miércoles, 8 de febrero de 2023

HOTEL CORDIAL MALTESES (LAS PALMAS DE GRAN CANARIA)


HOTEL CORDIAL MALTESES (****)
Rafael González 3
35002 Las Palmas de Gran Canaria (Las Palmas)

Habitación: 103
Fecha de entrada: 10/11/2022
Tarifa: 

En el corazón del ensanche de Las Palmas, junto a la zona más comercial de la ciudad, en una tranquilla calle peatonal sin acceso a vehículos y situado junto a un colegio encontramos este palacete, empotrado entre otras casas con fachada a dos calles, remodelado hace poco. Su histórica fachada decorada con balcones y molduras aparece perfectamente encalada de arriba a abajo. En una de las fachadas, donde nos deja el taxi encontramos una puerta recubierta con un enorme y llamativo cartel que nos indica que la entrada real está a escasos metros en la calle adyacente peatonal.

En esa nueva ubicación cuesta situar el hotel, ya que pasa muy desapercibida la puerta, algo pequeña y retranqueada en un espacio de maderas con suelo de poderosa alfombra color marrón. Sólo un pequeño logo de la cadena, en la columna izquierda adyacente nos avisa de la situación del mismo. Dentro, un pequeño espacio que hace de recepción con mármol y luz indirecta por todos los sitios. A la derecha una pared en espejo negro, con algunos elementos decorativos en dorado y a la izquierda el mostrador de recepción: un bloque de mármol a juego con el suelo y el resto de las paredes. Tras él nos recibe sonriente una joven que se preocupa por nuestro vuelo, nuestro viaje y nuestras necesidades. Nos pide el DNI y mientras ella lo tramita en el ordenador nos hace rellenar en un documento algunos datos personales. Después nos ofrece un par de hojas a la firma, y nos entrega un cartoncito con dos tarjetas que serán las que abran la habitación y también la recepción si volvemos por la noche demasiado tarde. Nos explica el horario del desayuno, el funcionamiento de la domótica de la habitación, el funcionamiento del wifi. Este funciona de forma bastante correcta tras una enrevesada contraseña, aunque la que nos ofrecen a nosotros en primera instancia no funciona y debemos volver a recepción a cambiarla.

Junto a un cartel negro con letras en dorado que indican la dirección de las habitaciones accedemos a un pasillo, igualmente en mármol que pasa junto a los patios a los que se abre el moderno ascensor panorámico en cristal y el espacio para el desayuno, vacío en esos momentos. Nuestra habitación está en esa misma planta baja, en un pasillo con alguna mesa decorativa con algún jarrón. La puerta, en madera negra, aparece remetida entre unas jambas también negras donde se ubica, un lector de tarjeta con el número de la habitación iluminado. Cuando acercamos a él la tarjeta, el pestillo de la pesada puerta se desbloquea y accedemos al dormitorio.

El suelo de mármol se sustituye por un porcelánico en gris claro. Parte de las paredes en madera negra brillante, luces indirectas, espacio algo ajustado y sensación de modernidad y diseño. A la izquierda una repisa de madera con una generosa bandeja de piel negra con un hervidor de agua, dos vasos, dos copas, dos tazas, una botella de agua de cortesía y un amplio surtido de cafés, infusiones, azúcares... A continuación el armario, exento, con dos cuerpos. Uno cerrado por una celosía en tonos dorados que deja ver en el interior varias baldas con la caja fuerte en una, una moderna cafetera de cápsulas y un minibar de puerta de cristal con otra botella de agua de cortesía. En el otro lado, la puerta, corredera, es de espejo y el interior ofrece un colgador con media docena de perchas antirrobo y una balda a media altura. Junto al armario, y ya en el dormitorio encontramos un pequeño maletero de madera y tiras de tela, y el modernísimo display del aire acondicionado, táctil y retroiluminado. Funciona de manera algo ruidosa, y además no somos capaces de que el aire salga a la temperatura deseada.

A continuación y hasta la pared del fondo en la que se encuentra la ventana encontramos un estrecho escritorio. Finas patas metálicas en negro y tapa de mármol blanco. Sobre él una acolchada carpeta con varios folletos de información del hotel en su interior, y una lámpara de trabajo, moderna, en metal negro con base de mármol. En la pared, en vescom azulado hay un par de enchufes USB, uno normal y una televisión de pantalla plana. Bajo el escritorio, una silla de madera tapizada en tela azul muy clara y no demasiado cómoda para trabajar, y una papelera negra. Tras unas cortinas en tonos grises verdosos y un foscurit encontramos la ventana, retranqueada hacia el exterior, en aluminio blanco. que casi llega hasta el suelo. Vistas a un moderno pero estrecho patio que se comparte -sin acceso- con otras estancias del hotel. 

En el lado derecho encontramos la cama, empotrada contra un cabecero de piel negra que recoge en la parte superior una tira de led. De él salen dos brazos de luz articulados y dirigibles para la lectura o el trabajo en la cama. Todo ello contra una pared con papel pintado en verde de motivos vegetales. La cama es doble. Grande para ser individual y algo justa para ser doble. Cuatro almohadas de distintas durezas, un edredón ligero revestido con suaves sábanas. A los pies de la cama un plaid en color gris a juego con las cortinas. A ambos lados de la cama hay sendas mesillas de madera en color marrón decapado. En ambas hay sendas lámparas de noche en metal con luminaria en forma de bola de luz blanca. En una de ellas además del mando de la televisión, un moderno teléfono. Junto a ambas hay enchufes normales y USB disponibles y unas pantallitas retroiluminadas que permiten elegir cuatro opciones de luminosidad del espacio. Todo encendido, todo apagado o dos alternativas intermedias (para el trabajo o para la lectura) que crean una atmósfera íntima, cálida y acogedora. 

El colchón resulta confortable para el descanso. La insonorización exterior es total, sobre todo porque la habitación es interior. Pero no así la insonorización interior. El hotel es tranquilo, pero por la mañana desde las siete se escucha demasiado la preparación del desayuno en el espacio contiguo a la puerta de la habitación y los ruidos y voces en los pasillos. Para colmo la puerta no termina de encajar del todo y por debajo de la misma se cuela toda la luz del pasillo durante la noche.

Al baño se accede a través de una puerta corredera de madera negra que se incrusta en la pared situada junto a la puerta principal. El espacio es algo ajustado, pero la sensación es de modernidad. Paredes en porcelanas negro y marrón, y suelo en granito color crudo bastante agradable al tacto. A la izquierda una encimera exenta con dos baldas por debajo en las que se ofrecen dos enormes toallas de baño, blancas y mullidas, un potente secador de pelo y una báscula. Sobre la encimera hay una caja metálica con pañuelos de celulosa, y una bandeja de madera negra con las amenities envueltas en cajas de cartón reciclado: cremas hidratantes, gorro de ducha, set de afeitado, de costura, dental y gamuza limpiazapatos. Además hay dos vasos de cristal. El lavabo, poco profundo se remata con un moderno grifo monomando de correcto caudal, presión y temperatura. A la derecha, un dispensador metálico de aromático jabón de manos. De frente, un espejo casi hasta el techo. A la izquierda un interruptor de luz domótica que permite dos posiciones: todo encendido o la mitad.

En el lado derecho encontramos el moderno inodoro, de tapa que cierra sola y cisterna empotrada en la pared. A su lado una llamativa escobilla de baño. Al frente encontramos protegido por una doble mampara de cristal corredero la gran cabina de ducha. En su interior, doblado en el suelo, el pie de ducha. Anclado a la pared, un dispensador de champú aromático, y todo ello rematado por una potente grifería con dos acabados: una ducha de teléfono y otra alcachofa, enorme, de efecto lluvia. Caudal, presión y temperatura (regulada desde un monomando) resultan formidables, excepcionales.

Por la mañana, junto a nuestra habitación y en un patio de corte típicamente canario, con balcones de madera en paredes encaladas abiertos a él, y algunas palmeras decorativas en metal se sirve un corto buffet de desayuno pero excelentemente elaborado: huevos, bacon, fiambres, quesos, cereales, zumos de fruta natural recién hechos, minibocadillos, bollería poco vistosa, alguna tarta más casera,  mantequillas y mermeladas y una compleja máquina de café que prepara todo tipo de opciones (capuccino, expreso, con leche...).  

A continuación en el mostrador de recepción simplemente adiós.

Calidad/precio: 
Servicio: 8
Ambiente: 8.5
Habitación: 8
Baño: 9.5
Estado de conservación: 10
Desayuno: 8.5
Valoración general: 8.5

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