos puestos de trabajo, unos cuantos sofás en los que sentarse a esperar a un huésped. Toda la pared frontal es de cristal, lo que asegura la luz natural durante el día. La sensación es de amplitud, quizá demasiada, y de bastante oscuridad.

Llegamos tarde, pasada la medianoche. Y nos atiende tras el mostrador un simpático recepcionista que nos pide simplemente el número del DNI. Desde ahí ya obtiene toda la información, nos prepara la llave (siempre he pensado que a esas horas de la noche esas llaves y documentos para firmar ya deberían estar preparados), nos entrega el bienvenida para la firma y la clave del wifi que funciona veloz y gratuito en todo el edificio.

Avanzado hacia la derecha encontramos un amplio recibidor al que llegan dos ascensores, las escaleras y un ascensor específico para el parking. El ascensor es moderno y amplio. Algo oscuro. Una pared de madera con varios carteles de la cadena y del hotel y la otra de espejo desde media altura. Las puertas se abren al inicio de un largo pasillo donde están las habitaciones. Moqueta oscura en el suelo, paredes de madera oscura, puntos de luz sobre las puertas. Sensación de oscuridad y de calor, que no despreciamos dado lo desapacible de la noche.

La plateada manivela de las puertas, clásica de la cadena nos introduce en una habitación sin sorpresa alguna. Igual sería estar en Oviedo, en Lugo, en Sevilla o en Alicante. Suelo de madera oscura a lamas estrechas, paredes en vescom color tierra despegado en algunas juntas. A la izquierda una puerta de cristal opaco se abre al baño. Unos pasos más adelante el sencillo display del aire acondicionado (on/off y una rueda con la temperatura) que funciona de manera ruidosa, aunque la habitación está suficientemente caldeada. 

La estancia es adecuada de tamaño. A la derecha un largo y alto maletero rematado con un cojín de color tierra. Sobre él un cuadro. Bajo el mismo, un par de armarios y varios cajones. A continuación un pequeño mueble acoge el minibar, de caro surtido, y una moderna y generosa televisión de plasma. En el hueco que queda hasta la pared del fondo, un escritorio de madera oscura con una silla tapizada en claro, bastante cómoda y mullida. Sobre el escritorio, un bade negro, la carta del room service, una carpeta metálica con información del hotel, una lámpara de escasa potencia para la lectura, un enchufe cercano y un cubo rojo con varias varillas para generar aroma especial en la estancia, que apenas se percibe. 

La cama es blanca. Grande para ser individual, pequeña para ser doble. Vestida con una sábana blanca con algún ribete gris. Baja ella un nórdico que en algún momento de la noche llega a asfixiarnos y hacernos sudar demasiado. Tres almohadas de distinta dureza. Cómoda sin más. Está empotrada en un cabecero de madera clara con dos mesillas en color gris. En ellas un teléfono moderno, el mando de la tele, un block de notas y un bolígrafo. Sobre ellas, dos lámparas de noche que incluyen unas lámparas de lectura dirigibles de gran potencia. Una de ellas no funciona. Las luces son o todo o nada. Con lo que no hay manera de poder establecer un cierto ambiente personal en la habitación. Sobre ambas mesillas hay disponibles enchufes para los gadets electrónicos.  


Junto a la cama hay un armario. Dos puertas correderas en madera oscura y metacrilato blanco esconden un correcto armario con zona de colgador, cajones y baldas. Iluminado por dentro con el resto de iluminación de la habitación. 

La pared del fondo tiene la ventana, enmarcada en madera y protegida por un poderoso foscurit y un visillo blanco. Generosas vistas a la puerta principal. Junto a la ventana y sobre una alfombra entre gris y verde una butaca con tapizado de pana marrón claro y una pesada mesa redonda de centro en negro metálico. La zona en la que se encuentra el hotel es tranquila y la altura del edificio incrementa esa sensación. La insonorización exterior es formidable. La interior podría mejorarse. Se escucha demasiado el pasillo y las voces en las habitaciones contiguas. 

El estilo del baño es el clásico de la cadena, aunque está dividido en dos zonas separadas por una puerta, también de cristal opaco, corredera. Mármol verde, en paredes y suelos. Una encimera de cristal opaco con el lavabo. Sobre ella un bote de champú, otro de gel y una pastilla de jabón en forma de pelota de golf. Dos toallas pequeñas de mano. Sobre la encimera un espejo con dos luces incrustadas a derecha e izquierda. Bajo la encimera, un ligero armarito metálico con ruedas ofrece unos kleenex, un gorro de ducha y una toalla de baño. Junto al lavabo un teléfono, un curioso termostato para la temperatura del agua, un espejo de aumento y un secador de pelo. 

Una ancha bañera blanca con mampara de cristal acoge la ducha, de teléfono algo antiguo, rematada en una alcachofa con efecto masaje. El caudal del lavabo puede resultar algo escaso. El de la ducha, sin embargo es generosísimo. Igual que la presión. Dentro de la bañera, una barra de acero sostiene una gran toalla de baño y bajo ella, doblado, el pie de ducha.

Tras la puerta corredera, en el mismo acabado de mármol encontramos un inodoro y un bidet, ambos blancos y de corte moderno. 

Por la mañana el desayuno ofrece un variado buffet en un gigantesco salón con vistas a la puerta principal. Poca cantidad, pero amplio surtido. Hay zumos varios, fruta, platos calientes (huevos revueltos y bacon), fiambres y quesos, y miniaturas de bollería. El café, de Nespresso.

En la recepción por la mañana, nos atienden dos chicas. Nos preguntan por nuestro descanso, por el minibar, y nos vamos. 

Calidad/precio: 
Servicio: 7.5
Ambiente: 7
Habitación: 8

Baño: 8.5
Estado de conservación: 7.5

Desayuno: 8
Valoración General: 8

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