lunes, 7 de abril de 2008

BARCELO MONASTERIO DE BOLTAÑA (BOLTAÑA - HUESCA)



Barceló Monasterio de Boltaña Spa (*****)
Afueras s/n
22340 Boltaña (Huesca)
Telf: 974.508.000
Fax: 974.502.236

monasterioboltana@barcelo.com
www.barcelomonasterioboltana.com

Habitación: 1110
Fecha de entrada: 05/03/2008
Tarifa: ¿?

A cinco kilómetros de Aínsa y antes de llegar a Boltaña, encontramos un puentecito sobre un río de aguas ruidosas y frente a nosotros un enorme edificio de piedras perfectamente restaurado e iluminado. Un agradable parking rodeado de jardines nos muestra la majestuosidad del edificio y de los cercanos pirineos, con cumbres llenas de nieve.

Desde la entrada a recepción observamos una nota común de la decoración de las zonas comunes del establecimiento: la mezcla entre la piedra y la estructura antigua (de hecho estamos en un antiguo Monasterio, que funcionó como tal hasta la desamortización de Mendizábal) con elementos decorativos de inspiración india, incluso con aires apaches.

Muy de madrugada la recepción es bastante frustrante. El recepcionista con dos pendientes en cada oreja parece todo menos un recepcionista de cinco estrellas. Además cumple a raja tabla el procedimiento, y pese a ser las 2 de la mañana y llevar en la cara el rastro de 1000Km en avión y 500 en coche en las últimas 7 horas, pide todos los documentos habidos y por haber e introduce todos los datos. ¡Si lo que quiero es la cama!.

Por un sinuoso pasillo accedemos a un claustro donde se abren las estancias del hotel: salas de reuniones, comedor, cafetería, sala de desayunos, biblioteca, ascensor, capilla… El ascensor nos deja junto a la puerta de la habitación, pero después de todo el rato que hemos estado frente al mostrador la llave no funciona. Vuelta abajo… Ahora es el recepcionista el que provisto de un artilugio sube a la habitación a ver si consigue abrirla. Vuelve. Coge un cuchillo y vuelve para arriba. Vuelve a bajar ¡No es más fácil que me de otra habitación!. Al cabo de 15 minutos vuelve para decirme que ha conseguido abrirla.

A pesar de todo, para ser un cinco estrellas, hubiéramos esperado ayuda para subir el equipaje…

Por fin entramos en la habitación. Es amplia, con el suelo de madera y paredes claras. Las cortinas y los múltiples cojines de las camas nos recuerdan que estamos en la montaña. También algunos de los muebles, como un fantástico galán de noche, una mesa de centro con una lamparita y una silla de trabajo. Todos estos conviven forzadamente con otros muebles de factura más funcional: escritorio, armario ropero, mesillas…

La cama es agradable. Hubiéramos imaginado un edredón nórdico, pero no. Sábanas y mantas, suaves, y colchón reparador. La almohada quizá sea un poco baja y blanda, aunque hay multitud de cojines de distintos tamaños y durezas que nos pueden ayudar a un mejor conciliar el sueño. Siempre y cuando hayamos apagado el AC que aún en la posición más baja emite un molesto ruido, y que el sol no pegue en nuestra ventana, porque las cortinas no se pueden cerrar una por delante de la otra, dejando la molesta junta central como paso de la luz.

Aunque el juego de luces es más que variado, falta alguna luz más potente para leer en la cama. Sobre las mesillas, y sobre el escritorio varios enchufes para los gadgets tecnológicos. Wifi y cable gratuito a libre disposición del viajero. ¡Celebramos la decisión!. Nos gusta especialmente un interruptor junto a la cama que apaga todas (todas) las luces de la habitación.

El escritorio presenta diversas revistas, una tele de plasma y un pergamino que cuenta la historia del hotel. Junto al armario ropero el minibar con una repisa encima con los vasos, copas, agitadores…

El baño es grande, de suelo porcelánico en tonos rojizos y verdes. Resulta un poco frío por la mañana. Entendemos que le faltaría un confortable calentador de toallas que pudiera hacer de calefacción también. Separa con una puerta de cristal la zona interior con bidet e inodoro y una ventana con cristal esmerilado, pero que deja entrar la luz de la mañana oscense. En la zona más exterior, una enorme encimera de cristal acoge dos lavabos con originales grifos y un espectacularmente variado y cuidado set de amenities.

Albornoces, toallas abundantes, zapatillas, toallas de damasco… hacen las delicias al salir de la ducha. Una enorme bañera que queda completamente cerrada por la mampara de cristal acoge una ducha increíblemente fantástica en cuanto a la potencia, caudal y temperatura del agua. 100% reparadora.

Lástima que nada más encender la luz, se conecte el extractor, con su terrorífico zumbido, especialmente sonoro dentro de la ducha y en la zona del inodoro.

Por la mañana, un variado y cuidado desayuno, servido con atención, esmero y agilidad nos repara del todo del cansancio acumulado.

Así como la llegada fue frustrante, la despedida es mucho más cordial.


Calidad/precio:
Servicio: 5
Habitación: 8.5
Baño: 8.5
Estado de Conservación: 9.5
Valoración General: 8.5

2 comentarios:

marian dijo...

yo estuve alli hace algo más de 1 año y me parecio un hotel espectacular, con una decoracion exquisita. En cuanto al trato fue inmejorable y muy muy cordial y lo digo con conocimiento de causa (yo trabajo como recepcionista de un hotel en zaragoza. En resumen, un lugar totalmente recomendable, precioso y en un sitio inmejorable, el cual conozco muy bien. Un saludo, y felicidades por este blog

Carlos Andreu dijo...

Hola Marian
Muchas gracias por su visita y comentario. He agregado tu blog a mi reader para ver lo que escribes sobre turismo, arte y demás.
A ver si algún día paso por tu hotel de Zaragoza, ya sabes que es "mi tierra".
Por cierto, el 23SEPT "toreo" en abierto allí.
Un abrazo fuerte!