María 2
15402 Ferrol (Coruña)
Hab: 305
Fecha: 4/10/16
Tarifa:
Calidad/precio:
Servicio: 7
Ambiente: 5.5
Habitación: 5.5
Baño: 6.5
Estado de conservación: 4
Desayuno: 7
Valoración General: 5.5
Fecha: 4/10/16
Tarifa:
Situado en el mismo centro de la ciudad, junto a la Plaza de
España en una zona tranquila y peatonal. Un edificio de siete plantas, en
chaflán, remozado por fuera en un color blanco casi brillante.
Una puerta corredera automática nos da paso a mediadocena
larga de escaleras, en mármol arena clara que nos dejan ante otras puertas
correderas que ya nos sitúan en la recepción. Lo moderno y brillante del
exterior contrasta con un interior algo más trasnochado.
A la derecha el largo mostrador de recepción, de madera, tras
el que nos atiende una señora. Tras ella una pared blanca, desnuda, que pide a
gritos algo: un cuadro, un mural, un reloj... Frente a la puerta de entrada a
continuación de la recepción, el acceso a la cafetería, tranquila, de la
que se oye en exceso la televisión. Junto a su puerta dos columnas revestidas
de metal dorado como imitando a un barco. A la izquierda de la puerta de
entrada, los dos ascensores y un poco más atrás una zona de sofás y mesas con
folletos turísticos. El suelo de mármol, dibuja una rosa de los vientos.
En general el espacio resulta algo frío, y trasnochado. La
decoración es un poco antigua: plantas de interior, adhesivos en el suelo
indicando que es una zona wifi...
Sobre el mostrador hay varios folletos y publicidad del
hotel y la cadena. El libro de reservas y un par de monitores de los ordenadores que
maneja la recepcionista. El trato es muy agradable, aunque profesional. Y algo
lento. Quizá demasiado lento. Por fin nos entrega la tarjeta de la habitación y
la clave del wifi que es gratuito y funciona velozmente en todo el edificio,
aunque no conseguimos que el Outlook saque nuestros correos. Nos indica dónde
podemos aparcar el coche, que hemos dejado en un par de plazas reservadas que
hay junto a la puerta, y nos dirigimos hacia el ascensor.
Hay dos. De modernas puertas correderas en acero inoxidable.
Su interior es estrecho y largo. Espejos de media altura con unos cuantos
carteles sobre la cadena y los servicios del hotel.
Nos dejan en un frío recibidor al que también llegan las
escaleras. El pasillo que se abre a derecha e izquierda se estrecha bastante.
Luz fría como de hospital. Gotelé amarillo. Suelo de fría cerámica clara.
Estrecho. Frío. Puertas de las habitaciones en marrón oscuro, con molduras. La placa
con el número de la habitación en plateado y negro junto a la puerta.
Al abrir la puerta la sensación rancia y algo casposa se
acentúa. Junto a la puerta, el dispositivo para introducir la llave y que se
active la luz. El suelo se convierte en parquet de pequeñas lamas haciendo
cuadraditos, algo deteriorado por el uso. Un pequeño recibidor con un perchero
colgado en la pared. Una puerta a la derecha que abre al baño. Y otra enfrente
que abre a un saloncito: un sofá doble y otro individual vestidos con una
horrible tapicería marrón. Una mesa de centro baja en madera y cristal. Un
espejo colgado en la pared. Y un minibar alto exento y en madera. Una lámpara
de pie. Luz fría sobre el techo. La pared sigue amarillenta, aunque el gotelé
ha desaparecido. Al fondo del espacio una ventana protegida por un visillo
blanco y una cortina algo hortera y rancia en tonos azules tornasolados. La
ventana, en aluminio azul tiene la persiana por el interior.
Otra puerta nos deja en el dormitorio. Muy amplio. Muy
rancio. En forma casi triangular rematada con tres grandes ventanas que llenan
de luz la estancia. La lámpara del techo, fría, vibra a punto de fundirse, así
que la apagamos. A la izquierda un armario empotrado. Enorme: cajones, caja
fuerte, estanterías, colgador con perchas anti robo y espejos en el interior de
las puertas. Sobre una de las estanterías, una manta y otra almohada. En uno de los cajones la bolsa de la ropa sucia y una gamuza lustrazapatos. Al lado
del armario, una mesa baja con una moderna televisión de plasma.
A su lado y bajo las ventanas una mesa camilla de madera
oscura con dos sillas. Es la mesa de trabajo, pero resulta ciertamente
incómoda. Sobre ella, la desgastada carta del room Service, y un bloc de notas
del hotel con un bolígrafo. Hay una lámpara de pie a su lado y un enchufe
disponible. La ventana igual que la del salón: en aluminio azul y con la
persiana por dentro. No cierran muy bien, por lo que se escucha bastante el
ruido de los coches que por esa calle si que circulan. Además la insonorización
interna también es mejorable y se escuchan los pasos sobre el mármol del
pasillo y el ir y venir de las ruedas de las maletas.
La cama, aparece vestida con una tela a juego de la hortera
de las cortinas. Es sorprendentemente baja. Aunque cómoda, quizá algo dura.
Vestida con suaves sábanas blancas y manta. Muy ancha para ser individual, algo
estrecha para ser doble. A cada lado hay sendas mesillas exentas, de madera
oscura a juego con el cabecero. Sobre ellas, además de un cristal hay
interruptores para apagar las luces (no todas) y enchufes disponibles. Y
sobre todo ello sendas lámparas de noche con pantallas en color claro, poco
intensas para la lectura. Sobre una de ellas un teléfono.
Junto a la puerta de entrada hay un maletero de madera,
apoyado en una pared bastante maltratada con golpes y arañazos de otras
maletas. Sobre él, un display digital para el aire acondicionado, aunque no
conseguimos que la temperatura de la habitación suba al nivel que le pedimos. Las luces del display, que siempre permanecen encendidas -incluso apagado- iluminan demasiado la habitación de noche. Tanto en el salón, como en el dormitorio (y en el baño) hay radiadores para la
noche...
El baño es moderno. Algo hortera, pero se nota reformado no
hace mucho. Cerámica en tonos verdosos y grises en paredes y suelo. Luz fría sobre el
techo. El inodoro junto a la puerta. El bidet al fondo. Junto al inodoro el
lavabo, blanco, incrustado en una generosa encimera de mármol sobre la que
hay un gran espejo. Champú, gel, jabón y set dental. Dos vasos de cristal, un
secador de pelo de poca potencia, una banqueta de plástico blanco bajo la encimera y una papelera de acero inoxidable.. La temperatura del lavabo es correcta aunque
al caudal y la presión le pueda faltar un poquito.
La bañera, con la ducha, aparece protegida por una
cortina blanca, que deberían haber sido desterrada hace tiempo. La presión y el caudal son formidables. Dos toallas de lavabo y dos toallas de ducha completan el set de lencería, correcto y generoso.
En un moderno comedor, ocupado por mesas de almuerzo hay dispuestas unas pocas mesas en la pared del fondo para tomar el desayuno. Es buffet y se ofrece en una larga barra. Zumos naturales, fiambres, quesos, bocadillos, macedonias, bollería y barras de pan recién hecho. En la cocina pueden prepararnos algunos platos calientes (huevos fritos, bacon...). Una máquina de café ofrece uno de respetable calidad.
Al decir adiós en el mostrador, sólo nos recuerdan el minibar.
Calidad/precio:
Servicio: 7
Ambiente: 5.5
Habitación: 5.5
Baño: 6.5
Estado de conservación: 4
Desayuno: 7
Valoración General: 5.5
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