miércoles, 21 de septiembre de 2016

AC SANT CUGAT (SANT CUGAT - BARCELONA)

AC SANT CUGAT (****)
Plaza de Xavier Cugat s/n
08174 Sant Cugat del Vallés (Barcelona)

Habitación: 321
Fecha entrada: 15/07/2016
Tarifa: 99€ AD

En un polígono empresarial, rodeado de modernos edificios corporativos, y a pie de la AP7 un antiguo Novotel hoy remodelado por completo y gestionado por AC. Rodeado de un pequeño jardín con piscina, un edificio de cuatro plantas y grandes ventanas con una legión de taxis en la puerta. 

Dos puertas de cristal automáticas nos dejan en la recepción. Moderna. Suelo de fina moqueta oscura, paredes en vescom gris. Sensación de modernidad, amplitud, y tranquilidad. A la izquierda del hall hay un espacio con sofás y alguna mesa baja y varios cuadros con motivos arquitectónicos y geométricos. De frente los dos ascensores en una pared forrada de acero. Hacia la derecha y algo oculto, el mostrador de recepción, junto a unas estanterías que venden bebidas, sándwiches, productos de higiene e incluso ropa. Un poco más adelante está el bar (detrás de los ascensores) una amplia zona de estar y el comedor junto a la puerta de salida al jardín y la piscina. Todo este espacio tiene la pared de cristal, oscuro, y cubierto con estores blancos. En cualquier caso, la luz artificial crea una atmósfera acogedora.

En el mostrador con dos puestos de atención el procedimiento es bastante rápido. Mostramos el DNI y a partir de ahí ya tienen todos nuestros datos. Nos dan el bienvenida para firmar, y nos entregan la llave de la habitación y la clave del wifi, gratuito que funciona bastante veloz en todo el edificio, aunque a veces se producen algunos cortes. 

Los ascensores son modernos, luminosos y amplios. Suelo de moqueta. Paredes de acero y espejo y un par de carteles sobre el hotel y la cadena. Las puertas se abren en un amplio recibidor, en el que ya hay habitaciones que continúan por un ancho pasillo en forma de L. Moqueta y paredes oscuras que contrastan con las puertas claras.

Las puertas de los dormitorios, en blanco son algo débiles, lo que implica que la insonorización interior sea manifiestamente mejorable. Se escucha demasiado lo que pasa en el pasillo. El exterior es tranquilo, pero la insonorización no es muy buena. Desde las 7 de la mañana oímos el motor de un autobús de japoneses aparcado en el jardín del hotel que espera a cargar su pasaje. Al sacar la tarjeta de la cerradura de la puerta esta se abre a una zona de estar. Suelo de madera blanca y paredes en vescom una negra y otra gris clara. Un sofá cama doble, una cómoda butaca giratoria (ambos en escay marrón claro) una mesa de centro en blanco y acero, una mesa rinconera con una lámpara con pantalla y un teléfono moderno. Todo ello sobre una gruesa alfombra marrón. 

En la pared negra, un cuadro‎ con motivos arquitectónicos y dos luces que lo iluminan. Junto a la ventana, una lámpara de pie en metal y blanco. La estrecha ventana, da a la entrada principal, y un foscurit y un leve visillo marrón y blanco a rayas protegen eficazmente de la entrada de la luz. 

Frente al sofá, un largo armario con cajones, baldas y un minibar. Sobre el armario, en una bandeja se ofrece una cafetera Nespresso con dos cápsulas, un par de juegos de tazas y una botella de agua. Sobre todo el conjunto un gran plasma LG. El regulador del aire acondicionado, situado junto a la puerta (que tiene un espejo de cuerpo entero y mirilla) es algo complejo, pero incluye la función auto. Funciona con eficacia aunque con un punto de excesiva sonoridad. Todos los interruptores de la habitación son de Bticino negro. 

Una puerta, también blanca, nos separa de una estancia pequeña que hace las veces de vestidor. A la derecha un armario entero de pared a suelo con tres puertas: baldas, colgadores, cajones, caja fuerte y algunas amenities (bolsa de lavado, lustrazapatos...). Sobre el armario tres focos de luz que iluminan fantásticamente el ambiente. A la izquierda, ocupando toda la pared, un espejo formidable de cuerpo entero. Junto al armario y tras una puerta de cristal hay un pequeño aseo: inodoro y lavabo. Este, moderno, en mármol blanco pulido, de escasa profundidad se recibe en una larga encimera sobre la que hay una pastilla de jabón en forma de pelota de golf y un par de toallas. Sobre la encimera otro espejo iluminado. 

Una puerta más, también blanco, y entramos en el dormitorio principal. Pared gris de vescom. A la izquierda, la puerta de cristal del baño. A la derecha, y en fila hasta la ventana un maletero tapizado en capitoné negro, un sencillo escritorio de madera con patas de acero con una luz bajo el mismo que hace más agradable la estancia, una silla algo plastificada y el minibar. Sobre el escritorio hay dos enchufes, una lámpara con pantalla no excesivamente buena para el trabajo y un teléfono. Por encima de ello un enorme plasma. A la izquierda del conjunto, la ventana, de apertura oscilobatiente, que no aisla del todo del exterior, al menos el sonido. Un foscurit y un ligero visillo impiden el paso de la luz, aunque en el extremo final, pegado a la pared, donde no llega la cortina se cuela algo al amanecer. 

Entre ese maletero-escritorio-minibar y la cama hay un generoso espacio con dos butacas y una mesa de centro redonda situadas sobre una tupida alfombra. Todo orientado hacia la televisión. Tras este conjunto, la cama. Grande, blanca, rematada con un plaid marrón. Lencería limpísima y correcta con un suave nórdico y cuatro almohadas de distinta dureza. El cabecero en madera y piel clara incluye una mesilla a cada lado. Sobre ellas un enchufe (en cada una) y sendas lámparas de acero y pantalla blanquecina y dos direccionables de lectura. En una de ellas un teléfono, un bloc de notas y un bolígrafo de la cadena. Lástima que con las distintas luminarias que hay en la estancia la opción que nos ofrecen los interruptores sea "todo encendido" o "todo apagado". Sólo podemos jugar a hacer más acogedora la habitación con la luz de lectura, pero el resultado no es sensato. 

Junto a la puerta de entrada al dormitorio hay otro display de aire acondicionado, que funciona independiente del que hay en el salón. De igual forma dispone del sistema automático y funciona perfectamente con un poquito de sonido. En la pared en la que se sitúa la ventana hay un gran cuadro de motivos arquitectónicos. 

El baño, tras una puerta de cristal opaco, es grande, nuevo, moderno y muy luminoso. El suelo de una especie de lamas de mármol que imita a la madera. Paredes en vescom negro. Luces puntuales que iluminan mucho. A la izquierda de la puerta encontramos el inodoro. Quizá demasiado pegado a la pared. Y justo de frente tras un amplio espacio, los lavabos. Dos, en una larga encimera en blanco con pilas poco profundas. Grifos modernos. Por encima, un espejo ocupando toda la pared, con dos puntos de luz en cada lado. Cuatro cuadrantes de mano, dos toallas de lavabo y dos enormes toallas de bañera completan el juego de lencería, además en el armario del vestidor se ofrece un albornoz y zapatillas. 

Sobre la encimera dos vasos, gel, champú, crema hidratante y pastillas de jabón en forma de pelota de golf. Bajo la encimera, en una liviana y metálica mesita auxiliar el resto de amenities: set dental, set de afeitado, kleenex y gorro de ducha. Junto a ella un espejo de aumento iluminado y un secador de pelo de fuerte potencia. 

La ducha, muy luminosa es formidable. Suelo blanco, paredes de cristal con un vinilo opaco a rayas, nueva, moderna. Una columna de ducha con teléfono, y sobre el techo un grifo de efecto lluvia formidable. La temperatura, la presión y el caudal son magníficos y la ducha matutina se convierte en una experiencia reconfortante. 

Tras ella, el desayuno se sirve en un salón algo bullicioso, desordenado y no del todo limpio. Mesas y sillas en tonos claros contrastan con el oscuro del suelo y la luminosidad que entra por las paredes acristaladas que dan al jardín y a la ventana. El surtido es un poco escaso: zumos, platos calientes en el mostrador de una cocina a la vista que no está operativa (huevos revueltos y bacon), fruta cortada, fiambres (jamón de york, pavo, jamón serrano y algo de queso), cereales, pan y bollería pequeña crujiente y recién hecha. Variedad de mermeladas y café Nespresso. No hay demasiada cantidad porque la reposición del producto cuesta mucho tiempo. 

Al final, en el mostrador de salida, el proceso es rápido y sin más: pregunta por el minibar, factura, pago y a por otro...

Calidad/precio: 8
Servicio: 6.5
Ambiente: 7.5
Habitación: 8

Baño: 9
Estado de conservación: 8.5

Desayuno: 7
Valoración General: 8

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