jueves, 25 de diciembre de 2008

NH NACIONAL (MADRID)



HOTEL NH NACIONAL (****)
Paseo del Prado 48
28014 Madrid
Telf: 914.296.629
Fax: 913.691.564

nhnacional@nh-hotels.com
www.nh-hotels.com

Habitación: 812
Fecha de entrada: 18/12/08
Tarifa: 100€/noche (Alojamiento y desayuno)

Al final del paseo del Prado, esquina con la calle Atocha, y a cinco minutos a pie de la estación Puerta de Atocha, rodeado de las principales pinacotecas del país y en la zona más castiza de la capital con el Barrio de las Letras abierto a sus espaldas NH debería dar algo más en este establecimiento que ocupa un enorme edificio de corte clásico.

Resulta complicado parar en la puerta del hotel sin que los coches cercanos disparen sus claxon. Hemos de sortear en zigzag dos puertas correderas, para acceder al amplio lobby donde se combina el espacio de la recepción con el espacio de la cafetería... pero todo lo suficientemente amplio para que se creen zonas distintas. El mostrador es amplio y es atendido de forma rápida y eficaz (sólo dando el número del DNI buscan la ficha nuestra en el sistema informático de la cadena) pero a la vez algo seca y distante.

Entramos en unos ascensores panorámicos que suben por un poco atractivo patio interior hacia las habitaciones. El lucernario acristalado que separa la primera planta del resto de pisos tiene algo de interés, pero el resto de pisos no es más que una sucesión sosa de ventanas abiertas a un estrecho patio gris. Además el centro del cristal se aprovecha para hacer publicidad de las grandiosas ofertas de la cadena con un basto cartel color fosforito.

Los pasillos nos recuerdan a los NH de los 80. Mármol en el suelo, paredes azuladas, puertas de madera oscura con pomo de la puerta redondeado. Tras la puerta encontramos una estancia pequeña y alargada con las paredes vestidas de madera hasta el techo. Unos pasos más adelante hay dos puertas: una a la derecha, de cristal, con el baño y otra a la izquierda con el dormitorio. Enfrente un armario estrechísimo de puertas de espejo que en un momento fueron correderas, y ahora hay que empujarlas a conciencia para que corran por las guías establecidas.

El dormitorio resulta algo pequeño de tamaño. Un cuadrado perfecto con una pequeña ventana en la pared derecha que se abre al final de un patio gris y oscuro. Menos mal que mirando hacia arriba descubrimos el cielo de Madrid y algunos tejados cercanos. Sobre el suelo de madera una cama de matrimonio con cabecero de madera y tela acolchada entre dos mesillas exentas, con lámparas de noche y potentes lámparas de lectura orientables. Bajo la ventana un maletero, y a los pies de la cama un escritorio de mármol donde trabajar a gusto con un plasma sobre el minibar. Todo el escritorio aparece lleno de folletos de publicidad e información del hotel y la cadena. En la pared un enchufe para la corriente del portátil, pero wifi de pago.

La cama resulta cómoda. Se presenta cubierta con una antihigiénica colcha de color gris verdoso y cojines a juego. Debajo, un formidable colchón y suaves sábanas con confortables almohadas. El aire acondicionado funciona bien, sin hacer mucho ruido, hasta la medianoche. A esa hora el aire deja de salir caliente, y es mejor apagarlo para mantener el calor conseguido. La oscuridad es una realidad gracias a un potente y amplio foscurit que cubre por completo el vano de la ventana, y porque el dormitorio se puede cerrar con otra puerta más. La luz no entra, pero sí que se escuchan, y demasiado, los pasillos. Aún así hay relativa calma en el exterior.

Tras la puerta de cristal esmerilado encontramos el clásico baño de NH de los noventa. Nada se ha tocado por lo que las juntas y rodapiés presentan a tramos un aspecto algo penoso. Un radiador mantiene el calor para la fría mañana, un lavabo encastrado en una encimera por la que han pasado demasiados vasos y demasiados clientes, a juego con el suelo. Este necesita un pulido o una reforma, porque se notan demasiadas gotas, demasiadas manchas... que no son de suciedad, pero lo parecen. El set de amenities se reduce a gel, champú y jabón. Demasiado escaso para un cuatro estrellas. Inodoro sin bidet, y una ducha en bañera protegida por una mampara de cristal.

La presión, el caudal y la temperatura son correctas, y el equipo de lencería también. El propio de la cadena: amplio, suave y limpio.

Por la mañana, una rápida pregunta sobre el minibar, y que pase usted un buen día.

Calidad/precio: 6.5
Servicio: 7
Habitación: 7.5
Baño: 7.5
Estado de Conservación: 6.5
Valoración General: 7.5

6 comentarios:

Toni dijo...

NH lleva un tiempo cuesta abajo. Luego se extrañarán que la ocupación baje más que la de la competencia.

Anónimo dijo...

Por cierto, vaya desastre un recien abierto. Elba Costa Ballena, en Rota, Cadiz. Para dar ese servicio, mejor se cierra en invierno como sus vecinos de Barceló Costa Ballena. Menos detalles que un 2 caballos!!!!!!

Carlos Andreu dijo...

Apunto el Costa Ballena para verlo en mi próximo viaje por Cádiz.

Toni, no sabía que la ocupación de NH era menor que la del resto de las cadenas, pero no me extraña. Antes NH era sinónimo de "ya se lo que me voy a encontrar". Ahora puedes encontrarte chascos tan grandes como el NH Balboa, el NH Nacional, el NH Pirineos, o cosas tan increíbles como el NH Central de Convenciones de Sevilla o en NH Palacio de Merced de Burgos. Será el paso del tiempo, serán las expectativas bursátiles, serán las opas amenazantes...

Toni dijo...

Pues el NH Balboa no será una joya pero la habitación en la que estuve el año pasado era bastante decente para los 60€ que pagué. Ojo, que yo no miro lo del wifi ni las facilidades para trabajar en la habitación, etc, porque afortunadamente sólo viajo por ocio.

Anónimo dijo...

Noble, inquieto y curioso caballero Carlos Andreu, entiendo de tus palabras que el NH Central Convenciones de Sevilla es "increíblemente bueno", ¿no? Permíteme una pregunta: ¿Cómo te explicas que establecimientos de una misma cadena sean tan diferentes, es decir, que uno sea tan coqueto y otro pegue el petardazo? ¿Depende del director? ¿Quizá de un/a trabajador/a que se tome en serio eso de la filosofía de empresa? Y otra pregunta más. En el fondo, por muy bien que le atiendan a uno, que la habitación esté oscura, tengas donde cargar el móvil sin desenchufar una lámpara y en la recepción se interesen por tu feliz descanso en vez de desconfiar de tu instinto depredador en el minibar, mi impresión es que dormir en hoteles es un acto ciertamente descorazonador y desarraigado, es decir, servidor siempre extrañará otras sábanas, y no me refiero sólo al plano físico, ¿no es así? En definitiva, ¿no deberíamos intentar dormir en hoteles lo menos posible para alcanzar la felicidad en este valle de lágrimas?
Por cierto, confío en que en tu casa bajes el listón de la exigencia. Es broma. Seguro que el tuyo es el rincón acogedor y hogareño que nunca será el mejor de los hoteles.
Te envío todo mi respeto y admiración desde Sevilla. RAFAEL.

Carlos Andreu dijo...

Hola Rafael

Gracias por tu visita.

En concreto la diferencia entre los dos NH que comentas es básicamente que el de Madrid está viejo y el de Sevilla está nuevo. Que en el de Sevilla se preocupan un poco por tí, y en el de Madrid, eres un visitante más. Sí que es cierto que en el Central de Convenciones se notaba un cierto "espíritu de equipo", porque todo el mundo "tocaba la misma melodía". Además, hasta el director del hotel estaba en recepción saludando a los clientes. Eso se ve poco por ahí. Imagino que con el ejemplo se predica.

Estoy contigo en que lo mejor sería no tener que dormir fuera de casa nunca, pero como dice el inicio de este blog, hago esto porque no me queda más remedio que "vivir fuera de casa por razones profesionales". Desde luego, como en casa, nada... y te garantizo que con cinco niños dentro, se duerme peor que en cualquier hotel, seguro...

Un abrazo fuerte y feliz año!