HOTEL WELLINGTON (MADRID)

Hotel Wellington (*****)
Velázquez 8
28001 Madrid
Telf: 915.754.400

www.hotel-wellington.com
wellington@hotel-wellington.com

Habitación: 432
Fecha de Entrada: 23/07/2008
Tarifa: 145€ (Sólo Alojamiento)

El hotel de referencia de los toreros en Madrid se levanta como un clásico a una manzana del parque del retiro y en el corazón del barrio de Salamanca. Rodeado de los mejores restaurantes, boutiques y de las oficinas más representativas. Un clásico por dentro y por fuera, en pleno corazón de la capital.

Ya en la puerta somos atendidos con eficacia y simpatía por el maletero que se hace cargo de nuestras maletas. Tras subir cuatro escalones accedemos a la recepción por una puerta giratoria. El ambiente rebosa clasicismo antiguo (que no viejo ni rancio) tanto en la decoración, como en el uniforme de los empleados e incluso en su edad. Los trámites de recepción son latosos como siempre pero cordiales.

Por un antiguo ascensor más ancho que largo -el otro está en obras de reconstrucción- accedemos a las plantas que albergan las habitaciones. Los pasillos necesitan una redecoración. Anchísimos corredores cubiertos por moquetas tupidísimas pero dotados de oscuras y antiguas luminarias. El conjunto presenta un ambiente rancio y en penumbra.

Todo cambia tras la apertura de la puerta. La decoración clásica y sin estridencias continúa en el interior. Una confortabilísima moqueta roja y unos tonos ocres en las paredes nos acogen en un pequeño recibidor que alberga un armario ropero. Tras esta estancia, accedemos a la enorme habitación. Techos altos, amplitud de espacios, luz abundante tanto artificial como natural (aunque las dos ventanas dan a un triste patio interior). Una pequeña zona de trabajo alberga un escritorio clásico con su silla, frente a un espejo y enchufes para el ordenador. Lástima que el wifi sea de pago, y a precios sorprendentemente altos. La conexión 3G no llega bien con lo que navegar se convierte en un suplicio si uno quiere evitar la dichosa tarjetita.

Un tresillo rodeado de mesas bajas y una mesa de centro permite una reunión o una tertulia o la lectura de las múltiples revistas y guías que ofrece el establecimiento. Cerca un armario alberga el minibar y un plasma enorme con servicios de pay per view. A los pies de la cama un maletero amplio entelado a juego con la moqueta y las cortinas.

Encuadrada entre dos mesillas de corte clásico y con un cabecero de madera aparece la cama. ¡Menuda cama!. Un colchón de ensueño. Una almohada de vicio, unos cuadrantes confortabilísimos, y unas sábanas de hilo de la mejor hechura protegiendo un ligero y liviano nórdico. El descanso se convierte en reparador y agradable. A ello ayuda la insonorización del exterior gracias a las dos puertas que tiene la habitación, al silencio del aire acondicionado en la posición mínima (aunque no hay display para ajustar la temperatura) y a que las cortinas cierran perfectamente las ventanas.

La habitación abre una puerta a un pequeño vestidor que acoge el ropero más amplio con un gran espejo y el baño. El baño es antiguo pero no viejo. Lavabo, bañera y paredes de color marrón claro contrastan con un bidet y un inodoro más modernos pero de color chocolate. La lencería de baño es impresionantemente completa y de calidad: dos albornoces, toallas de todos los tamaños, incluyendo dos toallas de damasco, varias de mano, de baño...

El set de amenities resulta completísimo y muy correctamente presentado. La calidad de sus productos es igualmente excelente. Presión, caudal y temperatura de cinco estrellas. Si que sorprende que la ducha sea una enorme alcachofa pegada a la pared que no se puede mover, aunque a cambio ofrece una curiosa variedad de chorros, chorrillos e intensidades y potencias.

La despedida por la mañana resulta agradable. Rápida y prestando más atención a nuestro descanso y continuación de viaje que al pago de la factura, que evidentemente también se efectúa.

Calidad/precio: 9
Servicio: 9
Habitación: 9.5
Baño: 9
Estado de conservación: 8.5
Valoración general: 9.5