COURTYARD BY MARRIOTT BRUSSELS EU (****)
Rue Joseph II 32
1000 Bruselas (Bélgica)
Habitación: 703
Fecha de entrada: 20/03/2022
Tarifa: 150€ (SA)
Convenientemente ubicado en el barrio
europeo en una tranquila calle con poco tráfico y rodeado de aburridos edificios
de la Comisión Europea encontramos, haciendo esquina, un edificio moderno, de
siete alturas en el que sobre todo hay ventanas, rasgadas por unas pequeñas
columnas blancas en forma de celdillas. El bajo del edificio, completamente de
cristal, abre hacia la calle un moderno restaurante, un bar y la zona de
recepción.
Unas primeras puertas automáticas
elevadas desde la calle por un par de escalones nos dejan en un enmoquetado
espacio intermedio. Tras las siguientes puertas correderas, con unas pegatinas
que recuerdan mantener la distancia social para evitar el virus, entramos en un
enorme hall de techos bajos. Allí mismo a la izquierda, separado por unas
plantas y una estantería encontramos una bonita zona de bar con butacas, mesas
comunales, la barra abierta... A la derecha encontramos el restaurante:
moderno, con una bonita chimenea, pero que llena el espacio de olor a comida
mientras lo atravesamos sobre un pasillo de bonita madera hasta acceder, al
fondo, a una zona de techo más bajo con paredes en gris oscuro y madera y suelo
de mármol gris. A la derecha están los tres ascensores, metálicos, de puertas
automáticas, modernos. Entre medio de cada uno de ellos hay un dispensador de
gel hidroalcohólico. A la izquierda, como metidos en cubos, encontramos tres
puestos de recepción protegidos por enormes mamparas de metacrilato
anticovid.
El techo es especialmente bajo delante
mismo del mostrador, ocupado por unos planos turísticos de la ciudad a
disposición del cliente y unos folletos del programa de fidelización de la
cadena. Tras una enorme pantalla de ordenador una joven pelirroja nos atiende,
simpática, en nuestro idioma. Rápidamente nos explica el horario del
restaurante, el funcionamiento del wifi y del ascensor y nos entrega un
cartoncito con la tarjeta de hace de llave en su interior explicándonos que por
ser cliente preferente de la cadena nos han ofrecido un upgrading.
Justo detrás de nosotros encontramos los
ascensores. Grandes. Suelo de mármol negro, paredes metálicas con botonaduras a
ambos lados. Un sensor al que hay que acercar la llave para activar el ascensor
por motivos de seguridad. La pared del fondo, de espejo. Techo alto e
iluminación escasa. Las puertas se cierran mientras suena una voz que lo avisa
y que indica que el ascensor sube. Las puertas se abren con otra voz similar en
un luminoso recibidor por el que pasa un pasillo de izquierda a derecha.
Moqueta de color gris claro con motivos circulares en marrón, verde y azul.
Bastante luz y un espejo enfrente ocupando toda la pared. indicadores de las
habitaciones. Nuestro piso es el séptimo pero el ascensor sólo sube hasta el
sexto. Allí, a mano izquierda encontramos unas escaleras de mármol color
chocolate que nos sube un piso más. Volvemos a la moqueta y atravesamos una
puerta que deja cinco habitaciones aisladas. Una de ellas la nuestra. Acercamos
la llave a un lector automático y la puerta se abre.
Se cierra con fuerza tras nuestros pasos
dejándonos en una amplia, generosa y luminosa habitación Moqueta en tono arena,
azul y verde pastel. Muy limpia, cuidada y mullida. Paredes en blanco. La
puerta, pesada, de madera clara y con mirilla, tiene un pestillo especial de
seguridad para abrir sólo un poco. Junto a ella encontramos el interruptor -de
Bticino, como todos los de la habitación- que enciende o apaga todas las luces.
El techo de esta zona es especialmente bajo con un punto de luz halógena. Allí
mismo, a la izquierda está la cama, doble, con un mullido colchón de gran
calibre protegido por un envolvente y comodísimo topper. Suaves sábanas blancas
y un nórdico elegante de rayas blancas. Cuatro almohadas, algo pequeñas, de
distinta dureza. La cama está empotrada en un cabecero de madera que recoge dos
lámparas de cristal y metal de luz algo fría y dos pequeños reflectores
direccionables para iluminar la lectura en la cama. Por encima del cabecero,
una tira de led retranqueada termina de ofrecer un bonito conjunto en la
habitación. A cada lado de la cama hay sendas mesillas de madera con
interruptores para las luces y un enchufe disponible. En una de ellas, como es
costumbre en las cadenas norteamericanas, un ejemplar del Nuevo Testamento. En
la otra un moderno teléfono y un radio reloj despertador que hace también las
veces de altavoz bluethooth con un puerto USB para la carga de aparatos
electrónicos.
A la derecha de la puerta encontramos un
largo armario bajo en una pared de madera. Al inicio tres perchas pequeñas para
colgar el abrigo. Sobre el largo armario hay una enorme bandeja con un
hervidor, una máquina de café, una cubitera, tazas, vasos, cucharas, servicio
de café, té, azúcar.. y un brick de agua de cortesía. Una larga zona de mesa
bajo la que hay un bonito puff en terciopelo turquesa y que se remata con dos
enchufes disponibles y una lámpara de mesa de metal con pantalla de color
crudo. Por encima de todo el espacio, una gran televisión de pantalla plana. En
el espacio de pared que queda hasta las ventanas del fondo se disponen dos
cuadros de motivos europeos y dos espejos. Bajo ello, un generoso maletero de
tijera en metal y tiras de tela negra. A su lado un generoso espejo de cuerpo
entero enmarcado en madera y a continuación un armario grande de madera con dos
puertas asimétricas. En el lado estrecho, además de un par de baldas hay un
minibar vacío, una caja fuerte, la bolsa de la lavandería y un potente secador
de pelo en una elegante bolsa negra. En el lado ancho hay una balda y bajo ella
un colgador con una decena de perchas normales de madera de distintos acabados:
para chaqueta, pantalón, falda... Se ofrece también una tabla de planchar y una
plancha.
La pared del fondo está completamente
ocupada por ventanas de techo a suelo y de apertura limitada. Al ser el séptimo
-y último- piso este queda algo retranqueado por lo que las vistas son a los
edificios de enfrente y al cielo aumentando la iluminación de la habitación. Un
foscurit blanco que se cruza en el centro para impedir la entrada de luz y unos
visillos del mismo color ocultan las ventanas.
Delante de la ventana hay una generosa y moderna mesa de metal con ruedas y
tapa de cristal con una comodísima silla de trabajo, también con ruedas, en
piel blanca. Al lado hay una lámpara de pie de metal con pantalla blanca que
podemos desenchufar si queremos conectar el portátil para trabajar sobre la
mesa porque el resto de enchufes quedan algo lejos.
El descanso se consigue fácil aunque se oye algún portazo en la habitación
contigua y la puerta de cristal del baño deja pasar la luz de la calle por la
ventana que hay en la ducha en cuanto empieza a amanecer. Junto a las ventanas
encontramos la puerta de cristal del baño, con tirador metálico y pestillo
también de metal.
El baño es moderno. Suelo y paredes de porcelana color arena. En el lado
izquierdo una larga encimera en blanco con un alargado y estrecho lavabo. Sobre
él, todo lo larga que es la pared, un espejo enorme con un recuadro iluminado
de agradable luz. Hacia abajo una pared de madera en la que se empotra la
cisterna del inodoro que queda ubicado, algo incómodo, demasiado cerca de la
pared. Sobre la encimera se presenta una pequeña pastilla de jabón sobre una
jabonera de metacrilato, un bote de crema hidratante, una caja metálica con
pañuelos de papel y dos toallas pequeñas de lavabo. En un hueco ubicado debajo
del lavabo, y retroiluminado se ofrecen dos enormes toallas de ducha y dos de
manos, blancas, mullidas y límpias, que junto con un ligero albornoz de
cuadritos blancos y zapatillas de felpa completan el set de lencería.
En el lado derecho del baño una mampara de cristal con puerta corredera nos
ofrece la espectacular cabina de ducha, con una enorme ventana al exterior (de
cristal traslúcido) en su interior. Del toallero cuelga el pie de ducha y bajo
él tres generosos botes con champú, acondicionador y gel de baño. La ducha, de
grifo termostático se remata con una buena alcachofa de teléfono. Temperatura y
presión son envidiables y quizá falte un puntito de caudal.
A la mañana temprano cuando salimos un joven nos ofrece la factura, interés
por nuestro descanso y adiós.
Calidad/precio: 8.5
Servicio: 8.5
Ambiente: 8
Habitación: 9
Baño: 8.5
Estado de conservación: 9.5
Desayuno:
Valoración General: 9
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