HOTEL ALICANTE GOLF (****)
Avda de las Naciones s/n
03540 Playa de San Juan (Alicante)
Habitación: 402
Fecha de entrada: 10/12/15
Tarifa: 60€ (A+D)
A un par de manzanas del mar, junto a un pequeño centro comercial y a los mismos pies de un campo de golf encontramos este hotel construido en plena efervescencia del ladrillo. Tres alturas en color rosa y rodeado de jardines ha sido abanderado por distintas compañías (Hesperia, Husa...) aunque hoy parece "volar solo". Una elevación del terreno sitúa la entrada en lo alto, bajo un enorme pórtico en el que aparcan coches y taxis.
Una puerta giratoria nos deja en el enorme recibidor. El espacio sobra. Un olor cítrico lo llena todo. Techo alto de madera clara, suelo de mármol ajedrezado en blanco y negro sobre el que se sitúan varios sofás y tresillos. A la izquierda en forma de media luna, muy grande, de madera y mármol el mostrador de recepción. A la derecha un par de ordenadores, alguna vitrina y el acceso a los salones. Al frente la bulliciosa cafetería con grandes cristaleras al campo de golf. Pese a lo majestuoso del tamaño hay cierta calidez en el ambiente.
En recepción son sumamente amables y rápidos. Con dictarle el DNI está todo hecho, y rápidamente nos entrega la llave explicándonos el horario del desayuno, el camino hacia la habitación y el funcionamiento del wifi. Este es gratuito aunque no es muy veloz, especialmente en la zona más interior de las habitaciones donde llega a fallar la conexión. Entre la recepción y la cafetería encontramos el ascensor. El interior de madera demasiado maltratada (algún listo quiso dejar incluso su firma rayando la madera) con un espejo y algunos carteles con la distribución de los servicios del hotel. Es rápido y está bien iluminado.
A la salida nos sitúa en un gran recibidor. al que se abren los anchos pasillos acristalados hacia el exterior del hotel. La luz entra a raudales. Lástima que la moqueta en tonos azules y amarillos esté un poco "roída", y que la luz artificial durante la noche sea poco efectista. Tras una pesada puerta de color verde azulado entramos en la habitación.
El suelo continúa en moqueta, en color marrón amarillento, que a tramos empieza a pedir su sustitución. Luces puntuales por el pasillo y el dormitorio. Sin más. A la derecha, otra puerta puerta verdosa nos lleva al baño. A continuación dos grandes puertas del mismo tono acogen el enorme armario. Bien vestido: cajonera, baldas, un perchero generoso con muchas perchas (de las normales) de diversas formas, y una zona con un maletero para poder abrir el equipaje. Dentro del armario se ofrece una esponja lustrazapatos y la bolsa de la ropa sucia. Antes del dormitorio, en el mismo pasillo, un espejo casi de cuerpo entero enmarcado en madera marrón.
El dormitorio es generoso de espacio. Muebles de madera clara con un punto quizá antiguo. Dos camas con cabeceros de forja con sendas mesillas a cada lado. Una cómoda con cajones y el minibar a los pies de la cama, un escritorio con una pesada silla de trabajo y al fondo, junto a la terraza que con una mesa y dos sillas ofrece vistas hacia un lateral del edificio, una mesa de centro y una cómoda butaca en tono amarillo. Sobre la cómoda se instala el único teléfono de la habitación, algo incómodo para la llamada de despertar, aunque efectiva, ya que te obliga a levantarte de la cama para cogerlo. Un cuidado foscurit, un visillo amarillento y unos cortinones en azul y amarillo rematan con efectividad la luz del exterior durante la noche. La tranquilidad del entorno hace que el exterior apenas se sienta. Algo peor es la insonorización interior, aunque el hotel aparenta tranquilo.
Entre la cómoda y el escritorio hay una lámpara de pie orientable para trabajar sobre la mesa. Enchufes a ambos lados de la mesa, y una de las mesillas. Todos los interruptores, de BTicino aparecen recubiertos por una placa cubreinterruptores en un tono anaranjado que da una sensación algo viejuna. Sobre una de las mesillas está también el display del aire acondicionado, que funciona de forma sencilla y con eficacia. Bastante silencioso pero no lo suficiente para dormir con él encendido. Dispone de posición automática. Sobre la cómoda un pequeño plasma desentona anclado a la pared. Una habitación así "pide" algo más grande.
Las camas son correctas sin más. Vestidas con sábanas blancas quizá los colchones se comben un poco por el uso, pero no son incómodas. La almohada agradable y con alguna extra en el armario. Desde los interruptores de la mesilla se apagan todas las luces menos la de pie junto al escritorio. Las lámparas de las mesillas en tonos acules y amarillos están un poco destartaladas y su luz no es buena para leer en la cama.
El baño está dividido como en dos zonas. Suelo con baldosas de gres color marrón arcilla. Paredes alicatadas en blanco hasta media altura. Luego pintura marrón a juego con el suelo. La luz es nefasta para verse en el espejo, enorme situado delante de la encimera de granito blanco con un lavabo. Todo da un cierto aire caduco: la grifería, algunos desconchones en la pared, algunas humedades en el techo. En una maceta de cerámica se ofrece un variadísimo set de amenities (jabón de manos, peine, pañuelos, set dental, bastoncillos, gorro de ducha). El champú se ofrece dentro de la ducha-bañera en un dispensador con pulsador. Cuando lo aprietas sale una "bola de espuma" de la que cuesta sacar más espuma bajo el agua. Hay que usar abundante cantidad... El acceso a la bañera resulta un poco incómodo porque "el muro" es bastante ancho. La presión y temperatura son correctas, aunque al caudal le falta un punto; y a la lencería, grande (dos toallas de lavabo y dos de ducha), no le vendría mal una renovación.
Al otro lado del baño se encuentra el inodoro y el bidet algo recogidos tras una "puerta sin puerta". Tanto la porcelana como el ambiente que se respira en general dan la sensación de algo que fue y que se ha ido perdiendo.
Por la mañana, en un desangelado salón, con el campo de golf a ras de ventana se sirve un variado buffet de desayuno. Platos calientes (salchichas, huevos, verduras, bacon, tortilla de patata...), fiambres y quesos, zumos de naranja y piña, fruta preparada, variedad de panes y bollería. Todo ello presentado en distintos "armarios" y mesas. El café ofrecido por varias máquinas automáticas no es demasiado malo.
A la salida, en recepción el trato es algo frío pero eficaz y rápido. Adiós.
Calidad/precio:
Servicio: 7
Habitación: 7
Baño: 6
Estado de Conservación: 5
Valoración General: 6.5
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