miércoles, 19 de noviembre de 2008

JARDIN METROPOLITANO (MADRID)



HOTEL JARDIN METROPOLITANO (**** Sup)
Reina Victoria 12
28003 Madrid
Telf: 911.831.810
Fax: 911.831.811

metropolitano@vphoteles.com
www.vphoteles.com

Habitación: 114
Fecha de entrada: 18/11/08
Tarifa: ? €/noche

Ocupando lo que antes era un edificio dedicado a salones de boda, en la misma manzana de la Glorieta de Cuatro Caminos, el grupo inversor VP nos presenta su Jardín Metropolitano en una construcción de corte clásica reconstruida con varias banderas sobre la amplísima entrada.

La recepción es amplia, con una norme cristalera sobre el mostrador y en el techo, con motivos alusivos al Madrid de principios del siglo XX. Todo nuevo, en colores madera clara y mármol claro, pero todo destila un cierto tufillo a hortera. En el mostrador nos toca el chico nuevo, que se ve ayudado por la veterana. Los trámites de siempre gestionados con la lentitud habitual, pero al menos con cordialidad y suma simpatía.

Por unos ascensores panorámicos hacia el interior accedemos a la planta de la habitación. Desde el ascensor vemos que esta nuevao altura del hotel se configura "a lo Marriott Marquis": un patio central con alguna decoración vegetal, una fuentecilla y algunas luces, y al patio se abren los pasillos donde se encuentran las habitaciones. Puertas de madera clara, con algunos dibujos hechos con vetas puestas en otra dirección, aumentando el toque hotera.

Tras la puerta, un parquet claro, de dibujo cuadrangular y de tacto frío para los pies. Luz abundante por el balcón -con vistas a un patio de vecinos con mucha luz- que hay al fondo de la habítación. En el pasillo que nos lleva al dormitorio encontramos a la derecha la puerta del baño y a la izquierda el armario, con espejos en las puertas, ámplio y bien vestido.

El dormitorio es ámplio, y esa sensación se acentúa al encender las luces. A la izquierda un maletero unido a un larguísimo escritorio situado delante de un espejo tan largo como el conjunto e iluminado con varios puntos de luz. Enchufe para el ordenador, silla confortable y wifi gratuito. En la parte final del escritorio, un hueco para el minibar y sobre él, una televisión de plasma.

A la derecha dos camas de 105X200 con un cabecero de madera a juego con el resto del mobiliario y dos mesillas. La luz de estas es infernal para trabajar desde la cama. Aunque sobre estas hay interruptores variados, hay una lámpara de pié que no se puede apagar desde ellos, lo que obliga a levantarse para apagarla. Faltan enchufes pero a cambio hay un equipo de hilo musical con cuatro canales. Las camas aparecen vestidas con una antihigiénica cubierta. Debajo de ella, un juego de sábanas agradable y más que correcto pero que en vez de acoger una manta, acogen un edredrón nórdico (sin la funda). El colchón está bastante maltratado y aunque no es urgente, habría que pensar en una renovación del equipo de descanso.

El aire acondicionado tarda en activarse, y cuando lo hace, resulta agobiante por el caudal de aire que escupe y por el molesto zumbido que provoca. El patio de vecinos es de lo más calmado, por lo que el silencio se adueña de la habitación. Aún así la insonorización hacia el pasillo no es tan óptima, por lo que se escuchan los pasos en el pasillo, las puertas abriéndose y cerrándose, las cisternas y grifos de los vecinos y hasta el click de los interruptores de la luz. Por las rendijas de la puerta, entra la luz del exterior, haciendo imposible la oscuridad nocturna.

El baño es frío. Sin aparato para calefactarlo y con suelos y paredes de mármol que incrementan esa sensación. Todo es de fibra, nada de cerámica. Un set que incluye dos lavabos con grifos algo roñosos y con los sumideros algo atascados con una repisa para las amenities (abundantes y correctas, aunque de colores chillones) y un espejo. La repisa es demasiado ancha, lo que dificulta el acceso a los grifos para lavarse la cara...

El caudal del grifo es escaso, y la presión mucha, lo que provoca un chorro que mezcla aire y agua en una proporción escandalósamente mayor para el primer elemento. En la bañera, poco profunda, de fibra y de esas que al caminar parece que se va a hundir a tus pies, el grifo mejora el caudal, y la temperatura, especialmente la caliente. Toallas correctas, grandes de tamaño, pero sin muchas más pretensiones.

Por la mañana, la salida, con el mismo equipo que la entrada, resulta agradable, simpática y cordial. No hacen demasiadas preguntas, pero son eficaces y correctos. Antes, merece la pena disfrutar de la bollería recién hecha y de otro surtido de platos que ofrecen en el buffet de desayunos ofrecido en un patio acristalado bajo el patio de vecinos.

Calidad/precio: 8
Servicio: 7
Habitación: 7
Baño: 6
Estado de Conservación: 7.5
Valoración General: 7

1 comentario:

Toni dijo...

¡Madre mía, Carlos!. Te mueves más que las maletas de la Piquer.