viernes, 21 de agosto de 2015

SUITE NOVOTEL CALAIS COQUELLES TUNNEL SOUS LA MANCHE (CALAIS)

SUITE NOVOTEL CALAIS COQUELLES TUNNEL SOUS LA MANCHE (****)
Place de Canterbory
62231 Coquelles 
FRANCE

Habitación: 114
Fecha de entrada: 12/08/2015
Tarifa: 135€

Situado a dos kilómetros de la terminal del Eurotunnel sobre el Canal de la Mancha. junto a la terminal de mercancías, rodeado de un centro comercial, dos restaurantes de comida rápida y dos hoteles Ibis. Comparte parking y un pequeño jardín con los otros dos hoteles, todos de la misma estructura externa: tres alturas, muchas ventanas y una puerta de acceso casi oculta entre los pequeños árboles que rodean la finca. 

Tras la puerta automática hay un espacio no muy grande en forma de L. Hacia la izquierda se extiende el comedor de desayunos, algo desordenado. Hacia la derecha una zona con un ordenador, una mesa-pantalla interactiva para que jueguen los niños, un green de golf en miniatura, un pequeño corner en el que se ofrece una cierta variedad de alimentos y bebidas, y al fondo, los ascensores. Justo en el vértice de la L, un tanto abigarrado de carteles, displays y rollups se encuentra el largo mostrador de madera que hace las veces de recepción y de barra de bar. 

El trato del equipo humano es correcto y simpático pese a la dificultad de utilizar lenguas distintas. Se agradece el enorme esfuerzo por atendernos en castellano, aunque se le cuelen algunas palabras en inglés y francés. Las llaves están preparadas, así que sólo resta pagar la estancia (se cobra al entrar, no al salir) y que nos expliquen el funcionamiento del wifi, el horario del desayuno y nos entreguen la tarjeta con la bebida de cortesía que nos ofrecen por poseer el nivel Oro de su programa de fidelidad. La atmósfera en general aunque no es negativa, no es del todo acogedora, quizá falte algo de luz más cálida y algo menos de carteles. Además hay un continuo trajín de gendarmes que se alojan en el hotel como refuerzo por la llegada masiva de inmigrantes al túnel que intentan alcanzar una vida mejor en el Reino Unido.

Un pasillo largo, frente a los ascensores, enmoquetado en tonos amarillos, verdes y negros abre las habitaciones de la planta baja, donde está ubicada la nuestra. Puertas de color morado y todo bastante limpio. Lástima que la luz resulte algo fría e impersonal. Al abrir la puerta el espacio es enorme. Una moqueta a rayas en tonos marrones cubre todo el suelo. Su aspecto es cuidado y limpio. Lo primero que destaca del espacio son las cinco ventanas con vistas a la zona de parking y unos largos visillos blancos de techo a suelo que ayudan a separar los distintos espacios de la estancia. 

Frente a la puerta hay una gran mesa de trabajo en forma de riñón, con una silla bastante cómoda en cada lado. Sobre ella, una lámpara móvil y junto a ella una estantería con varios enchufes y una cafetera Nespresso con una cuidada selección de cafés y galletas. El wifi, que es gratuito, funciona rápida y eficazmente y no resulta demasiado complejo conectarse a él. 

Después de la mesa, y bajo cuatro ventanas tapadas por un suave visillo, desde el techo hasta el suelo, y por unos estores de foscurit, hay un sofá de tres plazas algo incómodo, pero que llegado el momento puede hacer las veces de cama. Ni el leve visillo ni el foscurit de las ventanas consigue frenar la luz de la mañana por lo que nos despertamos temprano. Sin embargo, la insonorización, tanto interior como exterior, resulta fenomenal. Hay interruptores por toda la habitación que permiten jugar con la luz hasta conseguir un ambiente más o menos cálido y acogedor.

Junto al sofá hay un mueble giratorio sobre el que está instalada la televisión: plana y moderna. Sobre ella otro riel de cortinas separa con unos visillos la zona de estar/trabajo de la zona de dormir. Tras los visillos encontramos una cama doble, bajo la que se ofrece, totalmente oculta en el pié de la cama, otra cama individual en caso de que se viaje en familia. La cama está encuadrada entre dos mesillas largas y un cabecero de madera en tonos rojizos. Sobre una de las mesillas hay una lámpara de noche. Agradable de luz, pero insuficiente para la lectura nocturna. Sólo en ese lado hay dos enchufes. En el otro lado de la cama no hay nada. Sobre la mesilla, junto a la lámpara, un teléfono y un block de notas y un lapicero. 

La cama es cómoda, blanca. El colchón no destaca por su grosor pero no podemos decir que sea incómodo. Vestida con unas suaves sábanas blancas y un mullido nórdico, quizá excesivo para la temperatura de agosto por lo que pasamos algo de calor durante la noche. El aire acondicionado que se maneja desde un display sencillo con tres opciones de potencia y una rueda para la temperatura funciona a la perfección, aunque no dispone de modo automático y en sus potencias más altas hace excesivo ruido para dormir con él encendido. Cuatro almohadas de distintos tamaños y durezas permiten elegir la más adecuada a nuestro descanso.

A la derecha de la puerta de entrada encontramos una zona incrustada en la habitación como si fuera prefabricada. Junto a la puerta hay un espejo y a continuación una especie de armario gigante curvo que combina la fibra de vidrio con la madera y el plástico y ofrece por un lado un pequeño cuartito con el inodoro y un pequeño lavabo con un espejo. En la zona central encontramos una pequeña "cocina" con un microondas, una tetera, un pequeño fregadero, un par de armarios y estantes y un surtido de tes, manzanillas, cafés y azúcar. Bajo el microondas hay un pequeño minibar de escaso surtido (zumos, refrescos y agua) que ofrece una botella de agua de cortesía. 

Al final de esa zona y tras el armario (con una zona de baldas a un lado, donde encontramos la caja fuerte, y otra zona de colgador al otro) dos puertas de madera roja nos sitúan en la zona "de agua". El suelo de fibra de vidrio imitando madera, sobreelevado desde el original de la habitación da una sensación como de inestabilidad. Todo muy iluminado. De frente el lavabo en forma de un cuarto de círculo, también de fibra en tono azul. Sobre él un espejo enorme y bajo el mismo un espacio para las toallas y el secador, de escasa potencia. A la izquierda una bañera y a la derecha tras una puerta doble de cristal una cabina de ducha. Todo da la sensación un poco de prefabricado, pero funciona bien. La presión es excelente en todos los grifos así como el caudal. La temperatura de la ducha es igualmente correcta, aunque entre el frío y el calor casi no hay separación y cuesta encontrar una temperatura "templada". 

Albornoces con capucha y toallas de bañera y lavabo componen el set de lencería. Bastante correcto. Sin grandes lujos, pero al menos limpias y de buen tamaño. El jabón de manos y el gel/champú se ofrecen en unos botes anclados a la pared, junto al lavabo y dentro de la ducha. El conjunto de amenities se complementa con una pastilla efervescente para la bañera, un set de manicura, y dos botecitos de gel exfoliante. 

Por la mañana el desayuno servido junto a la recepción es bastante prescindible, de no ser porque no hay nada alrededor donde tomar un café y un croisant. Un escaso buffet, aunque con gran variedad (cereales, bollería, huevos, bacon, fiambres y quesos, zumos, agua y café) se sirve a modo de self service con una bandeja. Al menos el agradable y entusiasta recepcionista te prepara con entusiasmo y brío el café. 

En la despedida todo correcto y amable. Nos preguntan por el minibar, claro; pero también por si hemos estado bien, por si necesitamos ayuda para seguir el viaje y nos desean un buen día. 

Calidad/precio: 8
Servicio: 8
Habitación: 8
Baño: 7
Estado conservación: 7.5
Valoración general: 8

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